Vincent Aboubakar metió su nombre entre las grandes prestaciones en la historia de los Mundiales. El delantero camerunés de 30 años ingresó a los nueve minutos del segundo tiempo en reemplazo de Martin Hongla. Su selección perdía 3 a 1 contra Serbia, acumulaba la segunda derrota mundialista (había caído 1 a 0 con Suiza en el debut) y comprometía seriamente sus aspiraciones de clasificación en el grupo G de la Copa del Mundo de Qatar 2022. Pero a los veinte minutos del complemento, un pase largo ejecutado por el defensor Jean-Charles Castelletto habilitó la corrida en soledad de Aboubakar.
La posición de partida del delantero al instante de lanzar la asistencia despertaba sospechas. Nikola Milenkovic, stopper derecho de la zaga serbia, salió a destiempo y habilitó la escapada del 10 camerunés. Los otros dos centrales más el volante central Sasa Lukic, que se había alineado en la defensa, tuvieron que perseguir la jugada desde atrás.
Aboubakar no controló: la dejó correr. Le dio un primer toque sutil con el botín derecho antes de entrar al área. Enfrente, agazapado, ya lo esperaban los más de dos metros del arquero Vanja Milinkovic-Savic, el segundo futbolista más alto del Mundial de Qatar con una altura de 202 centímetros. Cronometró el tiempo del cruce desesperado de Lukic: volvió a tocar la pelota para frenarla y dejar estéril el derrape del rival.
Ya dentro del área, a un metro del arquero y sin defensores heroicos cerca, Aboubakar soltó una genialidad. Enterró el pie derecho y la empaló. La pelota debía conseguir suficiente altura para sortear la estirada del arquero y suficiente distancia para que cayera antes de que fuese interceptada por cualquier futbolista serbio que hubiera advertido su sutileza. Picó casi en la línea y entró al arco segundos antes de que lo hicieran Vanja Milinkovic-Savic y Nikola Milenkovic.
La ejecución fue perfecta pero no hubo gritos de gol. Dos serbios levantaron la mano. El árbitro emiratí Mohammed Mohamed también lo hizo mientras hacía sonar su silbato convalidando el fuera de juego. El línea Mohamed Alhamadi ya había levantado el banderín. Vincent Aboubakar celebró con delay su primer gol mundialista. Lo hizo cuando el VAR revisó su posición y corrigió la sanción del juez principal: había partido habilitado, el gol era legítimo, Camerún descontaba. La FIFA, en sus redes sociales, publicó un montaje que simboliza la obra de Aboubakar: la pose del delantero, la mirada absorta del arquero y la pelota lejos de los dos encuadrada en la pared de un museo.
El -o uno de los mejores goles del Mundial al cabo del octavo día de competencia- no fue festejado como ameritaba semejante factura. Tal vez, él mismo creyó que había iniciado su corrida en posición adelantada y decidió terminar la jugada de una manera decorosa, casi sobradora. El VAR le devolvió su primer gol en su sexto partido jugado en Mundiales (participó de dos en Sudáfrica 2010 y dos en Brasil 2014). Y tres minutos después, en otro desborde aprobado por la tecnología del VAR semi automático, le cedió el gol del empate a Eric Maxim Choupo Moting.
Camerún le empataba 3 a 3 a Serbia, a falta de más de 25 minutos para el final del encuentro. El marcador no se volvió a modificar. Fue uno de los partidos más vibrantes de la competencia hasta el momento. El gol de Vincent Aboubakar se volverá a ver en cada recopilación que los medios audiovisuales harán de las jugadas más destacadas del Mundial de Qatar 2022.
Con la igualdad, Camerún y Serbia continúan con chances de clasificar a octavos de final a falta del duelo entre Brasil y Suiza (con tres puntos cada uno). La próxima fecha será el viernes 2 de diciembre. El país africano enfrentará a Brasil y habrá duelo de europeos: los dos encuentros se jugarán en simultáneo, a las 16 horas del horario argentino.
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