La familia de Diego Armando Maradona homenajeó a la leyenda brasileña Pelé, fallecido este jueves en la ciudad de San Pablo a los 82 años. Fue mediante un sentido mensaje dado a conocer desde la cuenta oficial del astro argentino en Instagram. “Que descanses en paz ‘O Rei’ Pelé. Así te vamos a recordar siempre”, fueron las palabras publicadas junto a un fotomontaje que muestra el rostro del brasileño junto a la imagen el día de la consagración en el Mundial México 1970.
Desde la muerte de Diego, el 25 de noviembre de 2020, la cuenta de Instagram del astro argentino, con 7,6 millones de seguidores, quedó a cargo de sus hijos, quienes la utilizan para expresarse frente a hechos trascendentales y también para recordar acontecimientos de su carrera deportiva. Maradona y Pelé, las dos máximas figuras del fútbol mundial en el siglo XX, mantuvieron una relación con vaivenes marcada con la mutua admiración, los egos y sus diferentes posiciones políticas en relación con la FIFA.
Sin embargo, en la última década, ambos se mostraron mucho respeto. Incluso, el propio Pelé utilizó también las redes sociales para referirse a la muerte de Diego Maradona. “Qué noticia triste. Perdí a un querido amigo y el mundo, a una leyenda. No queda mucho más por decir, pero por ahora que Dios le dé fuerza a su familia. Un día espero que podamos jugar juntos al fútbol en el cielo”, escribió aquel 25 de noviembre de 2020.
Pero no fue el único, ya que una semana después, Pelé volvió a utilizar su cuenta de Instagram para dejar una conmovedora carta y que una frase hoy cobra mucha fuerza: “Un día, en el cielo, jugaremos juntos en el mismo equipo”.
La sentida carta de Pelé a Maradona a una semana de su muerte:
“Han pasado siete días desde que te fuiste. A muchas personas les encantó compararnos toda su vida. Fuiste un genio que encantó al mundo. Un mago con el balón en los pies. Una verdadera leyenda. Pero sobre todo, para mí, siempre serás un gran amigo, con un corazón aún más grande. Hoy sé que el mundo sería mucho mejor si pudiéramos compararnos menos y admirarnos más. Con eso quiero decir que eres incomparable”.
“Su trayectoria estuvo marcada por la honestidad. Siempre declaraste tus amores y disgustos a los cuatro vientos. Y con su particular manera, enseña que hay que amar y decir “te amo” con mucha más frecuencia. Su rápida partida no me dejó decirlo, así que solo escribo: Te amo, Diego”.
“Mi gran amigo, muchas gracias por todo nuestro viaje. Un día, en el cielo, jugaremos juntos en el mismo equipo. Y será la primera vez que pegue un puñetazo al aire sin celebrar un gol, sino por poder darte otro abrazo”.
Pelé y Diego Maradona se conocieron en 1979, en un encuentro propiciado por la revista El Gráfico: el brasileño ya protagonizaba su “gira despedida” en el Cosmos, de Estados Unidos, y el “10″ mostraba sus credenciales de heredero en Argentinos Juniors. La historia traería luego esa tensión de ambos, a veces silenciosa, a veces no, en reclamo de un trono que para muchos compartieron.
Como sucedería tiempo después entre el propio Diego y Lionel Messi, tal vez como sucediera antes entre el propio Pelé y Alfredo Di Stéfano, la comparación no llegó nunca a ningún lado, perdida en la esquina imposible de emociones y contextos.
Pelé tocó la guitarra en aquel primer encuentro y volvió a tocarla muchos años después como invitado especial de “La Noche del 10″, el programa que Diego hizo una temporada en Canal 13. Esa vez el brasileño cantó: “Vos querés ser yo, yo quiero ser vos”. Diego respondió con “El sueño del pibe” y la letra modificada: “Ganaré dinero. Seré un Maradona, un ‘Bati’, un Pelé”. Era 2015, la inédita diplomacia televisada del “Pelusa”. Antes del final del programa, una emisión histórica de un ciclo inolvidable, Diego lo invitó a un último sueño: hacer “un cabeza”. Lo hicieron. Ahí están las imágenes, al alcance de todos.
Más allá, Pelé solía recriminarle a Diego sus formas, su verborragia, el desorden de su vida personal, esas cosas; Diego le adjudicaba a Pelé cierta cercanía con el poder de la FIFA, una tendencia a callarse ante la injusticia. Eso además de pedir para sí mismo, cada uno, el trono del fútbol de todos los tiempos. En la mesa de los más grandes están seguro. Con Di Stéfano, con Messi, tal vez con un último integrante: el neerlandés Johan Cruyff. Pero, en el medio y como quedó reflejado en aquellos encuentros -en los extremos de su relación-, siempre hubo cariño y respeto.
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