* Desde Qatar
A los 67 años, Daniel Bertoni se encuentra en Doha presenciando el desarrollo de un Mundial que lo tuvo como protagonista al marcar uno de los goles de la final ante Holanda en la que la selección argentina se coronó por primera vez en 1978. El ex delantero de Quilmes, Independiente y Sevilla opinó mano a mano con Infobae sobre el momento de la selección argentina, los candidatos al título y recordó especialmente a Diego Maradona, con quien coincidió en el Napoli.
-Quizá vos seas el ex jugador que mejor pueda explicar lo que fue la llegada de Maradona al Napoli porque jugabas justamente en ese equipo. Fue una época muy difícil para él porque no era el Napoli que fue después.
-Claro, fue muy bravo para él porque tenía que revertir un montón de cosas. Pero él era un líder adentro y afuera de la cancha.
-¿Es verdad que él les dijo a sus compañeros que le pasaran la pelota aunque estuviera marcado por tres rivales, que no se preocuparan?
-Sí, es verdad. Los tipos no lo podían creer porque normalmente, si un jugador estaba tan marcado en un fútbol tan exigente como era el italiano en ese entonces, buscaban no pasársela o dársela a otro. Nosotros jugamos en una época muy complicada de la Serie A porque era la del “Catenaccio”, el hombre a hombre en toda la cancha y había muchos golpes y faltas que no se veían. En cambio, hoy al jugador se lo cuida mucho. Para nosotros era difícil porque recibíamos muchos planchazos, patadas de atrás...
-Y cuando te enteraste de que Maradona llegaría al Napoli y ya jugabas allí, ¿qué se te pasó por la cabeza?
-No, nada, tranquilo, porque conocía al napolitano, el calor que da el napolitano. Y, aparte, Diego separó al Sur del norte y aumentó la división y por eso lo aman tanto, entre esto y lo que hizo como futbolista.
-Muchos dicen que la mejor versión de Maradona fue la de Argentinos Juniors. ¿Qué opinás?
-Maradona fue lo más grande que hubo en el fútbol, pero hoy está Messi. Son décadas, como antes se destacaron Cruyff, Pelé, Di Stéfano o Sívori.
-Vos lo tuviste de compañero a Diego en el Nápoli y en la Selección y tendrás tu visión sobre lo que pasó cuando se quedó afuera del Mundial de 1978...
-Fue muy duro. No lo podíamos consolar. Venía a la habitación con René Houseman y conmigo y yo le decía “Mirá, ya te va a tocar, te va a llegar el momento” y mirá cómo le tocó y cómo le llegó el momento (risas), que hizo el mejor gol de la historia de los Mundiales y fue campeón del mundo. Pero recuerdo que yo le daba a Diego mi propio caso: para el Mundial 1974 viajaba a Alemania, tenía un pie arriba del avión y nos sacaron a mí y a Tarantini. Pero él estaba desilusionado.
-¿Qué es lo que más te preocupa de la selección argentina?
-No, a mí me preocupan otras cosas, no el fútbol. Yo fui jugador y conozco al jugador argentino. En los momentos difíciles, nosotros sabemos salir. Tenemos actitud, agresividad, confianza en nosotros mismos.
-¿Viste a Brasil?
-Sí, lo vi. Es picante. Es uno de los favoritos junto a España. Nosotros les damos el favoritismo a los brasileños (guiña un ojo). Esa es la cábala. Hablando en serio, la estrategia está en el campo de juego, en la calidad del jugador, y los brasileños tienen mucha calidad. El gol de Richarlison de tijera fue hermoso, sí, pero el defensor que lo marcaba tenía que haber apretado más (risas). Brasil tiene un gran equipo, esa es la verdad.
-¿Cuáles son los candidatos a ganar el título para vos?
-España, Brasil, Portugal, pero veo muy complicada a Alemania.
-¿Y Argentina?
-No está jugando bien, pero lo va a revertir. Veo unido al grupo y eso es muy importante. No veo divisiones y es un plantel que, a diferencia de otros, entró en el corazón de la gente. Y tenemos al mejor jugador del mundo, Lionel Messi, que espero que levante la Copa en pocos días más. Hay que ir de menor a mayor. Es algo que suele pasar. Pero Argentina, con cinco finales de mundiales y dos ganadas, tiene que buscar el título.
-¿Le parecen bien los movimientos de Scaloni hasta ahora? Usted fue muy crítico con él cuando asumió en la Selección.
-Sí, pero tiene una idea de a qué quiere jugar, llega bien a los jugadores y formó un buen grupo fuera de la cancha. No es poco.
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