El ruido de Marruecos que sorprende a todos en Qatar y el silencio de Cristiano Ronaldo que encendió las preguntas

El combinado africano hizo historia con su triunfo sobre Portugal y sus fanáticos se consolidan como los más bulliciosos de todo el Mundial. La contracara, un elenco europeo que cargó su mirada sobre un arbitraje de Facundo Tello que fue correcto

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El jugador Jawad El Yamiq celebró la victoria con una bandera mitad de Marruecos y mitad de Qatar (Foto: EFE/Abir Sultan)
El jugador Jawad El Yamiq celebró la victoria con una bandera mitad de Marruecos y mitad de Qatar (Foto: EFE/Abir Sultan)

(Enviado especial a Doha, Qatar) Había transcurrido más de una hora y media desde que Marruecos había dado un golpe histórico sobre el césped del Al Thumama Stadium. El plantel se hacía esperar en una zona mixta repleta de periodistas que habían esperado principalmente por la declaración de Cristiano Ronaldo. Un agente FIFA salió a avisar: están festejando todavía, si quieren esperar, esperen, pero todavía siguen celebrando. Fue –palabras más, palabras menos– la explicación. “¡Hicieron algo histórico!”, sintetizó con lógica absoluta cuando algún cronista refunfuñó por la demora.

Un rato más tarde comenzaron a escucharse algunos gritos de algarabía. Salieron abrazados entre ellos, saludando con euforia a periodistas de su país, dando entrevistas de a dos. Marruecos era una fiesta, pero además habían dejado sobre el césped imágenes de una belleza conmovedora como la de Sofiane Boufal, del Angers, bailando con su madre después de dejar afuera a Portugal. “Merecemos lo que nos está pasando. Pero esto no ha acabado. Solo de pensarlo tengo escalofríos. Es un sueño que no debe acabar”, dijo uno de los hombres de la jornada.

Los marroquíes son el equipo sensación de Qatar 2022, pero no es sólo por el resultado histórico deportivo para su cultura, para su continente. También por el compromiso físico que le imprimen a cada partido, que mezcla exigencia en la recuperación y sapiencia para distribuir la pelota. Con un Sofyan Amrabat –ese 4 calvo que corre y domina todo– imperial y un Azzedine Ounahi que complementan a las figuras. Ese mismo que porta el dorsal 8 y dejó boquiabierto a Luis Enrique hace unos días. “Me ha sorprendido gratamente el número 8, no me acuerdo cuál es el nombre, lo siento... Madre mía, ¿de dónde sale ese muchacho? Juega muy bien, me ha sorprendido… Pero él no ha parado de correr, tiene que estar destrozado. Me ha sorprendido gratamente. Espectacular”, dijo el ahora ex DT de la Furia Roja cuando Marruecos también les dio un cachetazo inesperado.

Sofiane Boufal celebró con su madre la clasificación a semifinales: una de las imágenes más emocionantes del Mundial (Foto: Reuters/Paul Childs)
Sofiane Boufal celebró con su madre la clasificación a semifinales: una de las imágenes más emocionantes del Mundial (Foto: Reuters/Paul Childs)

Es cierto que el Al Thumama no fue una caldera como sí ocurrió en el Education City Stadium hace unos días. Marruecos jugó una especie de clásico en las tribunas aquel día. La gente vivió, por cuestiones más sociales que deportivas, el duelo contra España de un modo especial. Expusieron su aliento ante Portugal, pero no tuvieron ese partido aparte. Así y todo, la afición marroquí sigue siendo de la más pasional de todo Doha. Estalla las tribunas, pero también obliga a un hecho excepcional en las afueras: reforzar la seguridad.

