Después de un mes intenso tanto futbolísticamente como emocionalmente, Lionel Messi disfruta de unos merecidos días de descanso en su Rosario natal antes de ponerse a las órdenes de Christophe Galtier en el PSG para encarar lo que resta de la temporada.
Tras consagrarse campeón del mundo con la selección argentina, y ser recibido por millones de fanáticos en el país, La Pulga llegó a su ciudad para pasar las fiestas junto a su familia y algunos amigos íntimos, entre ellos el uruguayo Luis Suárez, quien arribó a la zona cerca de la una del mediodía en un vuelo privado.
El martes, después de los multitudinarios festejos en Buenos Aires, Leo aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Rosario junto a Ángel Di María y Paulo Dybala, quien posteriormente partió rumbo a Córdoba para encontrarse con su gente.
Todo está listo en el Club de campo Kentucky, en Funes, para pasar navidad en familia. Una de las primeras en llegar fue Antonela, su esposa, junto a sus tres hijos Thiago, Mateo y Ciro. Hoy, en tanto, hicieron lo propio sus padres Jorge y Celia.
Sin embargo, con el motivo de una celebración íntima de la consagración en Qatar, La Pulga habría hecho una invitación extra en la que sumó a sus amigos más íntimos. Por tal motivo es que Luis Suárez arribó a la ciudad argentina junto a su pareja, y amiga de Antonela, Sofía Balbi y sus hijos.
La llegada del uruguayo no sería la única visita que reciba la familia Messi en Rosario ya que, según detalló el periódico La Capital, de esta ciudad, también estarían esperando por el arribo de Andrés Iniesta, con quien entabló una relación única durante su larga carrera en Barcelona.
Lionel Messi está viviendo días intensos tras ser campeón mundial. El capitán argentino llegó a Buenos Aires el pasado 20 de diciembre y paseó en micro con la copa bajo un calor agobiante. Posteriormente, una multitud lo esperó en la puerta de su casa para recibirlo de la mejor manera.
Pese al cansancio por el viaje agotador desde Qatar, sumadas a las caravanas de la madrugada del lunes, La Pulga saludó a todos y accedió a tomarse fotos. En un vuelo privado que partió desde la localidad bonaerense de San Fernando, el astro del PSG llegó a Rosario cerca de las 18.33 y unos minutos después bajó de la aeronave.
“Olé, olé, Messi, Messi”, cantaban los rosarinos que se acercaron al aeropuerto para darle la bienvenida, aunque debieron conformarse con verlos desde lejos. Mejor suerte tuvieron los empleados del aeropuerto con permiso para estar en la pista, que pudieron tomarse fotos y tenerlo frente a frente.
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