Arrancó el fútbol de verano con el empate entre Boca Juniors e Independiente en San Juan y arrancó lamentablemente la actividad de las barras. Como para desalentar a todos los que sueñan con el regreso del público visitante en forma oficial en el torneo local. Porque una vez más las barras fueron protagonistas y falló el operativo de seguridad. Afortunadamente hubo un solo herido leve porque, según pudo averiguar Infobae, entre los hinchas que estaban en la zona había un barra de La Doce que mostraba una faca en forma amenazante y que fue el hecho que terminó desmadrando un espectáculo que debía ser normal y tuvo una interrupción por los incidentes de varios minutos.
La llegada de ambas barras ya preanunciaba un clima extraño. Si bien La Doce arribó en pleno al lugar y sus líderes se quedaron afuera por el derecho de admisión (que como ya contó Infobae no corre para la Supercopa Internacional y estarán a pleno en Abu Dhabi), en el ingreso a la cancha hubo algunos movimientos extraños para sacar de la zona donde siempre se ubican a algunos hinchas sanjuaninos que estaban en el lugar. Lamentablemente cada vez que Boca va al Interior esas imágenes suelen verse porque La Doce desaloja a los hinchas pacíficos para dominar el centro y bajar el telón que cubre buena parte de la popular.
Del otro lado el tema estaba más picante. Porque la facción oficial Los Dueños de Avellaneda llegó a pleno hasta el Bicentenario y para no tener problemas, la Policía decidió cortar en la ruta al grupo disidente, ahora llamado Los Pibes del Rojo de Verdad, que son los que antes estaban bajo el liderazgo de Pablo Bebote Álvarez y se hacían llamar Los Diablos Rojos. Si bien tenían entradas, no los dejaron pasar y entonces la disidente debió pegar la vuelta acompañada por dos móviles policiales para que no esperaran en la ruta a los rivales, pero antes dejó una bandera contra el líder de la oficial, Juan Ignacio Lenczniki, alias Juani, como para dejar claro que no entraron por cuestiones ajenas a su voluntad. Bandera que claro, apenas duró unos minutos hasta ser desalojada.
Una vez que las dos barras oficiales de cada club estaban en la cancha, más allá de los cantitos amenazantes habituales, todo se desarrollaba con normalidad aún cuando insólitamente entre la tribuna del Rojo y la platea de Boca no había un cordón policial que hubiese prevenido los incidentes que se desarrollaron cuando transcurría el segundo tiempo. Porque como el partido no entregaba mucho, la facción de Villa Tranquila de la barra del Rojo que se ve que no tiene por hábito comportarse como el nombre de ese barrio de Dock Sud, empezó a provocar a los plateístas del Xeneize. Insulto va, insulto viene, rápidamente todo pasó a instancias de tirarse lo que encontraran a mano. Botellas, palos y hasta un tacho de basura volaron por encima del alambrado.
Cuando la situación empezó a tomar calor, 40 integrantes de La Doce decidieron intervenir a su manera: esto es, con más violencia. Se llegaron hasta el sector de los incidentes y trataron de robarse tres banderas que estaban pegadas en ese lugar del alambrado. Una de Berazategui, otra clásica que reza Los Pibes de Wilde y una última que identifica al barrio de Villa Devoto. Y en ese momento también intervino entonces la barra de Independiente que fue, como se dice en la jerga, a defender los trapos, con su líder Juani a la cabeza. Cuando éste llegó allí para supuestamente calmar las aguas, fue divisado por uno de los barras de Boca que según hinchas que estaban en la zona sacó un cuchillo de estilo tumbero, tipo faca, e intentó agredirlo por entre el alambrado lo que provocó el desmadre total de la situación, la paralización del partido y la intervención primero de varios jugadores como Iván Marcone, Rodrigo Rey, Joaquín Laso, Darío Benedetto y Pol Fernández, intentando infructuosamente hacer recapacitar a los barras, y después recién de cinco minutos de agresiones apareció la Policía para formar el famoso pulmón, separar a los más violentos y permitir la reanudación del juego sin llevarse a ningún detenido.
En el medio del lío, un grupo de la peña de Mendoza de Independiente que está más identificada con la vieja guardia de Bebote Álvarez, denunció que la barra oficial aprovechó el momento para robarles dos bombos y que además los agredieron a ellos y a gente de una peña de Catamarca para dejarles en claro que o se alinean con Los Dueños de Avellaneda o pueden ir a la cancha pero sin ningún tipo de identificación que pueda relacionar a la tribuna con los anteriores líderes. Todo insólito pero real en este mundo extraño del fútbol argentino en el que las tribunas están dominadas por los barras. Y en el alambrado central se vieron no sólo las banderas de Los Dueños de Avellaneda sino también la de la facción Somos Nosotros, que responde a César Loquillo Rodríguez, que se alió a la oficial después de haberse enfrentado en 2021 y parte de 2022 en guerra total.
Así las cosas se verá que ocurre el miércoles próximo cuando vuelva a jugar Independiente, esta vez contra Everton, y el fin de semana, cuando se cierre el triangular con Boca enfrentando al equipo chileno. Después de lo del sábado se supone que habrá un operativo más aceitado para que nada suceda. Pero siendo fútbol argentino, cualquier cosa puede pasar.
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