El primer tiempo en el Hazza Bin Zayed Stadium de Abu Dhabi se terminaba cuando llegó una de las grandes polémicas de la final de la Supercopa Internacional entre Boca Juniors y Racing. Nicolás Oroz intentó disputar una pelota, llegó tarde y le pegó un violento rodillazo en la cara a Agustín Sández. El árbitro Fernando Rapallini cortó inmediatamente la jugada, pero no le mostró ninguna tarjeta al atacante de la Academia que ya estaba amonestado.
Fue un error del juez principal del partido, porque debió mostrarse la segunda amarilla y expulsar al jugador de 28 años. Las faltas se miden por la acción y las consecuencias, porque fue una acción temeraria. El reglamento indica que las situaciones de esta índole se enmarcan en las jugadas en la que un futbolista “realiza una acción que entraña daño físico (no necesariamente grave) sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario, por lo que deberá ser amonestado”. La intencionalidad en el fútbol no se juzga más, pero sí las acciones y sus consecuencias.
Inmediatamente Luis Advíncula, Pol Fernández, Javier García y Sebastián Villa reclamaron por el hecho, pero el juez hizo caso omiso. Desde el VAR tampoco recibió un llamado de Héctor Paletta (a cargo de la herramienta tecnológica) para ir a visualizar las pantallas, ya que el protocolo no contempla amonestaciones y los jueces en la cabina no interpretaron que la acción haya sido para roja directa.
Esta situación, que se dio a los 47 minutos del primer tiempo, cuando ya se disputaba el segundo adicionado, podría haber dejado con un futbolista menos a Racing porque Oroz había visto la amarilla a los 37 minutos por una dura patada a Norberto Briasco cuando disputaron la pelota.
El hombre que estuvo a préstamo en el fútbol griego fue el único que vio una amarilla durante la etapa inicial del encuentro. El marcador del partido estaba igualado 1-1 a raíz de las anotaciones de Facundo Roncaglia (a los 17 minutos) y de Johan Carbonero (20 minutos). Recién volvió a sacar una tarjeta sobre el final del segundo tiempo, cuando amonestó a Carbonero por una falta sobre Luca Langoni.
En los minutos finales, Rapallini volvió a quedar en el centro de las miradas por el penal que cobró a favor de los de Avellaneda que les permitió anotar el 2-1 y apoderarse del título.
La designación de Rapallini para esta final por un título oficial ya había quedado bajo la lupa porque había tomado una controvertida determinación en la última jugada del partido correspondiente a la Fecha 13 de la Liga Profesional 2022 que terminó con un 0 a 0 entre la Academia y el Xeneize en el Cilindro de Avellaneda
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