Rafael Nadal y el lazo inquebrantable con el tío que le enseñó a ser zurdo

Rafael Nadal tuvo bien claro en los primeros años de su vida que su destino iba a estar ligado al deporte. Tal vez lo empezó a sospechar en los tempranos 90 cuando en algún estadio vio las ovaciones que suscitaba su tío Miguel Ángel al defender las camisetas del Barcelona y de España. Pero es probable que la certeza total haya llegado tras haber visto jugar o entrenar en una cancha de tenis a otro hermano de su padre. En una familia que entendía el deporte como un modo de vida, el niño Rafa, que jugaba muy bien al fútbol y a otras disciplinas, se terminó inclinando por las raquetas, las pelotitas amarillas y el color naranja del polvo de ladrillo. Y, también desde bien chico, entendió que para llegar tan lejos como pretendía tenía que escuchar con mucha atención lo que le pedía su tío Toni, aunque eso implicara ir contra su naturaleza.

Por estos días, a Rafa se lo espera con ansiedad en Buenos Aires, donde jugará este miércoles 23 en Parque Roca contra Casper Ruud. Los números 2 y 3 del ranking reeditarán en la exhibición el enfrentamiento que sostuvieron el viernes 18 por la fase de grupos del Masters, cuando el español se impuso por doble 7-5 al noruego, que sin embargo siguió su camino hasta perder en la final contra Novak Djokovic. Rafa había encarado el encuentro contra Ruud ya eliminado por haber perdido sus dos primeros partidos, el segundo de ellos contra el canadiense Felix Auger-Aliassime, quien contó en su banco con una presencia familiar: nada menos que Toni Nadal. El tío que desde 2017 ya no es entrenador del español, pero que dejó una marca indeleble en su carrera.

¿Se le puede enseñar a una persona a ser zurda a pesar de haber nacido como diestra? En los pasillos de los torneos de tenis circuló durante muchos años una leyenda con ese argumento, que involucraba a Rafael Nadal y a Toni, su gran mentor. “El tío le dijo ‘tienes que jugar con la izquierda porque así vas a ganar más partidos’ y Rafa le hizo caso. ¿No sabías que todo lo demás, como cortar la comida o escribir, lo hace con la derecha?”, contaban experimentados periodistas. Algo de verdad había en esa historia, aunque naturalmente, como suele ocurrir con los mitos, existen matices para entenderlo mejor.

Fue el propio Toni el que se encargó, consultado por ese tema, de explicar un poco mejor de qué se trataba aquella decisión que se tomó cuando el pequeño Rafa empezaba a familiarizarse con la cuestión de empuñar una raqueta y pasar la pelota del otro lado de la red. “Lo que yo hice fue evitar que jugara a dos manos, que era lo que hacía en un comienzo”, recordó Toni hace unos años en una entrevista con el sitio especializado Punto de Break. En ese punto, las versiones que dan entrenador y jugador difieren levemente: Toni aseguró que desde que Rafa tenía cinco o seis años notó que, cuando le llegaba una pelota en el centro, se inclinaba para golpear a su izquierda, y entonces le recomendó ejecutar el drive con ese brazo, ya a una mano. El ex número 1 del mundo, en un programa de cocina, declaró que en realidad fue él quien naturalmente se sintió mejor jugando como zurdo. De una manera o de otra, la historia deja en claro hasta qué punto llegó desde bien temprano la influencia de Toni en la carrera del ganador de 22 títulos de Grand Slam. Tanto como para, por lo pronto, modificar drásticamente su manera de jugar.

El argentino Mariano Hood llegó a ser compañero de dobles de Rafa durante el torneo de Queen’s en 2008 y actualmente es entrenador. Desde sus vacaciones, mientras pesca en un lago del sur argentino, habló con Infobae de su admiración por Toni y aseguró que él “fue evolucionando mucho con los años como coach, porque cuando arrancó con Rafa no tenía un pasado de jugador de alto nivel y tampoco había entrenado a jugadores de elite”. Agregó que “a nivel técnico-táctico fue evolucionando al mismo tiempo que Rafa, pero le dio una formación enorme en todas las bases, que es clave”.

Hood remarcó que “más allá de lo que le enseñó tenísticamente a Rafa, influyó mucho sobre todo en el aspecto del sacrificio, de los valores, de la humildad, de la autocrítica, para hacerse cargo de las cosas”. Precisó en ese sentido que “parecen cuestiones simples pero son importantes, porque al tenista a veces le cuesta reconocer cuando comete un error y tiende a mirar para afuera, a creer que la raqueta estaba mala, que la cancha estaba mala, o que el entrenador le dijo algo que no iba, y no se hace cargo de sus propios errores”.

Como comentaba Hood, la sapiencia de Toni fue uno de los pilares donde se apoyó la construcción de la enorme carrera de Rafa, que bien temprano entendió que el talento era apenas uno de los ingredientes para ser un gran tenista. Habitual conferenciante en charlas motivacionales en diferentes lugares del mundo, Toni recordó en uno de esos encuentros una anécdota que justamente tenía que ver con una ocasión en que Rafa, por aquel entonces de 15 años, perdía holgadamente un partido. Su tío notó que la raqueta con la que jugaba estaba rota, lo alertó y recién entonces la cambió. Después del encuentro le consultó cómo no se había dado cuenta del problema y la respuesta fue reveladora: “Estaba tan acostumbrado a que la culpa fuera mía, que no miraba la raqueta”, le dijo a su tío. “Toni le enseñó a hacerse cargo de lo que hacía en la cancha y también a creer en sí mismo”, explicaba en esa misma línea Hood.

Más allá de que ya se terminó su tarea como entrenador de Rafa, Toni no solo mantiene su vínculo afectivo con su sobrino sino que además es el director de la Rafa Nadal Academy, donde se trabaja sobre todo en la formación de tenistas jóvenes. Uno de los que acudió allí en su momento fue justamente Casper Ruud, el rival de Rafa para este miércoles, cuando el público argentino volverá a acompañar a uno de los mejores tenistas de la historia. De alguna manera, ese día, Toni y su legado estarán de un lado y otro de la red.

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