Suele hacer yoga y pilates, se mantiene en constante contacto con su psicólogo y hasta medita dentro del campo de juego antes de hacer la entrada en calor con sus equipos. Para Emiliano Martínez, la mente es fundamental para que la cosa vaya bien en los partidos y el cuerpo responda. Es por esto que en la concentración argentina mantiene una actividad que arrastra desde la Copa América en la que se ganó la titularidad en el arco de la selección argentina.
El Dibu tiene un grupo de amigos con los que juega al Call of Duty un par de horas los días previos a las presentaciones de Argentina (incluso, si el duelo es muy tarde, puede llegar a hacerlo el mismo día). Este videojuego en primera persona, de estilo bélico y que se puede practicar de a grupos de forma online, es lo que le sirve al arquero marplatense para matar la ansiedad y despejar la cabeza antes de afrontar un compromiso importante.
Ya de niño, a Emiliano lo atrapó la consola Sega y luego adoptó definitivamente la Play Station, con la que se envició con los juegos de fútbol Winning Eleven y PES. Al mismo tiempo, solía compartir partidas de Counter Strike en la computadora, un videojuego similar al Call of Duty que fue muy popular entre los adolescentes pasando el año 2000. Y ya en Inglaterra, gastó joystics jugando al Fortnite.
La metodología de la conexión con sus amigos es simple: Dibu, que usa una Play portátil que suele llevar a todos los viajes, envía un mensaje para ver quién de su grupo de amigos están disponible para iniciar una partida y “Los Mostris” tratan de darle el gusto (además de disfrutar ellos mismos) adaptándose a los cambios de horario y agenda de turno. Y hasta en algún momento lo virtual pasó a lo real cuando se juntó con algunos amigos en Mar del Plata para jugar al paintball (la guerra con pistolas que tienen balas de pintura).
“El día anterior a la noche de la final de la Copa América contra Brasil, me dijo ‘che, mostri, ¿te vas a conectar para jugar al Call of Duty?’. Yo le dije que sí, obvio. Y nos quedamos jugando como hasta las 00.30 para que relajara. Para él es clave para estar tranquilo y no pensar demasiado en el partido”, le contó a Infobae Alejandro Muñoz, amigo al que Emi conoció en la pensión de Independiente y todavía mantiene como uno de sus más cercanos.
Sobre aquella experiencia, amplió: “Además de jugar, uno va a hablando de cualquier cosa, se termina riendo y pasándola bien. A lo lejos, pero juntos. Lo ayuda a estar tranquilo y bajar los niveles de ansiedad”. Inclusive Dibu reconoció que esta actividad lo ayuda a mantenerse al margen de las redes sociales, a las que considera dañinas si su uso es mayor al considerable.
Dentro del centro deportivo de Qatar University, donde vive la delegación argentina, Emiliano Martínez pelea el puesto de los más viciosos por las consolas junto a Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico. El espectro se amplía un poco más en la concentración, donde hay alternativas como los torneos de ping pong y truco. Durante las Eliminatorias, también consumieron horas de convivencia jugando al Among Us, otro videojuego multijugador que permite partidas grupales.
En casa, la Play se mantiene diariamente activa porque Dibu es habitué del Mario Kart junto a su hijo Santiago. Antes de llevarlo a la escuela, Emiliano enciende la consola y permite que el pequeño disfrute de un par de carreras para terminar de despabilarse. Quien pone los límites horarios y evita que se sobrecaliente la caja virtual es su esposa Mandinha Martínez, que igualmente se divierte viendo que comparten ese hobby.
Dibu aprovechó la jornada que Lionel Scaloni les dio libre a los jugadores tras la clasificación a cuartos de final para disfrutar con los familiares y amigos que viajar a Doha para acompañarlo. Hicieron una excursión al desierto en 4x4 y vieron al atardecer cayendo en la zona sur qatarí, limítrofe con Arabia Saudita. Ni allí escondió sus sentimientos por la selección argentina: hubo foto con la bandera y hasta entonaron el clásico cántico albiceleste “vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a ganar, que esta barra, quilombera, no te deja, no te deja de alentar”.
Hasta ahora, las partidas de Call of Duty le siguen dando resultado. Después del traspié ante Arabia Saudita en lo que fue su debut mundialista, Dibu mantuvo la valla en cero ante México y Polonia. En la victoria contra Australia le volvieron a convertir por una cuestión fortuita (rebote en Enzo Fernández de un remate que se iba afuera) y tuvo su momento consagratorio con un mano a mano atajado sobre el final que selló el pase a la siguiente ronda.
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