No fueron días sencillos los que ha atravesado el Paris Saint-Germain desde que terminó la Copa Mundial de la FIFA en Qatar. Al equipo parisino le ha costado agarrar ritmo de competencia, sus figuras fueron sumándose de manera paulatina, y su última presentación en la Ligue 1 fue con derrota ante el Rennes pese a que ya contó con la participación en simultáneo de Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé. No obstante, 72 horas después de su segunda derrota consecutiva como visitante en el torneo, el PSG puso un pie en Medio Oriente para atender compromisos comerciales que le significaron un buen ingreso económico.
Al quedar programado para el lunes 23 de enero su partido contra el Pays de Cassel por los octavos de final de la Copa de Francia, la entidad parisina vio la posibilidad de hacer una pequeña gira por el Golfo Pérsico durante unos días. Es una obligación contractual que había sido validada por la antigua dirección deportiva del club y que debió ser respetada, sobre todo porque hay mucho dinero de por medio: el PSG obtuvo más de USD 15 millones en ganancias por esta presentación, según información de RMC Sport.
Las cuentas de la institución francesa manejada por inversores qataríes han mostrado pérdidas muy elevadas en las últimas temporadas y el Fair Play Financiero de la UEFA ya le ha significado castigos por estos déficits presupuestarios (pagaron una multa de USD 65 millones), además de que existe el riesgo de que las sanciones sean más severas si la situación contable no mejora.
Con la presencia de Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé, el PSG primero hizo una escala en Doha. Es sabido que Qatar es donde operan los dueños del club y uno de sus principales patrocinadores, como la aerolínea Qatar Airways, que se ha encargado del traslado de los jugadores y todo el staff en las mejores condiciones para evitar mayores fatigas. Fue en la capital qatarí donde el miércoles realizaron un entrenamiento con puertas abiertas a los medios de comunicación en el moderno complejo Aspire.
Y casi sin tiempo para descansar, el plantel que dirige Christophe Galtier viajó a Riad, la capital de Arabia Saudita. Este jueves disputó allí un partido amistoso contra un combinado de jugadores de los dos mejores equipos de la liga local: Al-Hilal y Al-Nassr. Fue un equipo que contó con la presencia de nombres conocidos, como el peruano André Carrillo, el brasileño Luiz Gustavo, el camerunés Vincent Aboubakar, la estrella árabe Salem Al-Dawsari (autor de un gol ante Argentina en el Mundial), y los argentinos Luciano Vietto y Gonzalo Pity Martínez.
Aunque la última incorporación estelar para este elenco ha sido Cristiano Ronaldo, quien se marchó del Manchester United para recalar en el Al-Nassr a cambio de un contrato hasta 2025 a cambio de más de USD 200 millones por temporada. Este nuevo desafío en la carrera del astro portugués de 37 años comenzó con un partido ante Lionel Messi, a quien le ha discutido el trono del fútbol mundial en los últimos 15 años.
CR7 fue el capitán del equipo dirigido por Marcelo Gallardo, ex jugador del PSG devenido en uno de los mejores entrenadores de Sudamérica, quien salió de River Plate el pasado diciembre tras conseguir 14 títulos en un ciclo que se extendió por poco más de ocho años. Son participaciones que le han puesto mucho atractivo a un partido que no pasó desapercibido y desencadenó en un comportamiento irracional a la hora de adquirir tickets para el cotejo.
Turki al-Sheikh, asesor de la Corte Real y jefe de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, hizo una subasta benéfica en la que puso en juego una entrada VIP para el partido con beneficios exclusivos, como la oportunidad de tomarse fotografías con los jugadores y acceder a la zona de vestuarios. Según informó Le Parisien, la subasta comenzó en 1 millón de riales saudíes (cerca de USD 250.000) y finalizó con una oferta de 10 millones de riales (aproximadamente USD 2,6 millones) realizada por un magnate inmobiliario.
Hubo mucha expectativa por ver el debut de Ronaldo en el reino saudí en lo que parece ser el cierre de la carrera del cinco veces ganador del Balón de Oro, que fichó por dos años y medio con el Al-Nassr pero luego será embajador del fútbol en este país y la cara visible para la candidatura saudí para organizar la Copa Mundial de la FIFA 2030, justo la edición centenario que se busca traer a Sudamérica. Sus vecinos le han abierto los ojos: organizar el torneo más famoso del deporte más popular del planeta es una gran forma de mostrarse ante todo el planeta.
En una semana en la que el PSG solamente tenía programado un partido y Christophe Galtier podría haber intentado nivelar física y tácticamente a su equipo, el club quedó comprometido a cumplir con una gira por Medio Oriente que le sumará 14 horas de vuelo en poco menos de tres días y un cambio climático importante. La diferencia horaria entre Francia y esta región del mundo es mínima pero la brecha con la temperatura es mucho más significativa.
Es un partido amistoso, donde el riesgo de desgaste y posibles lesiones es muy bajo. Pero es innegable que el Paris Saint-Germain encaró este compromiso de manera muy inoportuna. Galtier apenas ha recuperado a Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé después de su participación mundialista y les toca regresar a territorio árabe a menos de un mes del gran choque de octavos de final de la UEFA Champions League contra el Bayern Múnich, cuyo partido de ida será el próximo 14 de febrero.
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