Así se vivió el pase de Argentina a la final en las tribunas de Lusail: un boxeador en la “barra”, la avalancha que rompió una butaca y los “juntavasos”

Todo lo que no se vio en las tribunas del estadio en el que la Selección derrotó a Croacia y donde jugará la final del mundo

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Brian Castaño causó furor entre
Brian Castaño causó furor entre los hinchas

Nuevamente el público argentino dio la talla en las tribunas de Lusail y armó una fiesta en lo que fue la clasificación del equipo dirigido por Lionel Scaloni a la final de la Copa del Mundo tras el contundente 3-0 frente a Croacia. Los tantos de Lionel Messi (de penal) y Julián Álvarez (por duplicado) llevaron tranquilidad a todos los presentes y evitaron que los de afuera sufrieran como había acontecido ante Países Bajos en los cuartos de final con los tiempos extras y tanda de penales.

Ya había empezado a haber clima desde el banderazo que reunió a cientos de hinchas y marcó un récord en Qatar, con mayor cantidad de efectivos policiales y burlas a Brasil por su eliminación. Además, hasta las últimas horas previas al inicio del encuentro con los croatas hubo reventa de entradas para un recinto que lució a tope: otra vez Lusail se completó con 88.966.

Los argentinos se hicieron sentir desde la entrada en calor y directamente anularon a los croatas que habían tomado buena parte de la tribuna en la que la Albiceleste anotó los tantos en el primer tiempo (además de otro sector lateral). “Muchaaachos, ahora nos volvimo’ a ilusionar”, fue el hit que más se repitió, más conmueve al plantel y ya está en boca de los fanáticos de otras nacionalidades que se aprendieron el estribillo. Sin embargo, hubo otro que le puso la piel de gallina a más de uno por el contexto: “Señores dejo todo, voy a ver a Argentina, porque los jugadores, me van a demostrar, que salen a ganar, que quieren salir campeón, que lo llevan adentro, cómo lo llevo yo”.

Butaca rota

Un emiratí se infiltró en el medio de la “popular” (en realidad todos los sectores tienen butacas, pero detrás de los arcos los fanáticos argentinos se suben arriba de los asientos) albiceleste y terminó sufriendo un poco en el segundo gol. Es que entre cuatro y cinco enfervorizados hinchas lo abrazaron e hicieron caer por una terrible avalancha. La fuerza de todos juntos hizo palanca en el respaldo de su banco y lo arrancó.

Por poco no termina lastimado, aunque enseguida lo ayudaron a levantarse y levantó el pulgar en señal de que estaba todo bien. Su bandera de Emiratos Árabes Unidos no sufrió ningún percance. Eso sí: lo que restó de partido tuvo que verlo con un pie en el fierro en el que estaba atornillada la butaca y el asiento de quien tenía adelante. Una experiencia incómoda, pero seguramente inolvidable para él.

En el entretiempo se calmaron los ánimos y bajaron las pulsaciones. Sin embargo, hubo revuelo entre muchos hinchas que divisaron al boxeador Brian Castaño, que amablemente posó con cada uno de ellos para sacarse selfies y fotografías en pose pugilista. El campeón superwélter de 33 años acaparó la atención por su ubicación privilegiada: casi justo detrás del arco en el que Lionel Messi frotó la lámpara y asistió a Julián Álvarez para el 3-0 definitivo.

Hinchas emocionados

Después de la jugada colosal que armó Messi para el 3-0, fueron varios los hinchas que empezaron a lagrimear. Al ademán de subir y bajar los brazos gritando “Messi, Messi” como si se tratara de una deidad, se le sumaron ojos vidriosos y emoción pura. Como cuando terminó el partido, momento en el que muchos decidieron no ocultar sus emociones.

“Esto es por Messi y todo este grupo. No es por nosotros, es por ellos. Por ellos, porque nosotros vinimos a acompañarlos. No nos sobra nada, esta gente se rompe el culo y los jugadores mucho más. Ellos nos representan. Nosotros estamos acá, pero ellos son hinchas jugando adentro de la cancha. Aparte de eso, Messi es el más grande. Nos falta un pasito más. El domingo tenemos que ganar”. La voz de este hincha, la voz de todos.

Hubo quienes apartaron por un rato la emoción de lado y decidieron llevarse algunos souvenirs. Como reaparecieron los vasos personalizados con el logo de “semifinales” de la marca de gaseosa que patrocina a la Copa del Mundo, entre cinco y diez argentinos barrieron la zona de plateas y apilaron los recipientes de ese tipo y también los grises de la cerveza oficial sin alcohol que se vende en los expendios de los estadios y que muchos habían dejado tirados.

“Nosotros también limpiamos, como los japoneses”, dijo socarronamente uno de ellos, que reunió unos 20 vasos para compartir con sus amigos en el regreso a Buenos Aires.

Hincha que junta vasos

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