Fernando Peralta, el nuevo rey del ajedrez argentino con acento catalán

Hace 20 años emprendió una aventura: dejó los estudios universitarios y se trasladó a España para dedicarse al ajedrez. En su visita al país conquistó por cuarta vez el campeonato argentino

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 Fernando Peralta, en acción
Fernando Peralta, en acción

Fernando Peralta, el gran maestro argentino -que reside en Barcelona desde hace 20 años- acaba de adjudicarse la final del 97° Campeonato Argentino Superior de Ajedrez, tras coronar una notable labor en la que cosechó 8 puntos sobre 11 posibles, producto de seis triunfos, cuatro empates y sólo una derrota. La competencia, que reunió a los mejores exponentes locales de la actividad, se llevó a cabo en el hotel Monte Claro, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, en la Provincia de Río Negro, con una recompensa de 1.000.000 de pesos en premios. Así Peralta, que el martes emprendió el regreso hacia España donde el viernes próximo celebrará su cumpleaños 43, sumó su cuarto título personal (los anteriores fueron en 2006, 2018 y 2021) en el principal certamen del calendario anual de la Federación Argentina de Ajedrez (FADA), que aún tiene vigente al entrañable Don Miguel Najdorf como máximo ganador con ocho conquistas.

En el Aeropuerto de Ezeiza, consultado por Infobae por las razones del triunfo, el actual campeón argentino esgrimió sus argumentos con un punto de vista perspectivista, con reminiscencia en la teoría del filósofo español José Ortega y Gasset.

“Hay que tener en cuenta siempre las perspectivas; las circunstancias de cada uno. Para ganar este torneo sabía que tenían que darse una serie de factores más allá de jugar bien mis partidas. Este campeonato al igual que otros fue muy duro, muy competitivo; aquí estuvieron el N°1 y 2 del ranking, Alan Pichot y Sandro Mareco, pero en los últimos años sin la presencia de ellos los torneos no dejaron de ser luchados y difíciles. Por eso me preparé como lo hago habitualmente procurando alcanzar un buen nivel de juego que es lo que necesito para poder dar pelea; lo mío no es el talento sino el sacrificio. Sabía que necesitaría que se dieran una serie de resultados sin descuidar también ese factor especial de la suerte que siempre debe acompañarte para alcanzar lo proyectado” contó Peralta, representante del Club Obras, con voz suave y una felicidad que le desbordaba el rostro. Y agregó: “He jugado muchos campeonatos argentinos y en varios tal vez tuve una actuación mejor que en este último sin embargo eso no alcanzó para que en esas ocasiones pudiera ganarlo porque hubo participantes, sin desmerecer el mérito de su actuación, que jugaron el torneo de su vida y se quedaron con el título”.

En 2001, Fernando Peralta decidió trocar balances por gambitos; dejó sus estudios universitarios (3er año en Ciencias Económicas) y junto a sus amigos Lucas Moreda y Marcelo Ripari, teóricos para la aventura como él, viajaron a Europa con la ilusión de jugar y ganar dinero con el ajedrez, pero fallaron en el cálculo: en esa época del año no había torneos abiertos en toda España. La necesidad los llevo hasta Nova Gorica, en Eslovenia, donde se disputaba un torneo abierto; con una buena actuación y algo de fortuna consiguió clasificarse en la tabla de premios y así recuperar el aliento y las ganas de comer. Otra buena labor en Saint Vincent, en Italia (con victorias y empates ante el ucranio Beliavsky y los rusos Ephisin y Romanishin), lo entonaron y lo animaron para continuar por Clermond Ferrand (Francia) y Málaga (España). Habían transcurrido cuatro meses de la aventura cuando sus amigos optaron por el regreso; él se quedó, ya sabía lo que quería.

