Argentina no será sede del campeonato mundial de ajedrez. Tras varios meses de rumores e incertidumbres la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según el acrónimo francés) tomó la decisión de organizar el duelo entre el ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren, en Kazajistán, en abril próximo. El compromiso de palabra dado por el presidente del organismo rector de esta actividad, el ruso Arkady Dvorkovich -a través de su vicepresidente el moldavo Víktor Bologan- a su similar de la Federación Argentina, el Ing. Mario Petrucci hace tres años en Dubai, se quebró al compás de un tango: “promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento…”
En febrero de 2020 se celebró en Abu Dhabi la Asamblea General Extraordinaria de la FIDE; en dicho encuentro se trató el otorgamiento de las sedes para los próximos ciclos del Mundial de ajedrez en 2020 y 2022. Buenos Aires y Dubai fueron las elegidas (sólo restaba establecer el orden) tras una reunión que contó con la participación de Víktor Bologan (FIDE), el Jeque Sultán Bin Khalifa Al Nehyan (Presidente de la Federación de Asia de Ajedrez y de Emiratos Árabes Unidos) y la delegación argentina compuesta por Mario Petrucci (FADA), el maestro Quinteros (asesor deportivo), el empresario Guillermo Ochoa y el abogado Alejandro Gabriel Stern se celebró el acuerdo. Sin embargo, días después surgió el primer imprevisto: la pandemia del COVID-19. Esto obligó a trasladar el match de 2020 para el año siguiente, y fue durante la Expo Dubai 2021 que el campeón mundial el noruego Magnus Carlsen logró pasar exitosamente la 4ª defensa de su título ante el ruso Nepomniachtchi (Nepo, como lo llaman sus colegas).
Luego cuando Rusia pateó el orden del tablero del mundo con su invasión a Ucrania en febrero de 2022 sus consecuencias no tardaron en llegar al ámbito del deporte primero, y del ajedrez en particular, después. El Comité Olímpico Internacional (COI) disparó las primeras sanciones: las federaciones deportivas rusas y bielorrusas fueron suspendidas de la organización de eventos internacionales; sus atletas y equipos fueron excluidos de las competiciones. La FIDE abrió un paraguas protector a los ajedrecistas para que tomaran parte de las competencias bajo bandera de la FIDE, pero no encontró respuestas para un problema mayor: el reemplazo de los capitales rusos para auspiciar la actividad.
Es que a través de la Federación Rusa de Ajedrez o de las empresas estatales con ayuda de los oligarcas relacionados con el gobierno la actividad ajedrecística a cargo de la FIDE ha estado a salvo de varios papelones organizativos por la falta de auspiciantes (en 2014, el match revancha entre Carlsen y el indio Anand se disputó en Sochi, con dinero del gobierno de Vladimir Putin). Ahora, Dvorkovich, economista ruso y cercano a Putin debía recurrir a la ayuda financiera de capitales extranjeros para salvar el Mundial. No le resultaría fácil.
En julio de 2022 en el Palacio de Santoña, en Madrid, otra vez el ruso Nepo se adjudicó el torneo Candidatura (también había conquistado el de Ekaterimburgo en 2021), y nuevamente se convirtió en desafiador al título mundial en poder de Carlsen. El campeón, acaso, a la espera de un nuevo aspirante sacó a luz su desacuerdo con el sistema dispuesto por la FIDE para la defensa de su corona (un match de 14 partidas con ritmo de ajedrez clásico) y decidió renunciar a su reinado; dejó el trono vacante. “Me he dado cuenta de que puedo vivir sin el título de campeón mundial”, fue su breve comentario el 31 de octubre último, el día oficial de su renunciamiento.
Rápido de reflejos el titular de la FIDE, Arkady Dvorkovich decidió que los dos mejores clasificados del torneo Candidatura de Madrid se enfrentarían en 2023 por el título mundial; así se sumó al chino Ding Liren que había sido el escolta del ruso. Tal vez creyó que sumando a dos exponentes de los países más poblado del mundo el interés de instalar una “marca” de ciudad o empresa que seguirían millones de personas durante los 21 días de la competencia atraería decenas de inversionistas. Y apostó por ello: la organización del Mundial 2023 tendría un costo de 5.000.000 de dólares (un poco más de dos millones para los jugadores y el resto para la FIDE). Pero se equivocó.
Sin la participación de capitales rusos sólo las empresas chinas se interesaron en el patrocinio del match. Pero había un inconveniente, el ajedrez se ha convertido en un complemento más del accionar diplomático ruso, asociando su liderazgo y dominio con una actividad ligada a la habilidad y destreza para resolver problemas. No es extraño que desde hace ocho años Vladimir Putin persigue una foto para posar junto a un campeón mundial de origen ruso. La disputa del duelo entre Nepo y Ding en territorio chino ponía en riesgo el alcance de ese sueño, por eso como mejor excusa para su rechazo se dijo que la búsqueda estaba orientada hacia una sede neutral. Pero el tiempo transcurría, la indefinición se extendía y los maestros y aficionados al ajedrez comenzaban a impacientarse. En los últimos diez años cada sede organizadora del Mundial fue anunciada con casi un año de antelación, ahora a menos de 90 días de la fecha de comienzo del match no había ningún tipo de comunicación.
