“Era de pocas palabras, solidario con sus compañeros y muy responsable”, coinciden Graciela De Barberis y Patricia Magnino, dos de las maestras que tuvo Julián Álvarez en la Primaria de Calchín. El delantero del Manchester City y la Selección se muestra dentro de la cancha como lo era dentro del aula durante su niñez y adolescencia. Hasta fue abanderado con los colores celeste y blanco que hoy en día luce en cada partido.
Frente a la plaza San Martín del pequeño pueblo cordobés se encuentran pegados las escuela primaria Rivera Indarte y el Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) Domingo Faustino Sarmiento. El futbolista cursó allí el secundario hasta los 16 años y terminó de egresar en el colegio de River Plate.
Ambas instituciones educativas fueron el pilar para la formación de Julián y viven este momento de exposición con una mezcla de alegría y desborde por la cantidad de medios de comunicación que se acercan a indagar sobre la faceta estudiantil del Araña. Dentro de las aulas y los pasillos se puede apreciar la fiebre mundialista con banderas argentinas, maquetas de los futbolistas de la Selección y pinturas conmemorativas que realizaron los alumnos y alumnas.
“Todo esto ha generado una revolución y ver todo este pueblito con periodistas y gente sacando fotos o filmando la verdad que es sorprendente. Se vive un momento muy especial porque Julián está ahí (en Qatar) con esos grandes jugadores y cumpliendo su sueño. Siempre soñó con jugar en la Selección con Messi”, le narra a Infobae con una sonrisa radiante la mestra De Barberis.
Otro detalle particular del delantero que cautivó a Marcelo Gallardo y Pep Guardiola es que nunca iba a clase sin su tarea y su carpeta era una de las más prolijas. Y claro, siempre con sus papeles de forrar con escudos y colores de River Plate, club del cual es hincha fanático. “Cuando uno le corregía, se venía al banco y se ponía a ayudar a algún compañero. Si tenía material para otro que se lo había olvidado, él siempre tenía para compartir”, resalta su docente de quinto grado.
En sintonía con su colega, Magnino, añade que le llena de orgullo ver cumplir el sueño que tenía su alumno a los siete años y que no ha cambiado su esencia de ser una persona responsable, callada, de perfil bajo y muy solidaria.
Como reflejo a los valores que se transmiten desde la escuela, la maestra traza un paralelismo entre el seleccionado de Lionel Scaloni y el alumnado: “Los veo que están trabajando en equipo y se nota que están unidos. Son como niños que se divierten dentro de la cancha. Incluido Messi, que está como más relajado y lo disfruta más. Tienen una gran responsabilidad.
A horas de la final del Mundial entre Argentina y Francia, en las calles de Calchín se sigue respirando esa calma de pueblo, con bicicletas libres de cadenas y candados y con un silencio absoluto a la hora de la siesta, algo que este domingo se romperá cuando salga a la cancha Julián Álvarez junto a sus compañeros. En época de exámenes y promociones, los estudiantes estarán frente a la pantalla gigante del club observando a quien alguna vez estuvo en sus sillas y escritorios del aula. Alguien que alguna vez soñó con estar en una cancha de fútbol, con esa sonrisa que lo acompañó siempre.
La escuela donde estudió Julián Álvarez en Calchín
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