Una parada en las Cataratas, poca carne para Rafa, el Mundial, visitas famosas, el amor que nació entre Casper Ruud y el ojo de bife y la emoción de Gabriela Sabatini por el reconocimiento del público argentino, lo que dejó la visita de Rafael Nadal a la Argentina.
Las expectativas eran muchas, demasiadas para el fanático del tenis y para los admiradores del mallorquín, quien arribó al país solo con su equipo y sin su familia. De hecho, Ruud hizo lo mismo y dejó a su novia Maria Galligani en casa.
Dos noches pasaron en Buenos Aires Nadal y el noruego. Arribaron el martes por la mañana y fueron directo a una acción de Visit Argentina en las Cataratas del Iguazú, en donde hubo peloteo, fotos y una breve estadía para dirigirse al Aeroparque Jorge Newbery.
De ahí se trasladaron a Puerto Madero, para alojarse en el hotel Faena, donde tomaron el primer almuerzo. Ahí nació el amor para Casper Ruud, un amor a primer bocado con el ojo de bife. “Tuvo una estadía tranquila, pero a la hora de comer, se interesaba sólo por contar con ese plato”, contaban quienes estuvieron cerca del noruego.
En la tarde de ese día tuvieron el único encuentro con la prensa en Buenos Aires, en el tercer piso del Alto Palermo. Si bien los únicos que podían preguntar eran periodistas, al ser un escenario abierto, la gente aprovechó para agolparse en las escaleras y en el segundo piso para poder verlos y escucharlos.
Se vio a un Rafa simpático, locuaz y extenso en sus respuestas, lo que sorprendió a muchos de los presentes que no tienen un contacto fluido con el español. La actualidad y el futuro del tenis, su nuevo rol de papá, el Mundial, Messi y la derrota de Argentina fueron las preguntas recurrentes durante los más de 30 minutos que duró la conferencia. Una vez finalizada, ambos jugadores le dieron el gusto a la gente y se asomaron por uno de los balcones de la estructura para saludarlos.
Regreso al hotel, cambio de ropa y a la cena de gala, en donde no sólo disfrutaron de los aplausos de quienes habían abonado 360 mil pesos, y otros pocos invitados, sino también de un sabroso menú, que se abrió con cazuela de pulpo, a modo de entrada.
Antes de irse, subidos a un escenario, llegó el momento de las fotos de rigor con los integrantes de las mesas, para después regresar al hotel.
La mañana no arrancó muy temprano para ambos, aunque apoyados en la diferencia horaria con Europa, aprovecharon para comunicarse con sus familias.
Luego del desayuno partieron rumbo al Parque Roca, en donde recibieron la visita, sobre todo Nadal, de ex tenistas argentinos. Uno de los primeros en aparecer fue Pico Mónaco, quien los acompañó durante el almuerzo. Rafa aprovechó allí a ver la goleada de España, en su debut en el Mundial de Qatar. Casper, mientras tanto, de espaldas al televisor, se veía más interesado en la relación tenedor-cuchillo-ojo de bife. Culminado su plato, Ruud se levantó de la mesa, dejando a los amigos compartiendo la goleada.
Después se unieron Mariano Zabaleta, Juan Ignacio Chela y David Nalbandian, junto a Carlos Costa (manager de Nadal y ex Top 10), para hacer una sobremesa de recuerdos y tenis.
A las 4 de la tarde comenzó la fiesta, con una clínica de tenis para decenas de chicos y chicas del Circuito JTI Tour Argentina, de la Fundación Baccigalupo y de escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, dictada por equipo de Desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis. Por esta acción, la AAT recibió entradas para invitar a algunas escuelas de tenis de sus clubes asociados. La sorpresa para los chicos llegó con la aparición de Nadal y Ruud en la cancha, para compartir algunos golpes durante unos 30 minutos, para después continuar por media hora más con el resto de los profes. En ese momento se abrieron las puertas del predio para el ingreso del público, que terminó por cubrir casi la totalidad de la capacidad del estadio.
