* Enviado especial a Doha, Qatar
Ángel Di María caminó por todo el costado de la cancha y eligió pasar por el sector donde estaba la mayoría de la gente de Argentina después que el Cuti Romero lo reemplazó a falta de 20 minutos. Transitó esos metros emocionado, disfrutando algo que hace muchos años esperaba y que cosechó a partir de la Copa América. Alzó su puño en reiteradas ocasiones, saludó y miró con aprecio todo el cariño que le llovía hasta llegar al banco de suplentes. Una vez que terminó el partido no tuvo dudas: caminó hasta la popular albiceleste que se generó en el Lusail Stadium y les revoleó su camiseta.
“La gente la verdad que es increíble. Los banderazos que están haciendo. Después del partido perdido parecía que habíamos ganado. La gente, los mensajes y todo, sólo palabras de agradecimiento por el apoyo, por hoy, por todo. Intentemos seguir por este camino que es lo más importante”, declaró ante los micrófonos de Infobae en la zona mixta del estadio. Y agregó sobre esa escena: “Para mí significa todo. Llevo 14 años vistiendo esta camiseta, uno siempre espera ese reconocimiento. La verdad que estoy muy agradecido”.
El Fideo no ocultó el fastidio que se cargaba puertas adentro del vestuario de Argentina por las críticas que aparecieron ante la derrota con Arabia Saudita. El grupo las creyó injustas y por eso hoy celebró con euforia en la intimidad: “Se embarró todo por un partido que habíamos planeado muy bien y no se dio de esa manera. Estábamos trabajando para poder sacar esta victoria, la gente se lo merecía por los banderazos y los mensajes. Muy feliz porque pudimos darle esa alegría a la gente, a nosotros mismos y a la familia”.
Esa palabra, “embarró”, la repitió para recordar que el rendimiento en el debut no fue tan malo a pesar de la caída: “Veníamos haciendo las cosas muy bien y por un partido se embarró todo. Un partido que habíamos trabajado muy bien. No se dio cómo esperábamos, pero lo importante es que hoy dependía de nosotros y pudimos sacar una victoria”, aclaró.
El partido estaba cerrado. México cerraba los caminos, pero el rosarino encontró una hendija en la defensa para dejar a su coterráneo de cara al gol. Sin embargo, se rio cuando la prensa le planteó que había sido una “asistencia” a Messi: “¿Qué cosa? ¡No! Le tiré una caca, pero él soluciona todo siempre. Lo importante es que la pelota le llegó. Lo habíamos hablado unos minutos antes que me dijo que se metían muy adentro ellos y los espacios atrás aparecían. Intenté dársela, esperé el momento para dársela. Y bueno, controló e hizo terrible gol”.
“No tengo palabras para mí es jugar con el mejor del mundo. Tuve la posibilidad de jugar en club, llevo 14 años en al Selección. Para mí Leo es todo”, añadió.
“Habíamos planeado así, sabíamos que los primeros 45 minutos iban a ser complicados porque a ellos les servía el empate también. Porque el último partido definían con Arabia, podían sacar la victoria y estar dentro. Sabíamos que iban a ser complicado los primeros 45 y los segundos 45, cunado estuviesen un poco más cansados, podíamos aprovechar los espacios. Creo que fue como se dio”, reflexionó.
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