Las burlas del público de Ghana, los gestos de Josema Giménez y la indignación de los uruguayos: “Nos perjudican por ser 3 millones, por ser poquitos”

El Uruguay-Ghana que se disputó en el estadio Al Janoub de Doha fue una montaña rusa de emociones. Los africanos dispusieron de una pena máxima que fue bien desactivada por Sergio Rochet cuando el marcador todavía no se había abierto. Y luego fue el turno del repertorio de Giorgian de Arrascaeta, que se despachó con un doblete para encender la llama de esperanza de todo Uruguay. Sin embargo, había que estar atento a lo que sucedía en el otro partido por la misma zona entre Portugal y Corea del Sur, ya que hubo resultado cambiante y no todo fue lo que se esperaba.

Los surcoreanos no arrancaron para nada bien y caían a los 5 minutos, pero al igual que Japón ante España, lograron torcer la historia y rescataron un triunfo que los terminó clasificando a los octavos de final de la Copa del Mundo. De forma agónica, cuando la Celeste saboreaba el pase de ronda y ya se imaginaba el duelo sudamericano con Brasil, los asiáticos anotaron el 2-1 ante los lusitanos y por la cantidad de goles a favor (tenían la misma diferencia, de 0) dejaron con las manos vacías a los charrúas.

En los televisores gigantes del estadio graficaron la tabla de posiciones en vivo y fue un baldazo de agua helada para todos los uruguayos presentes que estaban festejando. Luis Suárez, en el banco de suplentes, empezó a lagrimear. Los que todavía estaban en cancha, a correr sin demasiadas ideas. Un fanático de la Celeste insultó a De La Cruz por no direccionar bien un tiro libre al borde del área. Y muchos se la agarraron con el árbitro y el VAR por las polémicas decisiones durante los 90 minutos: los dirigidos por Diego Alonso reclamaron dos penales a favor (uno fue revisado por el árbitro alemán Daniel Siebert y no fue sancionado) y también el que le concedieron a Ghana.

La reacción de muchos ghaneses frente al resultado parcial que beneficiaba a Portugal y Corea del Sur en la zona fue realmente insólita: quizás por tener la espina clavada con los uruguayos desde 2010 (por aquel episodio en el que Suárez salvó un gol sobre la hora con la mano, los africanos malograron el penal y luego cayeron en la tanda desde los 12 pasos) o porque no sienten de la misma forma el fútbol que en esta región del planeta, se dedicaron a burlarse de sus rivales pese a que estaban siendo eliminados a la vez. Incluso la seguridad privada apostada en el estadio tuvo que intervenir para disuadir varios focos de conflicto y que no se llegara a la agresión física.

Quien se desquitó con el atril que contiene la pantalla del VAR fue Edinson Cavani (uno de los que discutió un supuesto penal), camino a los vestuarios: la cámara de un hincha lo grabó pegándole una trompada y haciéndolo volcar. Justo antes, Josema Giménez apareció detrás de los reporteros oficiales en el campo de juego y realizó gestos y ademanes de dinero y llevarse plata en el bolsillo. A todos los uruguayos les quedó un sabor amargo por la floja actuación del equipo en las primeras dos presentaciones y los fallos polémicas que, según entienden, los perjudicaron contra Portugal y Ghana y pudieron haberle dado el gol de la clasificación.

Las gradas donde alentaron los uruguayos fueron pura desazón. El Manteca Martínez, presente entre la masa celeste, no quiso dar declaraciones con cara de pocos amigos. Otros anónimos lo imitaron. Hubo llantos e insultos a los árbitros cuando dejaron el campo de juego. También aplausos para el plantel pese a la eliminación. “Fue sorpresivo por cómo estaba Portugal, que venía fuerte, ganando. Ver que pierde 2-1 mágicamente con Corea... Fue raro el clima. Hasta Ghana, que estaba perdiendo y en el cuarto puesto, festejaba. Una cosa rarísima”, dijo una de las voces que sí dialogó con Infobae.

Otro apesadumbrado, remarcó que el gol que les “robaron” contra Portugal (en referencia al 2-0 por el penal polémico cobrado a Josema Giménez) fue el que los dejó eliminados: “Lo pagás caro con todas las otras cagadas que siempre nos terminan perjudicando por ser Uruguay. Por ser tres millones, por ser poquitos”.

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