Locura total en Pujato, el pueblo de Lionel Scaloni, por la conquista de la Copa del Mundo: “Nos llenó de orgullo, no hay palabras”

Cientos de personas se unieron en el festejo y ahora esperan recibir al entrenador

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Pujato, unido por Lionel Scaloni
Pujato, unido por Lionel Scaloni y la selección argentina

Ya había sucedido antes, hace exactamente 25 años. Un hijo pródigo de Pujato había viajado hasta un lugar recóndito para mostrarle al mundo la bandera argentina de su pueblo con la conquista del Mundial Sub 20 en Malasia 1997. Y ahora llegó el turno de repetir el hito, pero siendo mayor, fuera de la cancha, con otro rol. Lionel Sebastián Scaloni es la personalidad más destacada de la historia de la localidad santafesina de 4.000 habitantes que cada vez respira más fútbol gracias a él. Toda la ciudad se movilizó el domingo pasado tras la serie de penales entre Argentina y Francia. Y ahora lo esperan.

“Fue la movilización más grande de la historia de Pujato, más que después de ganar los Mundiales del 78 y del 86. El domingo se pobló la plaza, lloramos todos, no dejamos de festejar. Y de ahí nos fuimos a la sede del Club Matienzo, donde Lio hizo sus primeros pasos, para seguir festejando. Queríamos darle esa alegría, que viera que tanto Pujato como el club en el que nació festejaban por él”, le contó Fabián Medicina, el presidente de la institución pujatense, a Infobae.

Cientos de camisetas de la Selección, varias de los equipos en los que militó Scaloni que fueron entregadas en mano a gente del pueblo y una bandera que se paseó por cada calle con la frase “De la mano de un Ranero, Argentina campeón mundial. Gracias Leo!!!”, haciendo referencia al apodo de Sportivo Matienzo.

"De las ranas al mundo",
"De las ranas al mundo", la frase del bombo que tiene el rostro de Scaloni

No hay palabras, solo agradecimiento. Lo que hizo Leo Scaloni por este pueblo y este club no tiene palabras. Nos llenó de orgullo. Siendo un tipo simple, trabajador, sin experiencia, pero demostró que cuando uno tiene compromiso, elige jugadores que lo respetan y tiene un cuerpo técnico que trabaja, llegar a ganar un Mundial es posible. Agradecerle siempre lo que hizo. Los argentinos nos merecíamos esto”, fue la sentencia final de la máxima autoridad del club.

Scaloni no pudo contener las lágrimas, mientras tenía en brazos a uno de sus hijos durante una entrevista con la transmisión oficial tras ganar la Copa del Mundo: “Yo sé que uno dice la familia. Si mi papá me está viendo, que creo que sí... Y mi mamá... Ellos me han dado una manera de entender de nunca bajar los brazos, no ir en contra de nadie, sino darle para adelante siempre. Hoy dio los frutos”. Este es uno de los motivos por los que todavía no se organizó una fiesta de bienvenida en Pujato: sus padres.

Vale recordar que hace algún tiempo, los papás de Lionel Scaloni sufrieron sendos ACV que sensibilizaron profundamente al conductor del cuerpo técnico de la Selección. Incluso llegó a pensar en la idea de renunciar por una situación de la que tuvo que hacerse cargo junto a sus hermanos.

Tati Holgado, canchero del Club
Tati Holgado, canchero del Club Sportivo Matienzo, sostiene el escudo de la institución

Los Scaloni son devotos del perfil bajo y en el club ranero pretenden que la coordinación con el máximo responsable de la gesta argentina en Qatar 2022 sea total para el recibimiento esperado. Posiblemente no sea en autobomba como ocurrió en el 97, cuando era un pibe de 19 años que dio la vuelta olímpica con aquel seleccionado conducido por José Pekerman. Pero en los pagos de Leónidas de Pujato, los bombos, platillos y parrillas están preparadas para homenajear al hombre más importante de su historia.

“Yo sabía que íbamos a ganarle la final a Francia, lo que no sabía era que íbamos a sufrir tanto. Cuando Leo me dé el okey, yo prendo el fuego y lo esperamos con un asado para festejar por la Copa”, es la promesa a distancia que hace Tati Holgado, el canchero todoterreno que abre y cierra el club cada día.

UN BREVE REPASO POR LA HISTORIA DE MATIENZO DE PUJATO

Las calles de esta localidad que está ubicada a 40 kilómetros de Rosario son pulcras. Las casas, bajas y coquetas. Los habitantes son aproximadamente 4.000 y en el corazón del pueblo se halla la sede del club donde el Gringo ensayó sus primeros remates y corridas. Una importante estructura que abarca toda la cuadra, bien arreglada y pintada, luce el escudo verdiblanco de la institución. Al lado de la puerta de ingreso una bicicleta nueva está apoyada, sin cadenas ni nadie que la vigile. Esta es la postal que describe a la perfección a Pujato.

Lionel Scaloni, el orgullo de
Lionel Scaloni, el orgullo de Matienzo de Pujato

En la sede de Matienzo se encuentran las canchas de tenis, padel, fútbol 5, bochas, y un espacio cerrado donde se practica minivóley, mamivóley, vóley de competición, taekwondo, básquet y fútbol (cuando llueve), y el predio donde juega la Primera.

El predio de Matienzo tiene seis años y la estructura que se levantó allí tiene poco más de tres. Hoy Sportivo Matienzo de Pujato, gracias a los recursos genuinos, ayudas estatales y el aporte constante de la familia Scaloni, se dio el lujo de volver a competir oficialmente en la Liga Casildense (la más competitiva de la zona) después de ocho años de haberse desafiliado. Cuenta con cancha principal, auxiliar y para juveniles e infantiles, que disponen de una utilería en la que además de materiales tienen botines para usar en entrenamientos y partidos (todos aportados por los Scaloni). El riego automático y resembrado con semillas combaten las quemaduras que provocan las heladas sobre césped en épocas de bajas temperaturas. Todo es con esfuerzo, todo es a pulmón.

El club se llena de vida y movimiento todos los días, prácticamente a toda hora. Los fines de semana compiten las inferiores (sábados), la Reserva y la Primera (domingos). Y como si se tratara de la ciudad de Avellaneda, donde los estadios de Independiente y Racing están separados por apenas unos metros de distancia, Pujato también ostenta el derby del pueblo entre Matienzo y Atlético, que posee un predio que se asoma entre unos altos árboles desde la perspectiva del campo de su acérrimo rival.

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