La reciente muerte del italiano Gianluca Vialli, de 58 años, ha conmocionado al fútbol mundial. El mítico delantero de la selección italiana y de clubes como Cremonese, Sampdoria y Chelsea luchaba contra un cáncer de páncreas desde 2017 y la noticia ha disparado las alarmas después de la declaración de su ex compañero Dino Baggio, con quien coincidió dos temporadas en Juventus.
En diálogo con Tv7, Baggio, de 51 años, se mostró muy dolido por el fallecimiento del ex goleador y asombró con su declaración: “Luca se fue demasiado pronto de nuestras vidas. Habría que investigar sobre las sustancias que tomamos en aquella época. Siempre hubo dopaje y se debería ver si algunos suplementos hicieron daño con el tiempo. Tengo miedo por mí, le está pasando a demasiados futbolistas, enfermedades, muertes...”.
En este sentido, agregó: “En mis años, en los ‘90, había dopaje. No tomabas cosas raras, eran cosas normales, pero hay que ver si, con el tiempo, el cuerpo las sabe expulsar o si se te quedan dentro. Muchos hablaron también del césped de los campos, de sus productos...”. Sus comentarios han generado un fuerte impacto en la prensa internacional, pese a que no hay conexión alguna probada entre un posible dopaje y la muerte de Vialli.
Dino Baggio, quien se retiró en 2009 en el ascenso italiano, surgió de las inferiores de Torino y se destacó con las camisetas de Juventus (en donde ganó la Copa de la UEFA 1992/93, Lazio y Parma (donde ganó las Copas UEFA de 1994/95 y 1998/99), entre otros clubes de su país. Además, disputó el Mundial de Estados Unidos 1994, en el que marcó dos tantos, y el de Francia 1998.
Por su parte, Vialli, nacido el 9 de julio de 1964 en Cremona, comenzó su carrera como profesional con la camiseta del Cremonese, para luego dar el salto a la Sampdoria en 1984, donde hizo historia al ganar un Scudetto, tres Copas de Italia, una Supercopa de Italia y una Recopa a lo largo de ocho temporadas. Además forjó una entrañable amistad con Roberto Mancini. También fue finalista de la Copa de Europa, donde cayeron ante Barcelona en Wembley. En Juventus tuvo otro destacado paso al levantar cinco trofeos en cinco años: un Scudetto, una Copa de Italia, una Supercopa de Italia, una Copa de la UEFA y la Champions League de 1996. Su carrera culminó en 1999, después de tres años en el Chelsea de Inglaterra (una FA Cup, una Copa de la Liga, una Recopa y una Supercopa de Europa).
Con la camiseta de la Nazionale jugó 59 partidos y marcó 16 goles. Disputó los mundiales de México 1986 (octavos de final) e Italia 1990 (tercer puesto) y fue semifinalista de la Eurocopa de 1988 en Alemania Occidental. También formó parte de la expedición italiana que se coronó campeona de la pasada Europa en Wembley tras imponerse a Inglaterra en la tanda de penaltis.
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