Después de más de cuatro horas en los que la caravana avanzó apenas 11 kilómetros, se informó que los futbolistas campeones del mundo no irían al Obelisco porque una multitud impedía el avance del micro. En medio de la marea humana de apoyo y festejos, el presidente de la AFA, Claudio Tapia, confirmó en sus redes sociales que sería imposible continuar con el desfile de la Selección.
“No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, escribió Chiqui.
“Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de seguridad Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la Capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino”, completó luego.
El micro descapotable bajó de la autopista a la altura de Larrazábal y se desmarcó de la multitud. Allí se dirigió a la Escuela de Cadetes, donde esperaron varios helicópteros que abordaron Messi y compañía, que no querían dejar a los fanáticos sin su saludo y la ofrenda del trofeo. En consecuencia, las aeronaves sobrevolaron el Obelisco y Plaza de Mayo para una vuelta olímpica aérea, que matizó la decepción por la imposibilidad de un contacto más cercano, como sucedió con los hinchas que acompañaron el paso del bus desde Ezeiza hasta que cortó abruptamente el lento recorrido.
“Los campeones del mundo están sobrevolando todo el recorrido en helicópteros porque se hizo imposible seguir por tierra ante la explosión de alegría popular. Sigamos celebrando en paz y mostrándoles nuestro amor y admiración”, argumentó en Twitter Gabriela Cerruti, portavoz de la presidencia, minutos después del reclamo de Tapia.
Otro que se expresó en redes sociales tras el cuestionamiento del titular de la AFA fue el Ministro de Seguridad Aníbal Fernández: “Con helicópteros de la Policía Federal y de Prefectura, los campeones del mundo sobrevolaron los espacios colmados de hinchas. Con varios millones de personas compartiendo, dieron una enorme vuelta olímpica… ¡Felicitaciones chicos! Son leyenda y orgullo de todos los argentinos”.
El fervor por el arribo de la Selección que obtuvo la tercera estrella en un Mundial ya había quedado reflejado en la llegada del plantel en la madrugada de este martes. El mismo micro descapotable de la caravana demoró una hora y 15 minutos en desandar los seis kilómetros entre el aeropuerto y el predio de Ezeiza, con una multitud que rompió los cordones de la cápsula de seguridad para estar cerca de los ídolos y provocó que el vehículo se moviera a paso de caracol.
Tras tamaño baño popular, más allá de que la pasión no permitió que el micro completara el plan, los jugadores regresaron al complejo que es su hogar en cada compromiso de la Selección. Y todo indica que pasarán Navidad en el país para a partir del lunes regresar a sus clubes, que ya reiniciaron la competencia o lo harán en las próximas horas.
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