* Enviado especial a Qatar
Gustavo Alfaro se inclinó en la lista mundialista de la selección de Ecuador por tres arqueros: Alexander Domínguez (Liga de Quito), Moisés Ramírez (Independiente del Valle) y Hernán Galíndez, arquero argentino del Aucas -campeón nacional en 2022- que se nacionalizó hace algún tiempo, fue titular en el triunfo en el partido inaugural de la Copa del Mundo frente al anfitrión Qatar y volverá a serlo este viernes ante Países Bajos.
“Me acaban de llamar para que vaya a la Casa de la Selección. Es uno de los días más felices de mi vida. No puedo hablar mucho, estoy con mucha ansiedad, mucha alegría, tengo miles de sentimientos encontrados”, había declarado el guardameta que por entonces se desempeñaba en Universidad Católica de Ecuador cuando lo citaron por primera vez para defender los colores de la Tri en 2020 y, ante la posibilidad latente de enfrentar a quien le pateaba penales de chico en su barrio: un tal Lionel Messi.
Galíndez dio sus primeros pasos en Estrella Juniors, un club de fútbol infantil que competía en las ligas amateurs de la ciudad santafesina. Fue en un certamen organizado por Tiro Suizo en el que se dio el gran gusto de ganarle una final al Newell’s de Messi, que arrasaba con cuanto rival se cruzaba, para adueñarse del anhelado premio: una bicicleta para cada integrante de su equipo. Habrá sido una de los pocos títulos dejados en el camino por esa categoría 87 de la que mucho se hablaba a principios de los 90.
A pesar de ser vecinos, el destino los situó en veredas opuestas y luego definitivamente los alejó. Galíndez se incorporó a las divisiones inferiores de Rosario Central y Leo Messi partió de las menores leprosas al Barcelona de España. En 2008, cuando el capitán argentino ya tenía varias temporadas como profesional en el Barça, el arquero tuvo su estreno en la primera canalla. Allí conoció a Gustavo Alfaro, quien tuvo un corto paso dirigiendo al conjunto rosarino a fines de 2008.
El Gordo se asentó en el plantel profesional a la espera de su oportunidad para ser titular, a la sombra de Jorge Fatura Broun y el uruguayo Jorge Bava. En el Clausura 2010, torneo en el que Central peleó por la permanencia, se metió en el primer equipo y padeció la desgracia deportiva del descenso en la Promoción contra All Boys. Apuntado como uno de los responsables del hundimiento (incluso recibió amenazas) se vio obligado a abandonar la institución y halló asilo en Quilmes. Pero en el Cervecero se repitió la historia y tras una serie de pésimos resultados bajó a la B Nacional.
Luego de un breve retorno al Canalla, Gali se fue a probar suerte en el exterior con la idea de cambiar de aire. Recaló en Universidad Católica, que aspiraba al ascenso a la máxima divisional de Ecuador. Tras su inmediato arribo el conjunto dirigido por el argentino Jorge Célico (a la postre seleccionador de juveniles de la Tri) se coronó en la Serie B y se instaló hasta la actualidad en la categoría superior ecuatoriana.
En el cuadro de Quito no solo se asentó y se transformó en referente, sino que llegó a ser capitán. El conjunto camarata inclusive empezó a disputar asiduamente campeonatos internacionales y Galíndez volvió para competir con adversarios argentinos como Independiente de Avellaneda (octavos de la Sudamericana 2019) y Lanús (primera fase de la actual edición que se interrumpió por el COVID-19).
El clamor popular lo situó entre los posibles convocados para la selección ecuatoriana desde hace rato. Recién en febrero de 2019, habiendo finiquitado hasta el último requisito e interminable escollo burocráctico, se naturalizó oficialmente y quedó en condición de elegible. Sin embargo el entrenador de turno, el colombiano Hernán Darío Bolillo Gómez se inclinó por Alexander Domínguez, Pedro Ortiz y Máximo Banguera para afrontar la Copa América que se desarrolló en Brasil.
Alfaro siempre lo tuvo en cuenta desde que se inició su proceso como seleccionador de Ecuador y se convenció no solo por lo futbolístico sino también por la ascendencia que ostenta en el grupo. Le brindó oportunidades como titular y hasta fue quien cubrió los tres palos en los últimos dos cruces frente a Argentina (0-3 por los cuartos de final de la Copa América 2021 en Brasil y 1-1 en la última jornada de las Eliminatorias Sudamericanas). Había sido suplente en la última gira de junio (amistosos ante Nigeria, México y Cabo Verde), pero estuvo desde el inicio en el examen ante Japón de septiembre y sumó crédito.
Ahora sigue los pasos de otros argentinos nacionalizados ecuatorianos como los arqueros Marcelo Elizaga, Javier Klimowicz, Esteban Dreer, el defensor Norberto Araujo (histórico de la Liga de Quito) y el delantero Ariel Graziani, quien llegó a convertir 15 goles con la Tri. Sus hijos son ecuatorianos y adoptó aquella patria como propia. Lejos está de soñar con un regreso al Canalla y el fútbol argentino, que lo eyectó y dejó su carrera en la cuerda floja. Hoy disfruta el presente y sueña a lo grande.
Arrancó como suplente de Dida Domínguez y Pedro Ortiz, pero batalló y hoy disfruta de su presente mundialista. Con Messi y la Albiceleste podría cruzarse nuevamente a partir de los cuartos de final. Galíndez, que algún día le atajó penales al capitán argentino cuando tenía menos de 10 años, ahora se ilusiona con replicarlo a nivel internacional.
“Nos quitamos el peso de tener que debutar, de jugar el primer mundial, muchos de nosotros. Contra Países Bajos no va a ser un partido en el que no hagamos algo que venimos haciendo. Una de las virtudes de este grupo es la confianza que va ganando desde hace dos años. Nos vamos a medir a rivales buenos, pero podemos hacer cosas”, declaró Galíndez tras el festejo inicial ante Qatar. El argentino naturalizado ecuatoriano y toda la Tri van por más.
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