De manera reservada se realizaron reuniones en México, allí se apuntó en primera instancia para establecer la sede neutral para el match, y si bien, los organizadores podían reunir y avalar el monto de los cinco millones de dólares exigidos por la FIDE, entre sus condiciones estaba el cambio de fecha de comienzo del duelo. No hubo acuerdo; Dvorkovich no quería mostrar flaquezas en la negociación, ni demostrar que con la ausencia de su mejor figura (el campeón mundial, N°1 indiscutido del mundo, Magnus Carlsen), la FIDE no podría seducir a ningún auspiciante. Acaso, para ganar tiempo mientras se implementaba el plan “K” (Kazajistán) para salvar el Mundial, se abrió un nuevo foco de distracción, perdón, de negociación: una sede en Sudamérica, la ciudad de San Salvador de Jujuy (Argentina).
Tal vez, con el recuerdo del acuerdo de palabra sucedido hace tres años, el maestro Quinteros se reunió con el gobernador jujeño, el salteño Gerardo Morales (aficionado al ajedrez que en noviembre de 1972, a los 13 años y alumno de la escuela Remedios de Escalada de San Martín, se consagró campeón del 1er campeonato de ajedrez escolar del NOA, entre representantes de las provincias de Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán y Salta) con el fin de interiorizarlo y seducirlo con la posibilidad de traer el Mundial al Norte Argentino.
El conciliábulo que se manejó por fuera de la órbita oficial de la FADA contó también con la presencia del presidente de FIDE América, el panameño José Antonio Carrillo Pujol, y el profesor Juan Jaureguiberry, docente de la provincia de Santa Fe y especializado en la enseñanza del ajedrez educativo (el juego y sus vínculos con otras ciencias). Al gobernador Morales (Presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical y potencial candidato a las elecciones presidenciales en 2023) lo persuadía más la idea de implementar un plan de ajedrez escolar en la provincia que la responsabilidad en la organización de un Mundial de ajedrez. Pero la insistencia de los interlocutores más la llegada a esa provincia del vicepresidente de la FIDE, el moldavo Bologan, con la intención de firmar un rápido acuerdo, lo hizo avanzar en las negociaciones. Había dos obstáculos, el dinero y la infraestructura. Se puso a revisión de la FIDE el flamante salón del estadio cubierto de la Federación de Básquetbol jujeña, en la calle General Alvear, en la esquina de la Plaza San Martín y se señalaron algunos de los hoteles céntricos capacitados para albergar a las delegaciones chinas y rusas respectivamente. En cuanto al dinero, el aporte lo realizarían empresas privadas vinculadas al litio y la minería.
Sin embargo, a medida que pasaban las horas y los días y el borrador sobre la posibilidad de que Jujuy se transformara en la capital mundial del ajedrez iba tomando mayor fuerza, la FIDE dilataba el acuerdo con excusas referidas a los husos horarios y el problema de retransmisión de las partidas en horarios no habituales para sus audiencias en Rusia, China e India. ¿Habrá sido necesario llegar a estas instancias para descubrir tamaña novedad?
Lo cierto fue que la FIDE repentinamente a mediados de esta semana decidió interrumpir la negociación. “Mantuvimos reuniones y tuvimos las inspecciones de un dirigente ruso y otro panameño; pero hoy nos informaron que se quedaban con Kazajistán”, informaron a Infobae desde la Secretaría Privada y Comunicaciones del gobierno jujeño.
Curiosamente, mientras las negociaciones en Jujuy se estancaban, un empresario ruso -con nacionalidad kazaja desde hace un año y al que no le caben entonces las sanciones para el auspicio de un evento internacional- Timur Turlov fundador de Freedom Finance (en 2008), y hoy es el CEO de Freedom Holding Corp., un grupo con sede en Estados Unidos cuyas compañías afiliadas operan en toda Asia Central, Europa y EE.UU., era designado de urgencia el pasado miércoles18 de enero, presidente de la Federación de Ajedrez de Kazajistán. Así se cerró el círculo. Un operativo tan veloz que, a menos de 24 horas de su asunción, el flamante titular del ajedrez kazajo tomaba a su cargo la organización del match por el título mundial de ajedrez, para que entre el 7 de abril y el 1 de mayo próximo, se lleve a cabo en su capital Astana -conocida desde marzo de 2019 como Nur- Sultan.
“Por mucho que nos hubiera encantado celebrar un evento mundial en el continente americano, la diferencia horaria habría impactado seriamente a la audiencia en este caso particular. Kazajistán es un país próspero con una economía floreciente y una situación geográfica privilegiada, lo que lo hizo perfecto para albergar este partido”, dijo Arkady Dvorkovich desde su despacho en Lausana (Suiza).
Así se puso fin al sueño argentino, una pantalla utilizada ante los ojos del mundo del ajedrez mientras se negociaban las condiciones con el multimillonario ruso y su entronización en la dirigencia kazaja.
El CEO de la FIDE, el maestro israelí Emil Sutovsky, en su cuenta de Twitter escribió sin disimulo: “Tuvimos una fuerte oferta de Argentina (Gracias, amigos!, creo que vamos a tener algún torneo grande en Argentina este año)”. Tal vez el Mundial de Fischer Random sea uno de los espejitos de colores dado en agradecimiento para 2023.