Lionel Messi es empujado de atrás en medio del campo de juego, en pleno festejo de la selección argentina tras ganar el Mundial de Qatar. Cuando se da vuelta, no se asusta por el tackle, al contrario. Se le dibuja una sonrisa enorme. Se funde en un abrazo eterno con la mujer enfundada con una camiseta albiceleste. Son más de diez segundos en los que la escucha; ella bañada en lágrimas, él con la felicidad indeleble. Algunos medios internacionales incluso la confundieron con su madre, Celia. Pero fallaron.
La mujer en cuestión es Antonia Farías tiene 42 años y lleva una década trabajando con el seleccionado. No juega ni está detrás de la logística, pero es una pieza clave en la organización: es una de las cocineras del predio de Ezeiza y acompaña a los futbolistas en cada viaje. Además, a esta altura, resulta un talismán. Integró la delegación en la Copa América de Brasil, en La Finalissima y en Qatar. Es una de las dos representantes femeninas en el grupo. La otra es Verónica Miele, marketing manager de Argentina.
Antonia trabaja codo a codo con Diego Iacovone, a cargo del área y el encargado de los pantagruélicos asados que disfruta el seleccionado tanto en su hogar como en las travesías por el exterior. La tarea de Farías es silenciosa para el afuera, pero no puertas adentro: en la Copa América, así como el plantel le celebró los cumpleaños a Leo Messi, Germán Pezzella o Nico Domínguez, también hubo torta para Antonia durante la competencia. Lo mismo le había ocurrido, por caso, en medio del Mundial 2018, en Bronnitsy. En la concentración argentina, le cantaron el feliz cumpleaños junto al mismísimo Lionel Messi (también al entonces juvenil Nehuén Pérez).
Pero allí siempre estuvieron los trabajadores como Antonia, prestos para cumplir con su rol y facilitarles el trabajo a los jugadores, para que pensaran sólo en hacer historia. Y también para darles gustos a las estrellas. Lo contó el Kun Agüero hace unos días: tras los triunfos, los jugadores tienen sus “permitidos”. “Después del partido hay milanesa napolitana con papas fritas. Es una especie de motivación. Igual algunos comen, otros comen lo que venga. Es el permitido, nosotros le decimos. En Inglaterra comíamos pizza o fideos con salsa. Se puede tomar vino, cerveza”, relató.
¿Y quién es la especialista en milanesas a la napolitana? Antonia. Más allá de la mano para el plato más requerido, es muy querida por su personalidad positiva, incluso por los demás empleados. Y se notó en el abrazo con la Pulga, que sorprendió a los que no conocen la interna de la Selección.
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