Argentina le ganó una final del mundo a Holanda en 1978. Perdió contra Holanda en los cuartos de final de Francia ‘98. Venció por penales a Holanda en la semifinal de Brasil 2014. También empató cero a cero en Alemania 2006 y cayó por goleada 4 a 0 en Alemania ‘74. El viernes 9 de diciembre a las 16 horas ambas selecciones volverán a enfrentarse en una cita mundialista. Aunque con un cambio: ya no es más Holanda sino Países Bajos, ya no son más holandeses sino neerlandeses.
El cambio se decretó de manera oficial el primer segundo de 2020. Desde entonces, para el protocolo lingüístico, los organismos oficiales, las áreas institucionales, las entidades privadas y las sugerencias internacionales, lo que antes era Holanda se convirtió en Países Bajos. Además de un rejuvenecimiento de la marca país, de una renovación moderna y vanguardista, el cambio de denominación es una deuda histórica: Holanda nunca fue un país, sino una región.
Técnicamente Holanda son dos de las doce provincias del país: Holanda Meridional -del sur- y Holanda Septentrional -del norte-, donde se albergan las ciudades más preponderantes. En Holanda están Amsterdam, Rotterdam y La Haya, grandes núcleos urbanos donde subsiste el poder económico y se tensa la política del país. Pero en Holanda no están, por ejemplo, ciudades como Eindhoven, Breda, Utrecht o Arnhem. Llamarlas como regiones holandesas es un error común que desde mediados de la década pasada se proyectó reparar. Lo correcto, lo justo, es emplear Países Bajos para referirse al viejo Holanda.
El país del Norte de Europa había comenzado años antes de la implementación del cambio de denominación en 2020 una campaña de promoción e información para instruir dentro y fuera del territorio nacional el proceso de reestructuración en el nombre: la ingeniería estatal, los órganos culturales, toda órbita oficial a través de iniciativas de marketing que procuraron reducir la utilización de Holanda para referirse a los Países Bajos. Desde el primero de enero de 2020, el cambio de nombre acompañó una modificación del logo de la marca con las siglas NL -abreviatura de la denominación en inglés- y un dibujo en color naranja de un tulipán típico.
Países Bajos corrige el vicio en el que había caído la población hispanoparlante al concluir que las regiones populares y económicamente dominantes de Holanda representan al país en todo su conjunto. El uso coloquial de Holanda al ser reconocida como el área característica de la nación pasó a convertirse en el nombre de un país completo. El cambio obedece, además, a un componente objetivo de la geografía del país. Países Bajos proviene del término “Neder-Landen”, que significa “tierras bajas” y explica sin eufemismos que gran parte del territorio se encuentra por debajo del nivel del mar.
La historia de la nación esconde dos dominios europeos. Primero, cuando era una república de sólo siete estados, pertenecía a España a mediados del siglo XVI. Una guerra de independencia contra el dominio español que duró ochenta años, un levantamiento de provincias protestantes que fundaron la nación actual, el embrión de la Bélgica de hoy, una invasión del ejército francés en 1672, una guerra civil en 1785, la imposición de Napoleón del Reino de Holanda y la instalación de su hermano Luis Bonaparte en el trono en 1806. Todo antes de que los neerlandeses pudieran constituir una monarquía y nombraran a Guillermo VI como príncipe soberano de los Países Bajos, una dinastía que perdura hasta hoy y de la que desciende Guillermo, esposo de la argentina Máxima Zorreguieta, reina consorte.
Máxima ya no es la reina de Holanda, como subsiste en el imaginario colectivo argentino. La Real Academia Española (RAE) se pronunció sobre este aspecto: “El nombre Holanda designa estrictamente una región occidental de los Países Bajos, dividida en dos provincias, Holanda del Norte y Holanda del Sur”. Reconoce el nombre oficial del país como Países Bajos y traza cierto permiso el uso de Holanda en el habla coloquial, pero sugiere no repetirlos en textos oficiales.
La página de la oficina nacional de turismo de Países Bajos es holland.com. En la misma página hay un extracto en la solapa “preguntas frecuentes” que responde a una consulta que la globalización del Mundial de Qatar 2022 disparó: “¿Países Bajos y Holanda es lo mismo?”. La explicación del departamento de turismo es breve: “Los Países Bajos se componen de doce provincias, pero muchas personas usan ‘Holanda’ cuando hablan de los Países Bajos”. Y apunta tres datos simples: “Las dos provincias de Holanda Septentrional y Holanda Meridional juntas son Holanda. Las doce provincias juntas son los Países Bajos. Holanda se usa a menudo cuando se refiere a todos los Países Bajos”.
“Tendremos que saber explicarnos, porque Holanda y holandeses se usa con frecuencia fuera, y lo entendemos, pero a escala nacional es otra cosa. Un vecino de Brabante o de Frisia no es holandés, sino neerlandés, como el resto de los habitantes, y eso también es importante -expresaron desde el Ministerio de Asuntos Exteriores a El País de España el primer día de 2020-. Por otro lado, sabemos que en España, Francia e Italia, se utiliza más Holanda que Países Bajos para evitar confusiones. En el caso español, porque el segundo suele asociarse a los antiguos territorios de los Países Bajos de la época de Felipe II, que abarcaban, entre otros, hasta la actual Luxemburgo. O al Benelux mismo, en su conjunto. Es un reto adicional que debemos afrontar para que esta operación de renovación de la marca tenga éxito”.
La Copa del Mundo de Qatar contribuye a la homologación de la denominación oficial de Países Bajos. Ya lo habían hecho, en parte, la Eurocopa del año pasado y los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020, las primeras competencias internacionales de relieve mundial que Holanda dejó de ser, formalmente, Holanda.
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