El seleccionado argentino interpretó su mejor producción desde que llegó a Medio Oriente. Y lo hizo en las semifinales ante Croacia. El gran responsable de la notable victoria albiceleste fue Lionel Messi, quien abrió el marcador desde los doce pasos y luego improvisó una obra maestra para abastecer a Julián Álvarez, quien también ratificó su gran presente con dos gritos.
Cuando faltaban 20 minutos para el cierre del encuentro disputado en Lusail Iconic Stadium, La Pulga se adueñó de una pelota y sacó a pasear a Joško Gvardiol, el defensor enmascarado que quedó expuesto ante el talento de la estrella del PSG. La acción comenzó con un lateral en la zona de la mitad de la cancha, cuando el delantero del Manchester City descargó para su capitán, y la leyenda internacional empezó a desparramar su magia.
Dominio con el pecho, amagues para un lado y para el otro. Amenazas con volver a iniciar la jugada para volver a poner a Dominik Livakovic en peligro. Por la banda derecha el Diez se sacó de encima a su marca y envió una punzante asistencia que Julián Álvarez capitalizó con jerarquía: 3 a 0 y compromiso liquidado. El boleto hacia la final que se disputará el próximo 18 de diciembre ante el ganador del duelo que animarán Marruecos y Francia.
Lo llamativo es que el mejor jugador del mundo sigue batiendo récords. Apenas el árbitro italiano Daniele Orsato levantó el telón del espectáculo, el capitán del seleccionado nacional se transformó en el futbolista con más partidos en la Copa del Mundo, al alcanzar su vigesimoquinta presentación e igualó en la cima al alemán Lothar Matthäus. Además, el gol que convirtió a los 34 minutos de la etapa inicial lo dejó como el máximo goleador histórico del conjunto albiceleste en los mundiales con 10 gritos por encima de Gabriel Omar Batistuta.
Como si fuera poco, en el certamen de Qatar el rosarino de 35 años alcanzó la marca de Diego Armando Maradona como el jugador con más asistencias en un Mundial, con un total de 8.
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