Después del almuerzo y de la clínica, ambos jugadores ingresaron al vestuario para prepararse de cara a la exhibición. Si bien la organización contaba con una fisioterapeuta propia para atender a los jugadores, cada uno de ellos trajo al suyo, dentro del equipo que los acompañó.
El ingreso a la cancha, presentados por Zabaleta y Chela, fue lo esperado, una cálida recepción para el doble campeón del Argentina Open, Casper Ruud, y el ensordecedor griterío y ovación a una de las leyendas del tenis mundial. Al grito de “Olé, olé, olé, olé... Rafaaa... Rafaaa”, el mallorquín fue dando pasos hacia su banco.
El match fue demasiado serio, como lo suele tomar el español, con poco intercambio con el público, algunos lujos, pero un tenis de altísima calidad, demostrando lo que son capaces de hacer dentro de la cancha.
El resultado fue anecdótico, el 7-6 y 6-2 sólo mostró que para Rafa cada partido tiene poco de exhibición y mucho de competencia. Sólo el peloteo con uno de los ballboys que le cedió Ruud para que juegue con Nadal y los gritos de “No te vayas nunca Rafaaa” o “Rafa casate conmigo”, gritado tanto por hombres y mujeres descontracturaron un poco a los jugadores. Casper también recibió lo suyo.
La otra estrella de la jornada fue Gabriela Sabatini, quien ya había dicho que para ella iba a ser un día especial, porque “la privilegiada en jugar con Nadal voy a ser yo”. Siempre bien dispuesta, su día comenzó con mucha emoción por volver a jugar delante de su público, algo que no sucedía desde la exhibición en el Buenos Aires Lawn Tenis, junto a Martina Navratilova, el 14 de marzo de 2009, por una causa benéfica.
Durante estos días previos estuvo entrenando en sesiones distendidas y muy divertidas con Caio Rivera. Gabriela llegó al Parque Roca junto a su gente y a Gisela Dulko a alrededor de las 16 horas y ya se encontraban en el predio, además de Casper y Rafa, otros jugadores argentinos, con los que estuvieron compartiendo anécdotas para pasar el tiempo, en un clima muy distendido y de muchas risas.
Cuando llegó el momento de ingresar a la cancha y por el caluroso recibimiento de las casi 14 mil personas que estaban presentes, a Sabatini le regresaron las emociones y los nervios, pero la simpatía de Rafa y Casper hicieron que las cosas resultaran más fáciles. “Son personas muy humanas y respetuosas”, comentó Gaby. Por eso, por la onda de Nadal y Ruud y el hecho de compartirlo con Gisela, se hizo todo mucho más llevadero y pudo disfrutar y divertirse durante el partido.
Los gritos también llegaron para ella desde la platea. “Adoptame Gaby”, “qué linda sos” y “te queremos Gaby”, fueron algunas de las frases que el público le regaló a Gabriela bajo el techo del Mary Terán de Weiss.
Cuando culminó la exhibición, a Gabriela se la siguió viendo emocionada, pero muy contenta. Comentaba que se divirtió jugando y se mostró sorprendida porque, a pesar de haber dejado la actividad hace tanto tiempo, la gente la siga reconociendo tanto.
Los jugadores volvieron a sus habitaciones en Puerto Madero, cena y a dormir. Nadal partió esta mañana rumbo a Chile, en donde jugará la exhibición ente el tenista local Alejandro Tabilo, y Ruud a la espera de reencontrarse con Rafa el sábado en Colombia, para otra fiesta del tenis.
Pasó Casper Ruud, que no vendrá en febrero a defender el título en el Argentina Open, y también Rafael Nadal, quien disfrutó del público y, como dijo, habría hecho su último partido en la Argentina, todavía, como jugador profesional.
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