Ni bien el árbitro italiano Daniele Orsato pitó el final del partido entre Argentina y México por la segunda fecha del Mundial de Qatar 2022, se desató la algarabía. Miles de personas salieron a festejar el triunfo que dejó a la Albiceleste cerca de los octavos de final del torneo más codiciado. Movilizados a pie o en caravanas de motos, los fanáticos coparon las calles. Y con camisetas, banderas y a los gritos, dieron rienda suelta a su euforia.
La descripción de la escena bien podría ser la del Obelisco y sus alrededores luego de un logro de la Selección nacional. Pero no. Sucedió a 17.000 kilómetros de distancia de Buenos Aires. Más precisamente en la República Popular de Bangladesh, donde existe un sorprendente fanatismo por la selección argentina que se reflejó en videos de las celebraciones que se viralizaron en las redes sociales en las últimas horas.
Como en otras ocasiones, apenas se consumó la victoria de la Scaloneta, los bangladesíes festejaron como si fuera su propio equipo. En la Universidad de Dacca, la capital del país sudasiático, una multitud se reunió para mirar y alentar a Lionel Messi y compañía. La alta expectativa por el trascendental partido en esta locación ya se palpaba en la previa: en las azoteas de los edificios lucían banderas gigantes con los colores celeste y blanco. El entusiasmo incluso se veía en la TV local, a tal punto que una conductora dio las noticias con la casaca del seleccionado puesta.
Bangladesh (que significa “país de Bengala”, en referencia a la región en la que se encuentra) tiene poco más de 151 millones de habitantes. Es uno de los países más densamente poblados del mundo y está situado en el delta del río Ganges: limita casi completamente con India y algo con Birmania en una franja del sudeste, y sufre inundaciones producto de los vientos monzones y de los ciclones.
En este rincón del planeta viven muchísimos apasionados del fútbol que siguen al equipo albiceleste. Hasta hay un grupo de Facebook llamado “Argentina Football Fans Bangladesh”, que cuenta con casi 350.000 miembros y sigue todas las actividades de la selección argentina, juegue donde juegue y en el horario que sea. Esta comunidad nació el 23 de agosto de 2012 a partir de la iniciativa de un joven llamado Saif Tanvir, según el sitio oficial de la AFA. “Todos los años organizamos eventos, especialmente antes de los torneos y todos juntos rezamos a Alá por Argentina para que pueda ganar”, le comentó Saif al periodista Nahuel Lanzón, de TN Deportivo.
El llamativo interés data desde los tiempos de Diego Maradona, aunque las generaciones más jóvenes tienen como ídolo (cada vez mayor) a Messi. Muestra de esto último es lo que sucedió en un amistoso contra Nigeria que se disputó en septiembre de 2011, cuando los hinchas colmaron el estadio nacional mientras que en toda la ciudad se instalaron pantallas gigantes para que nadie se perdiera la ocasión de observar a la Pulga liderando al equipo que en ese entonces era dirigido por Alejandro Sabella.
También hay muchos –aunque menos– que prefieren a Brasil por su jogo bonito. Eso no supone choques entre aficionados: en los pubs donde frecuentemente se encuentran ambas hinchadas generalmente no suelen ocurrir disturbios y solo se festeja y se canta a favor de los suyos, según contó a Infobae Raúl Becerra, goleador argentino que supo jugar en el equipo Bashundhara Kings y hoy milita en el Deportivo Cuenta de Ecuador.
¿De dónde surgió este fanatismo?
El apego por Argentina es tal que hasta miembros de la Unión Europea estuvieron estudiando las características del país para entender por qué no hay una predominancia de la preferencia por las selecciones de ese continente pese a la influencia británica en la cultura. Hace pocos años, cuando Reino Unido aún pertenecía a la Unión Europea, se envió un memo que describía que “apenas hay banderas de Inglaterra visibles en las calles”.
Tal vez desde la relación que Bangladesh desarrolló con Inglaterra puede comenzar a entenderse el amor de los hinchas hacia el fútbol argentino.
A fines del siglo XV llegaron a lo que hoy es Bangladesh los comerciantes ingleses y su influencia fue creciendo hasta que la Compañía Británica de las Indias Orientales se quedó con el control de la región de Bengala tras la batalla de Plassey en 1757. Un siglo más tarde, la sangrienta “Rebelión de los Cipayos” en 1857 derivó en que se transfiriera la autoridad a la corona británica, con un virrey que se encargaba de administrar el territorio. Durante esta época colonial las hambrunas atormentaron a los bangladesíes y, en especial, la Gran Hambruna de 1943, que le costó la vida a tres millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, que según muchos analistas es consecuencia de una estrategia militar británica para obstaculizar un posible avance japonés.
Bangladesh se independizó de Pakistán el 16 de diciembre de 1971, pero siguió sufriendo hambrunas, desastres naturales y pobreza generalizada, con algunos golpes militares hasta la restauración de la democracia en 1991, que trajo una relativa calma y cierto progreso económico.