Al año siguiente volvió a Buenos Aires para recuperar fuerzas y aferrarse a los afectos de papá Horacio y su hermana, Celeste; mamá Elena había fallecido cuando él tenía15 años. Pocos meses después partió nuevamente, ahora acompañado de un nuevo amigo, el maestro Rubén Felgaer; la gira incluía torneos en Polonia, Dinamarca, Inglaterra y España. Las buenas actuaciones hicieron que el Club Cerdanyola, en Barcelona posara sus ojos en él; le ofrecieron trabajo y residencia. La estabilidad le permitió desplegar lo mejor de su juego, conquistó los certámenes de Andorra, Isla de Palma y Puerto de Palma, además de alcanzar el título de gran maestro. Recién en 2006 regresó a la Argentina para engalanar su palmarés: en Potrero de los Funes (San Luis) ganó su primer campeonato argentino.

“No suelo quejarme, soy más bien optimista y de tirar para adelante. Cuando dejé la universidad fue una decisión difícil, porque era interesante lo que estudiaba pero no estaba convencido de trabajar de eso, y si bien con el ajedrez tu futuro puede estar en el aire, yo creía que con responsabilidad y siendo ordenado podía alcanzar una estabilidad laboral a la par de otras profesiones” rememora Peralta hincha de Racing Club y representante argentino en nueve olimpíadas de ajedrez: Bled (2002), Turín (2006), Dresde (2008), Khanty Mansiysk (2010), Estambul (2012), Tromso (2014), Bakú (2016), Batumi (2018) y Chennai (2022).

Fernando Peralta
Fernando Peralta

Hace dos años, en tiempos de pandemia, Fernando Peralta perdió físicamente a su padre, desde entonces dedica a su memoria cada nueva conquista. El torneo de Bariloche no fue la excepción: “Sí, mi viejo siempre está y estará presente con cada conquista. Él me alentó mucho de chico y me apoyó para que me dedicara al ajedrez, incluso cuando a veces descuidaba el colegio. Con mi decisión de irme a Europa no me hizo problema, al contrario, me dijo que era lo que me convenía”, contó el flamante campeón argentino que desde 2017 vive en el barrio Sant Andreu y trabaja como profesor para el Club Valls de Tarragona y la Academia de Ajedrez FIDE.

-Pichot y Mareco fueron tus dos primeros rivales y los pasaste con una victoria y un empate. ¿Eso fue decisivo para tu conquista?

-No, no lo creo; ellos no eran sólo los favoritos para ganar el torneo, había seis o siete jugadores con chances reales y éramos once participantes muy parejos donde en cualquier mesa podía darse cualesquiera de los tres resultados. Yo me preparé para un torneo largo, sabía que atravesaría momentos buenos y malos; lo tomé como una prueba de resistencia y de mucha paciencia. Sabía que los resultados de las dos primeras partidas no serían decisivos.

-¿El control de las emociones y la concentración fueron las cartas principales?

-Creo que sí, porque particular y paralelamente con esta competencia se estaba desarrollando el campeonato mundial de fútbol en Catar, y la mayoría somos muy futboleros y teníamos un gran desahogo con cada partido del seleccionado argentino. En mi caso terminaba agotado después de mirar los partidos por TV. Llegábamos eufóricos y desconcentrados a nuestros juegos, si además le agregas los festejos de la gente en las calles celebrando cada pase de ronda, se hacía muy difícil despejarnos de ese entorno y separar lo emocional de lo racional. Por eso estuvo muy bien la organización de pasar las partidas en horario de mañana para que a la tarde pudiéramos ver los partidos mucho más relajados.

Fernando Peralta frente a Pablo
Fernando Peralta frente a Pablo Acosta

-Sos muy futbolero pero además muy fanático de Messi

-Sigo mucho el fútbol y soy hincha del Barsa; para mi Messi siempre fue lo mejor que vi en una cancha. Lo vi en su debut porque ya antes de jugar en la primera se hablaba de su genialidad en el Barsa “B”. Sufrí mucho su ida a Francia y por eso poco a poco me alejé del club.

-¿Messi y el campeón mundial de ajedrez Magnus Carlsen, tienen cosas en común?