No son tantos los encuentros de este Mundial que tuvieron un control tan estricto como el que se vivió en las inmediaciones de estos cuartos de final. La Policía montada, que no tuvo una presencia habitual en los eventos, generó un cordón especial a dos cuadras del primer acceso para evitar que pase gente sin entradas cuando normalmente los playones de los recintos está repleto de fanáticos deambulando por las inmediaciones sin tickets. Muchos con el celular que reza “I need a ticket”, tantos otros ofreciendo boletos en reventa ilegal por lo bajo. Las fuerzas de seguridad estaban irascibles, a punto tal que fueron reticentes hasta para dejar pasar a los cronistas que llegaron sobre la hora y mostraban en el aire su credencial periodística.

Hay hinchas de esa selección que llegaron hasta Qatar si entradas, sólo para sentir a su equipo a metros del estadio o en alguna pantalla instalada en la nación anfitriona. La línea de bandera local ya avisó también que dará facilidades para viajar a las semifinales con Francia, en otro choque que podría ser tomado como una especie de derby por los marroquíes. No es una cuestión de la cenicienta del torneo lo que genera empatía con Marruecos. Tampoco es simplemente el calor que suda el aliento de sus tribunas. Es su historia de lucha, de esfuerzo, pero también de representación de una cultura que que por primera vez logra meterse entre los cuatro mejores de un Mundial masculino de mayores. Un jugador, incluso, tomó una bandera de Qatar unida a una de Marruecos para celebrar apenas sonó el pitazo final del argentino Facundo Tello.

Cristiano Ronaldo se marcha inmediatamente al vestuario tras la derrota de Portugal (Foto: Reuters/Carl Recine)
Cristiano Ronaldo se marcha inmediatamente al vestuario tras la derrota de Portugal (Foto: Reuters/Carl Recine)

Precisamente el juez argentino fue el objeto de las críticas portuguesas. Insólitas, por cierto. “Tengo que decir que es muy raro que nos arbitre un árbitro de un país que todavía tiene su selección en competición y no tenemos árbitros portugueses en el Mundial. Estos árbitros no ofician en la Champions League. No están acostumbrados a este tipo de juego y este ritmo. Inclinaron claramente el campo. En la primera mitad hay un penal claro sobre mí, sin duda alguna, porque estoy aislado y nunca en mi vida me dejé caer, cuando estaba solo con el portero y podía tirar al arco. Así de simple”, disparó Bruno Fernándes en la zona mixta donde se encontraba Infobae en coincidencia con su compañero Pepe. El europeo, evidentemente, considera que la Champions es el único parámetro en el mundo para medir a este deporte.

Ellos dos fueron los únicos que pararon a dialogar con la prensa del eliminado. Inclusive no pasó por el laberinto de los periodistas Cristiano Ronaldo, generando gran sorpresa en cronistas de diversos países que esperaban para conocer su palabra. ¿Seguirá o no seguirá en la selección portuguesa?, fue la pregunta que quedó flotando de todos los enviados especiales que fueron a buscarlo y se marcharon con las ganas de, al menos, ver su transitar en el día que podría marcar su despedida de la selección.

CR7, que ingresó en el complemento, tuvo apenas dos intervenciones significativas a lo largo de 45 minutos. Un pivoteo que casi termina en el empate de Joao Felix y un desmarque espectacular en tiempo cumplido que finalizó con un remate rasante que ahogó Bono, el arquero marroquí.

Cuando el silbato sonó, tres rivales fueron a abrazarlo inmediatamente, pero él parecía querer salir de ahí. Casi no reaccionaba. Mantuvo su paso firme rumbo al túnel, incluso cuando un hincha rompió los controles de seguridad y alcanzó a tocarlo antes que los policías lo tacleen. Fue el primero en irse de la cancha, pero no pudo sostener las lágrimas hasta el vestuario y las cámaras de la transmisión oficial captaron el doloroso momento de su llanto. Ese video ya se veía en la zona mixta y sonaba como un presagio de un posible mensaje. Pero el único recado que llegó de su lado fue de los encargados de prensa de Portugal: “Cristiano ya está en el ómninbus”.

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