Uno de los grandes partidos que se han jugado hasta el momento en el Australian Open es el que protagonizaron el británico Andy Murray y el australiano Thanasi Kokkinakis, una batalla épica que se resolvió después de cinco sets y casi seis horas de lucha. El partido, que terminó 4-6, 6-7(4), 7-6(5), 6-3 y 7-5 a favor del escocés, tuvo uno de sus mejores puntos en la tercera manga, donde Murray empezó a gestar su memorable remontada ante el crédito local.
En esta acción del tercer set, el veterano tenista de 35 años hizo un gigantesco esfuerzo para defender los ataques de Kokkinakis, desplazándose de lado a lado para no dar por perdida ninguna bola y finalmente haciendo que su rival vuelvo sobre sus pasos para luego cometer un error no forzado.
Este empeño fue el que mantuvo a Murray en pista ante un rival incapaz de frenar la mejoría del ex número 1 del mundo, quien peleó durante cinco horas y 45 minutos ante un adversario al que no le bastaron los 37 aces con los que terminó el partido. Una victoria que lo ha puesto como próximo rival del español Roberto Bautista, quien también necesitó de cinco sets para batir al estadounidense Brandon Holt.
Murray y Kokkinakis le regalaron al público australiano un partido dramático hasta la madrugada, con el jugador aussie furioso por sus propios errores y el británico siendo consciente de que cada ronda es una nueva vida en su larga y accidentada carrera deportiva.
Después de que el australiano ganara las dos primeras mangas, Murray tomó una postura muy valiente. Se dio animó a si mismo golpeándose el pecho, le sostuvo la mirada a su rival y sacó a relucir su mejor tenis para fimar puntos espectaculares, lo que dejó a Kokkinakis totalmente desconcertado.
En su decimoquinta presencia en Melbourne, donde cinco veces llegó a la final –perdió cuatro veces con Djokovic y una con Federer– y acarició un título que nunca logró, Murray mostró que su merma física no va a impedirle luchar hasta el final en cada partido. Las dos operaciones de cadera han sido duros obstáculos para quien ahora está en el puesto 66 pero actúa como si todavía estuviera en los primeros puestos.
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