Esta nueva edición de la Copa del Mundo de la FIFA es inédita por varias situaciones. La primera es que como nunca antes en la historia, el máximo certamen de selecciones en el mundo se disputa a fin de año, y no entre temporadas según el calendario europeo. Eso se debe a otro hito: es la primera ocasión que el Mundial se realiza en territorio árabe.
En este contexto, y con los avances de la tecnología que también se pueden ver en los estadios refrigerados por las altas temperaturas que se registran durante la época en Doha, el juego en sí también sufrió cambios. Y uno de ellos está relacionado a la gran protagonista del juego: la pelota.
El balón del Mundial Qatar 2022 que la FIFA denominó “Al Rihla”, es una pelota inteligente que cuenta un chip que le permite analizar todos los sucesos del partido. Es por eso que en las últimas horas, se hizo viral una fotografía detrás de un arco en donde se pueden ver a varios esféricos cargándose enchufados a la electricidad.
La imagen, nunca antes vista en una Copa del Mundo, tiene una clara explicación. Para que la pelota de esa edición pueda funcionar, necesita de una batería. Su autonomía es de seis horas cuando está en contacto con el césped de los estadios y de 18 días cuando no recibe ningún estímulo externo.
El chip que tiene en su interior posee una herramienta innovadora que es de gran ayuda para los colegiados de los encuentros. Gracias al sistema, se puede conocer la ubicación exacta del balón y es más fácil trazar las líneas para señalar que se utiliza en el VAR para detectar un posible fuera de juego. También se puede utilizar para recoger datos de los estímulos que recibe.
Una clara demostración de una de las funciones que tiene la pelota inteligente se produjo en la victoria de Portugal ante Uruguay. La polémica del duelo estuvo alrededor de quién anotó el gol que rompió el cero en el marcador: un centro de Bruno Fernandes buscó a Cristiano Ronaldo como receptor dentro del área y la duda quedó en sí el delantero llegó a tocar el balón o si éste ingresó al arco de Rochet sin desvío alguno.
Una vez que la pelota llegó al fondo de la red, CR7 salió a festejar la anotación con su ex compañero del Manchester United totalmente convencido de que él fue el autor del tanto. Cuando comenzó a caminar hacia la mitad de cancha para el saque de medio, el luso le realizó un gesto al árbitro Alireza Faghani para confirmar si le había otorgado el gol y el juez le dio el visto positivo. Sin embargo, segundos más tarde en la pantalla del estadio Lusail se confirmó que FIFA le concedió la autoría a Bruno Fernandes.
Para despejar las dudas sobre dicho tanto, la marca que confecciona el balón (Adidas), dio datos irrefutables sobre la jugada. “En el partido entre Portugal y Uruguay, utilizando la tecnología de balón conectado que contiene el balón oficial Al Rihla, podemos demostrar definitivamente que no hubo contacto con el balón por parte de Cristiano Ronaldo en el primer gol del partido. No se pudo medir ninguna fuerza externa sobre el balón, como demuestra la ausencia de ‘latidos’ en nuestras mediciones y en el gráfico adjunto. El sensor IMU de 500 Hz situado en el interior del balón nos permite ser muy precisos en nuestro análisis”, explicó la empresa alemana.
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