Está buenísimo estar confiado y ser optimista, pero no hay que menospreciar a Países Bajos

El de mañana será el partido más grande que tendrá la Argentina, no solo por la instancia, sino también por la jerarquía individual del rival

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El periodista analizó la actualidad del Mundial 2022

Expectativa enorme en Doha, falta muy poco para el partido entre Argentina y Países Bajos. No hay conformación del equipo, dijo Lionel Scaloni que todavía faltaba un entrenamiento en el que definiría quiénes son los titulares para jugar el viernes. Es, claramente, el de mañana en Lusail el partido más grande que tendrá la Argentina. No solo por la instancia, sino también por la jerarquía individual del rival. La Selección no tuvo hasta ahora un partido de esas características, con jugadores cuya jerarquía pueda ser comparables a la de los nuestros.

Esto no es menospreciar lo que sucedió hasta el momento; es solamente poner claro sobre oscuro, es describir la realidad. No tiene nada que ver Arabia Saudita, México, Polonia o Australia con Van Dijk, Depay, De Jong y compañía. No hay en los rivales que enfrentó la Argentina con anterioridad laterales como Dumfries o Blind. Entonces, me parece que la de mañana es una prueba de alto peso.

Está buenísimo estar confiado o ser optimista con respecto a las posibilidades del equipo argentino, pero no hay que menoscabar ni desconocer lo que va a plantear Países Bajos.

El rival es un equipo que juega generalmente de la misma manera: no asume el protagonismo de los partidos y le da la pelota al que está enfrente. Esa puede ser un arma de doble filo para los de Louis Van Gaal, porque Argentina se la va a manejar mucho mejor que Ecuador, Senegal o Estados Unidos. Y Argentina puede herirlo mucho más con el balón en su poder que los rivales de turno. Lo que sucede es que Países Bajos te da la pelota porque tiene mucha capacidad para atacar de contra.

Hay algunos jugadores que no vuelven o lo hacen muy poco: Depay nunca regresa, a veces pasa la línea de la pelota. Gakpo es un jugador que se ha presentado de muy buena forma en la Copa del Mundo. De hecho, sus actuaciones hizo que muchos clubes empezaran a pensar en él como opción, como el Manchester United. Klaassen, el futbolista del Ajax, juega muy bien y ha marcado goles en el torneo. Pero lo más importante es el circuito de De Jong con los laterales-volantes que pasan constantemente al ataque.

Van Dijk, el capitán de la selección de Países Bajos y del Liverpool, es muy conocido para todos, juega muy bien pero es lento. Aké es marcador central del Manchester City y también juega bien. Todo el equipo neerlandés juega bien, tiene mucha riqueza y jerarquía individual, pero no le gusta manejar la pelota, que es la principal arma de Argentina.

Veremos qué equipo resuelve poner Scaloni. Pero si, como se especula, reúne a De Paul, Paredes, Enzo Fernández y Mac Allister, Argentina puede tener mucho la pelota y romper con cierta facilidad la fragilidad del esquema rival.

Países Bajos por momentos es muy lento en defensa y a las espaldas de De Jong hay un espacio muy interesante para que Messi y Julián Álvarez se tiren atrás, o para que rompan con Mac Allister o De Paul. Creo que con Paredes y Enzo Fernández Argentina podría controlar la mitad de cancha, en ese duelo que indefectiblemente va a darse con De Jong, que es el alma del equipo rival: en él nace el poderío del conjunto europeo mediante la búsqueda de la profundidad por las bandas o con los futbolistas que jueguen en ataque. Veremos si juega Klaassen o no, pero Depay y Gakpo seguramente estén desde el arranque.

Diez de la noche hora qatarí, cuatro de la tarde hora argentina, se terminan las palabras y comenzará a rodar el balón en el estadio más importante que tiene la Copa del Mundo, donde se jugará la final y donde Argentina ya jugó contra Arabia Saudita y México. Vuelve a jugar en Lusail el conjunto de Scaloni, aparentemente con De Paul, que no tendría la dificultad que se describió por todos lados, por lo menos eso fue lo que dijo el técnico. Veremos cómo termina esta historia.

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