España quedó eliminada del Mundial de Qatar 2022. Perdió por penales contra Marruecos en los octavos de final de la Copa del Mundo luego de igualar 0 a 0 en el tiempo regular. La caída del primer favorito en instancias eliminatorias causó conmoción global. Tal vez como nunca antes, la conferencia de prensa de Luis Enrique posterior a la caída generaba incertidumbre. El entrenador de la selección española se convirtió, a raíz de sus streamers, en uno de los personajes más interesantes de la Copa del Mundo.
Fuera de todo casette, exento del libreto de corrección política y alejado al discurso genérico del técnico del equipo que pierde sin merecerlo, Luis Enrique brindó una rueda de prensa con conceptos. Dijo que el fútbol es un deporte maravilloso, a pesar de que un equipo puede ganar sin atacar, asumió toda la responsabilidad por la derrota, respaldó con énfasis a sus jugadores y afirmó que no iba a hablar del rendimiento del árbitro argentino Fernando Rapallini, apuntado sí por los futbolistas de “La Roja”.
En la primera pregunta le cuestionaron el rendimiento colectivo del equipo. Luis Enrique preguntó si había visto el partido y después de la respuesta afirmativa del periodista, le preguntó si lo había visto de espalda a la cancha. Primer gag del entrenador: “Si algo hemos hecho es dominar el partido, nos ha faltado el gol. Dominar el partido, el centro del campo, generar situaciones de progresión ante un rival encerrado al máximo, con muchísima calidad defensiva, con muchísimo nivel… Es cierto que se nos puede achacar por no haber generado más ocasiones. Estoy de acuerdo. Podríamos haber generado más ocasiones, podríamos haber sido más efectivos en los últimos metros, pero yo, que conozco muy bien esa fase del juego, sé qué es la fase en la que menos espacio y tiempo hay. Marruecos se ha defendido muy bien. Estoy más que satisfecho de lo que ha hecho mi equipo, han representado a la perfección mi idea futbolística y de mi staff. Solo puedo felicitarles por su actitud y su comportamiento a lo largo de todo el Mundial. De la misma manera que felicito a Marruecos por su victoria, han estado mejor que nosotros en los penaltis, Bono ha estado espectacular y les deseo mucha suerte en el Mundial”.
“Estoy muy contento con el perfil de jugadores que tengo y no los cambiaría por ningún otro -respondió Luis Enrique en la pregunta siguiente-. Son los que he seleccionado y voy con ellos a muerte. Si hay un responsable de algo evidentemente soy yo. Les felicito de nuevo por cómo han competido, por cómo se han comportado y por el mundial que hicieron. Es evidente que tenemos una sensación de tristeza, de decepción por el apoyo tan potente que hemos recibido de nuestra afición. No lo hemos podido devolver con resultados, eso es lo que nos apena”.
Indagaron en su continuidad al mando de la selección española. El ex futbolista de 52 años respondió: “No te lo puedo decir porque no lo sé. No es el momento de hablar de mi futuro. No tiene ninguna importancia, ningún interés. La selección va a tener tiempo para competir y mi contrato se acaba. Sabes que estoy muy a gusto en la selección, en la federación y con el presidente. Si por mi fuera, por el cariño que he recibido siempre del director deportivo y del presi, seguiría toda mi vida. Pero no es el caso. Tengo que pensar con tranquilidad qué es lo mejor no solo para Luis Enrique, sino también para la selección”.
Habló también de la integridad de sus jugadores y de los rivales. Destacó la honestidad de ambos planteles y lo distinguió como una enseñanza para los más jóvenes: “Ha sido un partido muy limpio entre dos selecciones, cada uno con su idea intentando llegar a la victoria. No tengo ninguna queja de Marruecos, sino todo lo contrario. Ha sido muy bonito para los niños en el mundo que puedan ver cómo se digiere una derrota felicitando al equipo que ha ganado, independientemente si consideras si es justo o no. Esto es el deporte y la vida. Es importante el respeto. Los profesionales de Marruecos y de España hemos estado, en ese aspecto, soberbios”.
España se fue del Mundial luego de haber desperdiciado los tres penales que ejecutó en la tanda. No pudieron convertir Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets. En rueda de prensa, le preguntaron si había alguna razón detrás de estos fallos. En su exposición se permitió la ironía y una autocrítica cargada de sorna: “La explicación es muy clara. He sido yo el que ha escogido a los lanzadores. Consideraba que eran los mejores que estaban en el campo. Si ahora mismo empezara otra vez otra tanda de penaltis, escogería los tres mismos lanzadores primeros. El resto de los lanzadores decidí que los eligieran ellos porque un entrenador de mi personalidad condiciona a los jugadores. Les he dado libertad para que eligieran a partir de esos tres. Imagínate el ojo que tengo. Lo que sí haría si empezaría una tanda de penaltis, quitaría a Bono, lo cambiaría y pondría a otro portero”.
En su autocrítica sí apuntó a una decisión personal con un futbolista de su plantel: “Los jugadores han seguido el plan al 100 por ciento. Ya no vale de nada flagelarse. Hay que analizar el partido con tranquilidad. Ya no tengo prisa porque estamos afuera. No tengo ni un solo reproche para este grupo de jugadores. Ha sido una concentración maravillosa, perfecta, la concentración ideal. Solo tengo algún resquemor a nivel personal con algunos jugadores que se han quedado sin jugar y merecían jugar. Sobretodo tengo un resquemor con uno de ellos, que es Pablo Sarabia, con quien he sido muy injusto porque lo he sacado solo para sacar un penalti y en dos segundos ha hecho dos ocasiones. Me he equivocado totalmente con la no alineación de Pablo Sarabia en todo el mundial. Este es el único resquemor, el único castigo que tengo. Pero tengo que tomar decisiones continuamente. Ahora mismo sí que cambiaría, seguramente a Pablo Sarabia le habría dado más minutos”.
En una de sus últimas intervenciones, ensayó un concepto de la felicidad que genera en el fútbol y tomó a la Selección Argentina y a los hinchas argentinos como referencia: “Lo más bonito de ser entrenador es la capacidad que tienes para hacer feliz a mucha gente que no conoces. A veces veo a los jugadores de la selección argentina y veo que tienen demasiada presión. Esto es fútbol, es deporte, no es una guerra. Y dicho esto, a ver si Argentina llega donde se merece”.
Sobre el arbitraje de Rapallini no presentó cuestionamientos. “Creo que ha estado bien y me he disculpado por si he protestado mucho. No creo que haya influido, ha sudo un partido muy limpio”, expresó y también respondió qué jugador de Marruecos lo sorprendió: “Me ha sorprendido el número 8 de Marruecos, que no sé cómo se llama. Qué manera de correr, debe estar agotado”. Su nombre es Azz-Eddine Ounahi.
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