-Creo que sí, muchas te diría. Son claramente los mejores de su tiempo con gran ventaja sobre el resto. Son muy completos, cosa que no se da en todos los deportistas; Messi ya demostró que puede jugar en diferentes posiciones y Carlsen lo puede hacer con distintos ritmos de juego en las partidas. Ambos poseen un talento natural al que le suman una gran dedicación. Lo mejor de ambos tal vez sea la fuerza mental, cómo gestionan la presión, saben y se sienten un paso adelante del resto.

-La llegada de tu cumpleaños 43 te encuentra feliz en el juego y en lo afectivo

-Sí puede ser (risas). Hace seis años conocí a Elisabeth Hapala (su actual pareja); ella es austríaca, tiene 28 años y también es ajedrecista. La verdad es que la pasamos muy bien juntos y nos animamos a proyectar cosas a futuro. Tal vez si las cosas siguen así intentemos formar una familia, aunque para eso deberé reorganizarme y ver como distribuiré mi tiempo y que dedicación le pueda dar al ajedrez.

Hace cinco años, Fernando Peralta realizó un trabajo de preparación junto al psicólogo deportivo, Marcelo Roffé. Conoció algunos secretos.

Fernando Peralta junto a los
Fernando Peralta junto a los organizadores, Hernán Trivissonno y Nahuel Santianes

“Fue un trabajo intenso. Aprendí de la importancia de algunas cosas que están por afuera del tablero, que no pertenecen a lo técnico pero que inciden en el resultado. El aprendizaje siempre es valioso, aunque no logres el objetivo por qué el camino te dejará enseñanzas; no todo es cuestión de ganar o salir primero. Uno debe planearse objetivos para crecer.

-¿Y cuál es el siguiente?

-Llegar a la próxima olimpíada, que será en Budapest en 2024. Son ciclos que se repiten cada dos años en los que hay que trabajar para ser regular y mantener un buen nivel. Por ahora estoy bien pero no sé por cuánto tiempo más haré el esfuerzo para lograr la clasificación y representar al país.

-La última olimpíada trajo un conflicto entre los jugadores, con dos integrantes del equipo masculino y dos del femenino. ¿Habrá alguna solución para que los cuatro se reintegren?

-Eso fue un inconveniente, pero tenemos que trabajarlo entre todos e intentar solucionarlo. Hay una gran responsabilidad que uno asume cuando decide representar al país. ¿Si alcanzará una charla?, de mi parte lo seguiré hablando y trataré de hacer lo posible para salvar la situación.

Por último, el flamante campeón argentino se refirió a dos de los jóvenes que se destacaron con su labor en el certamen disputado en Río Negro. Pablo Acosta, de 23 años, que obtuvo su segunda norma de gran maestro (le falta una más para el título), y Joaquín Fiorito, el más joven finalista de un campeonato argentino, con 15 años y dos meses, que sumó la segunda norma de maestro internacional.

“Lo de Pablo (Acosta) fue brillante, él pertenece a una generación en la que sobresalieron Alan Pichot y Tomás Sosa, ambos grandes maestros. Creo que en pocos meses él también alcanzará el título. Y de Joaquín, me asombra su crecimiento, lo rápido que quema etapas, ésta fue su primera final, pero será una de las muchas que jugará. Tiene la edad ideal para viajar a España, principalmente a Barcelona, donde hay competencia permanente y llegan muchas de las mejores promesas del mundo del ajedrez. Ojalá pudiera completar una gira de tres meses de la que seguramente sacaría un gran provecho. El tema es lo económico y me imagino que sus padres están muy preocupados con eso”, dijo el tetracampeón argentino.

Cada año Fernando Peralta acostumbra a darse un gusto: visitar la Argentina y participar del principal campeonato del país, aunque no sea redituable el esfuerzo. “Es que entre el costo del pasaje y la suspensión de mis clases particulares se me complica regresar al país; pero es algo que siento que lo necesito y disfruto mucho de hacerlo”.

El rey Fernando Peralta, acaso, como el cónsul romano Julio César pueda arengar la histórica frase para resumir la última conquista: Llegué, vi y vencí (Vine, vidi, vici). La mejor manera de celebrar el deber cumplido y con la satisfacción de emprender un nuevo regreso.

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