Esta relación de tirantez con la corona británica también hizo que los bangladesíes siguieran de cerca la Guerra de Malvinas de 1982, aunque el goleador Becerra cree que “no está tan claro” dónde empieza este apoyo a los argentinos en esta zona de dominio inglés. “Desde hace muchos años ellos tenían un control desde lo económico y se habla de ese bloqueo que hubo en la Segunda Guerra Mundial. La gente de acá me habla más de las Malvinas, del enfrentamiento con los ingleses, de cómo los marcó Maradona, y de la pasión por el fútbol que tenemos en Argentina. Y la aparición de Messi incrementó la pasión que ellos tienen”.
Cuando murió Maradona, el 25 de noviembre de 2020, hubo un minuto de silencio hasta en la liga de cricket, que es el deporte nacional.
Si de Maradona se trata, pocos pueden opinar de él mejor que Mehedi Sujan, el editor de Deportes de uno de los principales diarios en inglés del país, el New Age, y un reconocido coleccionista y conocedor de todo lo que produjo el astro fallecido hasta el mínimo detalle. En una charla con Infobae agregó ricos elementos para el análisis.
“Si se consulta por qué apoyan a la selección argentina y no a otra a los que hoy tienen de 20 a 38 años, la mayoría diría porque cuenta con Messi y porque ganó el Mundial capitaneada por Maradona”, sostuvo Sujan, pero aclaró que “en realidad, el apoyo de Bangladesh a Argentina era limitado hasta 1986 y una razón es que el título mundial de 1978 es un poco borroso para la gente porque fue un evento lejano, en el que se dieron pocos partidos por TV en vivo, igual que en España 1982, que vino grabado, y entonces aquel equipo dorado con Maradona, Kempes y Ardiles es relativamente desconocido para los actuales seguidores de Argentina”.
El periodista contó que el cambio se produjo en 1986. “No sería exagerado afirmar que ‘México 86′ convirtió a Maradona en una superestrella. Mirando para atrás, es tremendo el impacto que tuvo en Bangladesh y en asegurar una base de apoyo a Argentina, que no partía como favorita de ese Mundial y se hablaba de Alemania, Italia o Brasil, aunque algunos fanáticos ya hablaban de un desconocido Maradona para la mayoría. A medida que avanzó el campeonato, la gente comenzó a tomar en serio a Francia cuando eliminó a Brasil, pero cuando llegó el Argentina-Inglaterra, Maradona hipnotizó a los bangladesíes con su habilidad como nunca lo hizo nadie. La Mano de Dios también provocó un feroz debate, pero la mayoría decidió pasarlo por alto porque el recuerdo de Malvinas todavía estaba vivo entre nosotros. Y cuando Brasil quedó eliminado, había solo un equipo para apoyar: Argentina. Una vez que llegó la final, el apoyo fue total y, luego, Maradona emergió como nuevo héroe”.
“Fue justo cuando el fútbol se convirtió en el deporte principal en los años ochenta –insistió Sujan– y se sumó la locura por Maradona, inspirando a los jugadores bajos de estatura –la media de los habitantes de Bangladesh es de 1,64 metro–. Después, Bangladesh consiguió su propio Maradona en Sabbir bin Walid y en 1987 surgió otra sensación que fue Monu (bajo, robusto y rápido) cuando jugó la Copa de Oro del Presidente para el equipo Mohammedan. En esa época la imagen de Maradona era portada de cuadernos, botellas, camisetas y envoltorios de pirulines. El mayor impacto de Maradona fue en jugadores de origen humilde de las villas de Dacca, muchos de los que pasaron a jugar en los mejores clubes o, a través de la perseverancia, a otros clubes intermedios. Usaban el mismo peinado y hasta botines Puma King de producción local”.
Pero Sujan también cree en el factor político: “También en el fútbol, los recuerdos del pasado imperial juegan un papel crucial. Los bangladesíes podían relacionarse bien con los latinoamericanos, que enfrentaron las mismas dificultades económicas y la misma explotación por parte de Occidente”.
Ifty Mahmud, redactor del periódico más grande de Bangladesh, el Prothom Alo, remarcó al periodista Lanzón que el apoyo a los argentinos “tiene un carácter anticolonial, porque Maradona venció a los ingleses, mientras que (David) Beckham nunca fue popular aquí. Maradona era un loco ¡y los bangladesíes aman a los locos! La forma en que engañó al poder colonial, porque fue un engaño a la luz del día, tuvo una resonancia simbólica”.
Pese a que gran parte del público se volcó a nuestra selección como objeto de pasión, Becerra comentó a Infobae que por el hecho de ser argentino no sintió beneficio o ventaja en el fútbol local. “Aunque fui recibido de la mejor manera. En la calle, si ven que sos argentino, enseguida se ve la expresión de emoción y de apoyo a Maradona o a Messi. Nosotros, los jugadores, estamos siempre agradecidos con estos cracks porque fueron embajadores y nos abrieron las puertas”, detalló.
“La de Bangladesh es una liga competitiva, en crecimiento, que económicamente no puede competir con otras. El cricket atrae mayores inversiones“, concluyó el futbolista al profundizar sobre su paso por el exótico destino.
Con información de Sergio Levinsky
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