* Enviado especial a Doha, Qatar
El plantel argentino demoró otra vez más de una hora en salir del vestuario tras la victoria ante México. Pero esta vez el extenso retraso en camerinos no fue de reflexión, para masticar bronca como sucedió contra Arabia Saudita. Sus integrantes explotaron puertas adentro de alegría. Escupieron al piso el sabor amargo, esa presión desmedida que tenían sobre la espalda cuando recién el Mundial lleva unos pocos días de desarrollo. Rodrigo De Paul ya no caminaba por la zona mixta encabezando una fila india con su rostro exponiendo desazón, con los ojos rojos de enojo. El mediocampista cargaba su coqueto neceser en el brazo izquierdo, su pecho inflado de alegría y un semblante de alivio. No se midió para hablar. Hacía unos minutos había llegado a las lágrimas en la cancha, las críticas que le llovieron lo perforaron. Pero está de pie y sigue siendo el motor de la scaloneta desde lo anímico.
Se paró ante los micrófonos y lanzó un mensaje directo al corazón de los “poquitos” críticos que “por esa media hora se olvidaron de los tres años y medio en el que los hicimos disfrutar”. “Ahora los invitamos a que se suban de nuevo al barco, no los vamos a dejar tirados”, señaló ante Infobae en al zona mixta.
Mezcla de descarga o liberación, tal vez una revancha por ser uno de los apuntados desde el rendimiento. Es cierto que su nivel contra México no es el que nos tiene acostumbrados. Está claro que si Argentina quiere aspirar a lo máximo, De Paul deberá volver a ser el motor aceitado que siempre fue. Pero hoy no negoció la entrega y hasta se prestó por un rato para arengar al público después del gol de Messi que bañó de alivio a los miles de argentinos que fueron parte de las 88.966 que colmaron el Lusail Stadium. “Hoy estuvimos juntos como este mensaje que intentamos dar. Este mensaje que intentamos que predomine en esta Copa del Mundo: que estemos todos juntos”.
La referencia era a los mensajes que difundieron casi al mismo tiempo todos los futbolistas del plantel por redes sociales tras la caída del debut. Lo cierto es que sus frases se esparcieron a toda velocidad. El tono dirigido a los críticos recibió un respaldo de otra estrella que supo ser objeto de miradas negativas con la Albiceleste. Juan Sebastián Verón posteó en su cuenta bancándolo: “Esto ya lo vi, vos seguí intentando. Los boludos van a seguir buscando para caerte y darte culpa de un resultado. Dale, no aflojes que tenés mucho fútbol para dar”, posteó la Bruja.
No fue el único acompañamiento especial. En las tribunas estuvieron sus amigos de la infancia de Sarandí y la artista Tini, su pareja. “Vamos Argentina carajo”, escribió ella, emocionada. Y él no se olvidó de aquellos que los apoyan: “El hincha está muy ilusionado, apoya, se siente muy identificado con nosotros. Dije antes de empezar esta Copa que el día que nos tengamos que ir, que el hincha se siente y diga no tenían más, dieron todo lo que tenían. Eso tiene que prevalecer para este grupo. Nos vamos a vaciar para llegar lo más lejos posible y el hincha lo ve”.
El hombre del Atlético de Madrid se mostró errático en el primer tiempo con algunos pases e incluso reconoció que se “apresuró con la pelota” en esos 45 minutos iniciales, aunque deseó “seguir alzando el nivel” a partir de “competir contra los mejores”.
Apenas sonó el pitazo final, De Paul llevó sus manos al rostro y dejó soltar algunas lágrimas de emoción. “Fue un desahogo. Fueron tres días un poco duros para nosotros por ese golpe que tuvimos, pero creo que el equipo hoy lo hizo muy bien”, aceptó. “Me da mucho orgullo el grupo, me da placer pertenecer a este grupo de personas. Hoy se demostró que no somos 11, somos 26 porque los que entraron lo hicieron muy bien”, agregó.
Ese concepto de sufrimiento durante “estos tres días” lo repitió en distintos momentos de la nota con los medios presentes. Planteó, incluso, “empezar a disfrutar del Mundial”. Algo que tras la caída contra Arabia Saudita no pasó: “Estuvimos ahí dándole vueltas a la cabeza, intentamos levantarnos entre nosotros”. El Dibu Martínez fue incluso más crudo a la hora de contar lo que vivieron en una nota con la TV: “Después del segundo gol casi me largo a llorar. Siempre juego con presión, pero hoy fue todo muy emotivo. Pensar que si perdíamos nos íbamos a casa era una presión enorme. Sufrí mucho en estos tres días. Hablando mucho con mi psicólogo porque, la verdad, que me pateen dos veces y me metan dos goles es difícil de tragar”.
El capitán, Lionel Messi, también hizo una reflexión en la zona mixta sobre el peso que cargaron en estas últimas horas: “Este grupo viene demostrando desde hace muchísimo tiempo que está preparado para pelear, necesitamos del aliento de gente como fue hoy. No había que tirar todo por un partido, porque cuando estamos unidos quedó demostrado que pasan cosas importantes y juntas”.
Para De Paul, al fin de cuentas, lo sucedido en el estreno fue apenas “un accidente de media hora” que no podía generar dudas en el equipo. “Hace cuatro años que venimos demostrando que estamos capacitados para vestir esta camiseta. Siempre dependió de nosotros. Ganando los dos sabemos que clasificamos primeros. ¡Cuando depende de nosotros, nos agrandamos!”. A agrandarse más que nunca, entonces...
Seguir leyendo: