La explosión que sufrió el año pasado el piloto francés Philippe Boutron obligó a los organizadores del Rally Dakar a redoblar los parámetros de seguridad en Arabia Saudita y el primer paso fue armar la primera semana del evento en un mismo campamento llamado Sea Camp que está ubicado a las orillas del Mar Rojo. Así lo manifestó el director de la carrera, David Castera, en una rueda de prensa en la que estuvo Infobae. Dentro del predio hay vehículos policiales y en las afueras controles a cada vehículo particular que quiere ingresar.
“Al estar en un Vivac (campamento) es más fácil para todos y todo el mundo se queda ahí. Hemos trabajado mucho en la seguridad y pusimos cosas nuevas. Hay más policías y personal que van a seguir la totalidad del Dakar. Hay mucho más control que el año pasado. Un control diferente para que tener en cuenta también lo que pasa, lo que puede pasar y lo que ha pasado”, afirmó Castera.
Este medio le preguntó en cuánto se mejoró la seguridad y el ex piloto respondió que “el año pasado teníamos 30 mil personas afectadas a la seguridad y no tengo un número exacto, pero sé que hay más gente que el año pasado. Sé que están controlando todos los vehículos que ingresan que es algo que no hicimos antes. Eso es un trabajo de las autoridades locales y son ellos quienes lo realizan. Hay vehículos de la Policía cada cinco y diez kilómetros. Están muy presentes”. Además, afirmó que “hay un trabajo en conjunto de las fuerzas policiales y militares”.
Si bien la carrera comenzó este sábado con un prólogo que fue una competencia de 11 kilómetros, hubo mucha actividad previa ya que los competidores y los equipos debieron hacer las verificaciones técnicas y administrativas. Se trata de 3.000 personas entre participantes, organización y periodistas acreditados de forma permanente. La nueva estrategia de seguridad se basa en tener a todos los involucrados en los campamentos e impedir cualquier entrada y salida de estas “aldeas nómades”, como se denominan a los campamentos dakarianos que tendrán nueve puntos a lo ancho del país.
El nuevo protocolo de seguridad se basó en concentrar todo en un mismo lugar y Amaury Sports Organisation (ASO), la empresa que está a cargo de los derechos comerciales del Rally Dakar, no quiso repetir la experiencia del año pasado cuando en la previa de la carrera los protagonistas se movilizaron por las calles de Yeda, que fue la ciudad epicentro de la carrera en el inicio y en el final.
Fue en uno de esos traslados que el 30 de diciembre de 2021 cuando un vehículo de asistencia del equipo que Boutron sufrió una explosión cuando su equipo se dirigía hacia el Estadio Rey Abdullah en el que debían realizarse las verificaciones, dos días antes del arranque de la carrera. El piloto galo sufrió heridas en sus piernas y permaneció en coma hasta el 6 de enero. Luego fue trasladado a Francia. El resto de los integrantes no sufrió consecuencias.
Esto generó la preocupación de sus colegas, entre ellos el argentino Orly Terranova: “Lo importante es que todos sepamos la verdad, así por lo menos podemos estar más alertas para la asistencia, dónde dejamos el auto. Porque si hay alguien que quiere usar el Dakar para mandar un mensaje, ya sea político, religioso, lo que sea, la verdad que no sé. Digamos, si por lo menos sabemos que estamos ante un posible incidente uno va a estar más alerta”, le dijo a Infobae en la pasada edición.
Ese hecho provocó que el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, propusiera la cancelación de la competencia a los organizadores (también galos), quienes optaron por conservar el respaldo de las autoridades sauditas cuyo contrato con ASO vencerá tras la edición de 2024. Según pudo saber Infobae está todo dado para renovar el vínculo por otros cinco años por lo que habría Rally Dakar en Medio Oriente para rato.
Pero el atentado Boutron caló hondo en Francia y la Fiscalía Antiterrorista del Estado realizó una investigación y determinó que “solo un explosivo improvisado” pudo provocar la explosión. Una vez terminada la carrera la radio RTL informó que los oficiales de justicia galos viajaron a agentes franceses se trasladaron a finales de enero a Arabia Saudita para analizar los restos del vehículo, en el marco de la investigación abierta por “intento de asesinato con fines terroristas”.
A su vez la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSI) de Francia también se involucró y según fuentes consultadas por RMC Sport afirmaron que no solo el de Boutron fue un atentado si no también el incendio que sufrió un camión de asistencia de la italiana Camelia Liparoti, piloto de la categoría Side by Side (UTV o vehículos areneros). En un principio se sospechó que el siniestro fue causado por un problema eléctrico, el trabajo de la DGSI puso el foco en un posible ataque terrorista, algo que desde un primer momento había planteado el copiloto de Liparoti, el español Xavier Blanco. La causa habría sido un artefacto explosivo de poco alcance.
Por eso ASO decidió para este año armar un recorrido alejado de las ciudades y montar sus propias burbujas para evitar el mayor contacto posible de las urbes. Incluso el personal local que trabaja en logística para el evento duerme en unos containers en el campamento y de esta manera no pueden salir. Cabe recordar que hay un comedor en el que ASO provee de alimentos en la mayor parte del día a todos los involucrados al evento.
El Sea Camp es un predio temporal de 23 hectáreas ubicado a las orillas del Mar Rojo y se advierte un vehículo policial y efectivos fuertemente armados cada 500 metros en todo el perímetro. Durante las dos de competencia todos los involucrados al evento no circulan por las ciudades. Los que lo hagan por tierra tendrán una fuerte custodia policial cuyos móviles pueden verse en las rutas. En tanto que la prensa y el personal de la organización de la carrera se trasladan de forma aérea y sus movimientos son desde los campamentos hasta los aeropuertos. Una vez que aterrizaron también cuentan con el resguardo de las fuerzas de seguridad para llegar al nuevo campamento.
Toda esta modificación en los protocolos de seguridad trata de evitar cualquier incidente posible que ponga en peligro a los pilotos y a todas las personas involucradas al evento. De todas formas, el estado de máximo alerta se mantiene y el objetivo es llegar al final que será el domingo 15 de enero sin ningún incidente.
Seguir leyendo: