Andrew Redmayne es el as bajo la manga que tiene el entrenador australiano Graham Arnold en caso de resistir los embates de la selección argentina de Lionel Messi y llevar la definición de los octavos de final del Mundial de Qatar hasta los penales. El portero ganó fama mundial tras convertirse en el héroe de los Socceroos en la Repescha contra Perú.
En ese partido, el futbolista de 33 años contuvo el último tiro en la definición y se destacó por su particular baile antes de cada ejecución de sus rivales. El director técnico lo mandó al campo de juego en el final del alargue como su carta ganadora (en lugar de Ryan, el golero titular y capitán del plantel) y le trajo buenos resultados.
En cada previa a los remates de los jugadores peruanos el guardameta oceánico efectuó un particular baile con el objetivo de desconcentrar a sus rivales. En tres de ellos no tuvo resultado, pero tuvo una señal a favor en el tiro que Luis Advíncula pegó en el palo derecho. Aunque la explosión llegó con la última ejecución de Alex Valera, que contuvo Redmayne arrojándose a su derecha.
“Es una manera de que el rival no sepa a dónde me voy a tirar y además quiero que se pongan nerviosos, que el arco les resulte más chico de lo que realmente es. No siempre me da resultado, pero esta vez me permitió atajar dos remates”, explicó en 2019, cuando usando esa misma técnica fue la figura en la definición del título que su equipo, el Sydney FC, le ganó por 4-1 en los penales a Perth Glory por la final de la liga del fútbol australiano. En esa oportunidad contuvo dos penales y en uno de ellos, acertó la intención de picarla de su rival.
Andrew Redmayne, al igual que en la gran mayoría del trayecto rumbo a Qatar 2022, fue suplente y por el momento no sumó minutos en la Copa del Mundo. Vio desde el banco la derrota por goleada ante la vigente campeona Francia y los triunfos ante Túnez y Dinamarca, lo que les permitió avanzar a los octavos de final como segundos del Grupo D.
Más allá de ser un personaje particular su carrera deportiva podría haber tenido un giro importante y quizá hubiese llegado a la Premier League. En 2005, con 16 años jugó en el New South Wales Institute of Sport (Instituto de Deporte New South Wales), y su equipo culminó sin goles en un encuentro ante un equipo juvenil del Arsenal. Por su labor, Redmayne fue invitado por el club londinense a una prueba en Inglaterra, según informó un artículo del Sydney Morning Herald.
Respondió bien y Liam Brady, un referente de la entidad británica, que dirigía la academia del Arsenal, le hizo la propuesta de ficharlo. Aunque el elenco londinense se decidió por otro golero antes y optó por Wojciech Szczęsny.
Más allá de ese episodio Andrew no se enojó ni le tomó bronca al club inglés: “Me volví fan del Arsenal tras aquella experiencia”, recordó en aquel artículo del Morning Herald.
No bajó los brazos y siguió luchando por su sueño de ser futbolista. Debutó en 2007 en una liga semi profesional en el A.I.S. y siempre jugó en su país. Más tarde militó en el Central Coast, Brisbane Roar, Melbourne Heart, Melbourne City, Western Sydney y en la actualidad sigue siendo parte del Sydney FC.
Hasta el momento solo disputó cuatro partidos con la selección australiana (dos amistosos, una victoria contra Nepal y la tanda de penales versus Perú). Su mayor experiencia en los Socceroos fue en los equipos juveniles, con dos cotejos en la Sub 23 y 25 en la Sub 20.
Más allá de la jugada del entrenador Arnold, no considera que se haya tirado a la pileta el haberse decidido por Andrew en la definición por penales, ya que lo considera como “fantástico” y “muy bueno” en atajar esos tiros. Lo cierto es que Redywane se convirtió en héroe y fue clave para que Australia llegue a su quinto Mundial de forma consecutiva y el sexto en total, ya que la primera participación de los oceánicos fue en Alemania 1974.
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