No sé si finalmente podrá coronarse en Qatar como es su deseo. Está a dos partidos aún de esta posibilidad tan ansiada por los argentinos y una gran parte del mundo futbolístico que ve en Messi al último gran jugador, al ídolo, capaz de generar todo tipo de emociones.
El encuentro frente a Países Bajos mostró otra faceta de Lio. Una más combativa, desafiante, algo que por un lado era esperado por hinchas que quieren verlo más cercano a Maradona. Que le recriminaban que no viviera cada partido como una batalla, y que mantuviera esa intensidad durante los 90 minutos.
Por otra parte, aparecieron críticas a algunas de sus actitudes “pendencieras” como calificaron incluso algunos colegas. Lo que nos lleva a una conclusión: es imposible conformar a todos. Lo cierto es que Messi es uno de los mejores jugadores de la historia. ¿En qué lugar del ranking? Bueno, allí entran comparaciones. Ingresarán los datos, las estadísticas, los títulos y la subjetividad de quien las instale.
Este es su Mundial, porque es el último. Porque llegó campeón de América, con confianza, sin mochilas. Con un equipo que juega con y para él. Con el objetivo de levantar esta copa que lo obsesiona.
¿Él cambió? ¿Es otro Messi? ¿Se dio cuenta, acaso, que debía modificar cosas para complacer a la mayoría y ganar con la selección, o en realidad, estamos en presencia de la lógica evolución que nos dan los años, la experiencia y el contexto histórico?
Messi siempre fue igual, el creativo, el talentoso, el que como dijo alguna vez Pep Guardiola cuando le achacaron que bajaba la cabeza, que estaba como ausente, que en realidad, se estaba preparando. Escaneaba el campo, la ubicación de sus rivales, sus compañeros, para que, cuando le llegue la pelota, desbaratar cualquier esquema. Quizás la explicación de estos nuevos rasgos que vemos en él, estén ligados al lugar de liderazgo que siempre tuvo en el juego, pero que también comenzó a ejercer de la mano de Scaloni y el recambio, que lo dejó como el mayor, el de más edad, y supo que era su momento, su responsabilidad. No ya compartido con otro.
Este es el Mundial de Messi. Lo gane o no. Será recordado por su juego, su carácter, sus goles y lo que generó en todo el planeta fútbol. Las muestras de cariño, de admiración, de respeto; de jugadores, de entrenadores, de hinchas de otros países que anhelan, como nosotros, ver la imagen del capitán argentino con la copa del mundo. Cada vez falta menos, la ilusión sigue viva.
Seguir leyendo: