La selección argentina se enfrentará a Croacia en las semifinales del Mundial de Qatar 2022 después de haberle ganado 4-3 en los penales a los Países Bajos en una sufrida definición que repartió nervios a cada fanático de la albiceleste. Luego de que igualaran 2-2 en los 120 minutos, el dramatismo copó la escena dentro y fuera de las fronteras del territorio nacional porque existen videos virales que fueron grabados en Perú, Venezuela, España y hasta en Bangladesh.
Como era de esperarse, Buenos Aires fue epicentro de la locura. Incluso, hasta un chofer de un colectivo junto a los pasajeros no se quisieron perder el momento cúlmine en el Estadio Lusail. El conductor frenó en mitad de la calle y todas las personas se bajaron para reunirse alrededor de un televisor colocado de manera casera al aire libre para observar los instantes finales del partido. Después del tanto de Lautaro Martínez, el recorrido siguió con canciones y fiesta.
Otro de los videos que copó la escena pudo haber terminado en fatalidad. Enzo Fernández había marrado el cuarto penal del equipo y cargaba de responsabilidad a Lautaro Martínez. De su remate dependía si se acababa el partido o continuaba la serie, pero el Toro no falló y su disparo provocó un festejo desaforado en una de las tantas casas donde se siguieron todo el partido. La euforia por el festejo llevó a que un hombre se levantara de su silla en medio de un grito de celebración e intentara ir hacía el balcón para extender su alarido, pero no se dio cuenta de que la puerta vidriada nunca se había corrido de su eje y, cuando cruzó, se llevó puesto el vidrio hasta romperlo. Unos segundos antes, un gato había presenciado la situación, pero abandonó la escena justo a tiempo. Las voces dieron paso al silencio, pero se observó que el hombre no se había lesionado de gravedad, porque pudo mantenerse en pie sin inconvenientes.
Estas escenas de distinta índole se han repetido en toda la extensión de la Argentina después de una de las definiciones más emotivas de los últimos años. Incluso, hasta los científicos de la Base Marambio en la Antártida salieron al hielo para agitar la bandera y cantar por la Selección. Hubo gritos también en el aeropuerto de Ezeiza y hasta en un avión, gracias a que un pasajero llevaba una radio que captó el relato de los penales.
A esta altura, la locura de los argentinos no sorprende, porque lo mismo sucedió con la comunidad que vive en Madrid, España, y hasta con el arquero Wilfredo Caballero, que supo vestir los colores del seleccionado en Rusia 2018 y que ahora siguió el partido desde Inglaterra, en la concentración de su club, el Southampton. Pero lo más increíble es que la pasión no conoce de documentos ni pasaportes porque en Venezuela, Perú y Bangladesh.
La Scaloneta sigue avanzando en el Mundial y se extiende en todo el planeta.
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