Lionel Messi vive de emoción en emoción. Desde el domingo 18 de diciembre, cuando a los 35 años ganó el Mundial con Argentina, disfruta de cada segundo. Ni hablar a partir de que pisó suelo albiceleste, en la madrugada del martes, con la especial recepción en el aeropuerto y en el predio de la AFA en Ezeiza, y la hora y cuarto que demoró el micro descapotable en unir los dos puntos, debido a la marea de hinchas que se acercó a rendirle tributo a la Selección.
En las primeras horas de la mañana despertó en su habitación del complejo abrazado a la Copa del Mundo. Y antes de subirse al micro para la caravana definitiva compartió en su cuenta de Instagram una emotiva carta, a la que le adjuntó un video con sus gambetas en Grandoli y Newell’s como punto de partida.
Pero en la fimlación se incluyen las frustraciones, como los tropiezos en los anteriores Mundiales, sobre todo la final de Brasil 2014. Nada es azaroso: en su escrito, la Pulga recuerda a los compañeros que llegaron a tres definiciones (la citada del Mundial y las Copas América 2015 y 2016) y no pudieron coronar. “Merecimos esa maldita final”, dijo sobre el golpe ante Alemania en tiempo extra.
Pero el video concluye con la gloria en Qatar, con la música de Wos y su tema “Arrancármelo”. El momento en el que besa el trofeo en la entrega de medallas coincide con un momento cúlmine de la letra: “Que las cosas vuelven a su lugar”.
En la misiva, Messi habla del aprendizaje que le ofrecieron los golpes: “Muchas veces el fracaso es parte del camino y del aprendizaje y sin las decepciones es imposible que lleguen los éxitos”. Y no se olvidó de Maradona: “También es del Diego que nos alentó desde el cielo”.
LA CARTA COMPLETA QUE MESSI PUBLICÓ EN INSTAGRAM
De Grandoli hasta el Mundial de Qatar pasaron casi 30 años. Fueron cerca de tres décadas en las que la pelota me dio muchas alegrías y también algunas tristezas. Siempre tuve el sueño de ser Campeón del Mundo y no quería dejar de intentarlo, aún sabiendo que quizá nunca se daría.
Esta Copa que conseguimos es también de todos los que no la lograron en los anteriores Mundiales que jugamos, como en 2014 en Brasil, donde la merecían todos por cómo lucharon hasta la misma final, trabajaron duro y la deseaban tanto como yo… Y la merecimos incluso en esa maldita final.
También es del Diego que nos alentó desde el cielo. Y de todos los que se la pasaron bancando siempre a la Selección sin mirar tanto el resultado sino las ganas que siempre le metíamos, también cuando no nos salían las cosas como queríamos.
Y por supuesto, es de todo este grupo hermoso que se formó y del cuerpo técnico y toda la gente de la Selección que siendo anónimos trabajan día y noche para hacérnosla más fácil.
Muchas veces el fracaso es parte del camino y del aprendizaje y sin las decepciones es imposible que lleguen los éxitos.
Muchas gracias de corazón! Vamos Argentina!!!
Seguir leyendo: