(Desde Qatar)
Del stream y la gracia a cierto desencanto, de la sagacidad de Luis Enrique para hablar twitch a que al final el segundo tiempo de ayer frente a Japón el equipo español fue una lágrima, jugó realmente muy mal. Lamentablemente dio la impresión que en los momentos calientes La Furia puede flaquear y esto hace bajar la expectativa. También hay que agregar que el próximo rival será Marruecos, país con el que España tiene una disputa, hay mucho marroquí viviendo en suelo español y este partido tiene un tinte de clásico. Además hay que agregar que los africanos mostraron mucha entrega, carácter y coraje en momentos claves de los partidos de su zona, cosa que el equipo europeo todavía hizo, porque España es un equipo que juega bien, que sabe manejar la pelota, pero lamentablemente cuando tuvo que ser un equipo que aprieta, que demuestra un poco más de fuerza en los momentos difíciles, flaqueó. Incluso no cambió su actitud durante esos minutos que estaba quedando fuera del mundial cuando Costa Rica derrotó a Alemania por 2 a 1.
A partir de todo esto volvieron las críticas a Luis Enrique, todo aquello bueno que parecía fiesta, repleto de halagos y anecdotas de color quedó al margen. Porque el ciudadano español futbolero que estaba ilusionado con esta selección, ahora le baja la expectativa al equipo del streamer.
La selección española tendrá que sobreponerse, con la fórmula de siempre pero siendo menos ingenua a la hora de salir jugando desde abajo, porque así llegó el empate de Japón, por un error de Unai Simón tras un mal control y la pérdida de balón. También tratando de ser más eficaz en la utilización de la pelota, porque por momentos juguetea con toques intrascendentes en su propio campo y así llegó el segundo gol de los asiáticos, con esa polémica jugada en la que parecía que la pelota había salido.
La historia del martes es otra, el director técnico les dio el sábado libre a los jugadores. España tiene que levantar su imagen ¿puede? ¡Por supuesto, fútbol tiene! Tendrá que poner una cuota de entrega, garra y fuerza, esa que tenía la famosa “furia” de la que tanto se hablaba.
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