Cuando fue designado como director técnico interino en la Selección, tras una exitosa participación como orientador del combinado Sub 20 en el torneo de L’Alcudia, pocos apostaban porque se iba a ganar el banco. Menos que menos que iba a ganar la Copa América 2021, la Finalíssima, y que iba a conducir a la Albiceleste a la final del Mundial de Qatar. Sin embargo, en Pujato, donde todavía viven sus padres y en donde su hermano regentea los campos familiares, nunca dudaron de Lionel Scaloni. Allí están sus amigos, sus vecinos, sus orígenes, antes de que alcanzara el estrellato en el fútbol. Allí también germinó el director técnico, aunque suene extraño, habiendo emigrado tan pequeño.
Para remontarse a los inicios del DT nacional, en efecto, hay que viajar hasta la localidad santafesina próxima a Rosario. Allí se fanatizó con Sportivo Matienzo, donde su papá Ángel -alias Chiche- formaba parte de la Comisión Directiva y Subcomisión de Fútbol. “Un ganador total”, lo recuerda uno de sus primeros técnicos. “Era el Simeone del equipo”, lo describe otro.
Scaloni tenía devoción por el fútbol y ya desde pequeño empezó a mostrar cuestiones relacionadas a la dirección técnica. Porque se fijaba en el desempeño de los jugadores de campo desde que tenía 10 años sentado en una tribuna. Y porque a José Pekerman y Hugo Tocalli, sus mentores en la selección argentina, les cuestionaba cada decisión, cambio o circunstancia que sucediera en cada partido.
De Inferiores en Newell’s, pasó por Estudiantes de La Plata antes de consagrarse campeón mundial Sub 20 con la Selección en Malasia 1997. Y dio el salto a Europa para vestir las camisetas de Deportivo La Coruña (equipo con el que sumó sus cuatro títulos a nivel clubes), West Ham, Racing de Santander, Lazio, Mallorca y Atalanta.
De la formación como entrenador en Europa a ser colaborador de Jorge Sampaoli en 2018. La sorpresiva designación definitiva como DT del seleccionado mayor, cómo afrontó las críticas y el cimbronazo emocional que le provocó la enfermedad de sus padres, que lo llevaron a pensar en saltar del barco en medio del naufragio. Por suerte, no sucedió. Y Argentina lo disfruta, esperando por la final del Mundial de Qatar. Aquí, en este video, los detalles de sus orígenes, como nunca se contaron.
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