Se jugaban 35 minutos del primer tiempo y la selección argentina dominaba a placer a Polonia, que se defendía con todos sus jugadores dentro del área. Un centro bombeado al segundo palo de Julián Álvarez, luego de una situación de gol que falló ante Wojciech Szczesny, buscó la cabeza de Lionel Messi. La Pulga no llegó a contactar la pelota, pero el arquero polaco le erró al puñetazo y su mano izquierda impactó en el rostro del rosarino.
Todo el banco de suplentes de la Selección, con Lionel Scaloni a la cabeza, saltó de sus asientos para reclamar el penal. También lo hicieron los futbolistas argentino. Segundos después, el árbitro neerlandés, Danny Makkelie fue llamado por sus pares del VAR para que revisara la acción. Acto seguido, el juez marcó la pena máxima que terminó ejecutando Messi tres minutos más tarde.
Pese a las protestas de Szczesny y sus compañeros de equipo, Mekkelie no dudó al pitar penal. Pero, ¿por qué estuvo bien sancionada la falta contra el capitán argentino? Según marca el reglamento, la jugada del portero de Juventus fue temeraria. Esto quiere decir que es la acción del jugador entrañó un daño físico (no necesariamente grave) sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario.
El error del árbitro fue no haberle mostrado la tarjeta amarilla a Szczesny, ya que esa acción ameritaba la amonestación. El guardameta tuvo una notable actuación y le contuvo el lanzamiento a Messi para sostener el cero en la primera parte.