El sábado 25 de marzo de 1989 tenía 21 años. El Racing Matra le ganó 1 a 0 al AS Cannes por la Ligue 1 de Francia. Él, defensor central de perfil diestro del equipo visitante, se ganó la amarilla. Era su debut en el profesionalismo. Enfrente jugó un Enzo Francescoli de 28 años. Volvería a jugar 329 días después, el 17 de febrero de 1990 por la primera ronda de la Copa de Francia. Su primera victoria como futbolista en la máxima división francesa (1 a 1 y 5 a 4 en tanda de penales ante el Perpignan FC) también fue la última. Pasaría por la intrascendencia del Vallauris y el SC Draguignan del postergado ascenso francés hasta dejar de ser futbolista profesional en 1998, con apenas treinta años. Su despliegue será del otro lado de la línea.
Todo lo que no jugó Hervé Renard, lo dirigió. Donde dejó de jugar empezó su carrera como entrenador. En 1998 el SC Draguignan era un modesto club regional del fútbol francés. Lo sigue siendo dos décadas después. Con Renard como entrenador, escaló de la sexta hasta la cuarta división del fútbol galo. Lo dejó, tres años después de haber iniciado su gestión en la temporada 1998/1999, en el National 2, el antiguo Championnat de France Amateurs. Significó el primer laurel en la carrera de un entrenador que el mundo futbolístico volvió a conocer en la primera gran sorpresa del Mundial de Qatar 2022.
Hervé Renard es ese rubio con pelo de libro, con gesto severo en un rostro de rasgos marcados y un tostado permanente, con más de un metro ochenta de altura en un cuerpo de músculos prominentes que dejan adivinar sus camisas blancas, que las cámaras capturaban del banco de suplentes saudí cuando se consolidaba la victoria 2 a 1 de Arabia Saudita sobre Argentina, uno de los máximos candidatos al título, en el quinto partido de la Copa del Mundo. El responsable de la estrategia había nacido en Aix-les-Bains, una comuna situada en el departamento de Saboya al este francés, el 30 de septiembre de 1968 y su máximo hito en sus quince años como futbolista había sido compartir plantel profesional con el adolescente y primer Zinedine Zidane del AS Cannes.
“Enfrentarme con los grandes jugadores hizo que me diera cuenta de que mi jerarquía era de tercera”, aceptó. Trabajó de recolector de basura y de empleado de maestranza mientras jugaba en ligas regionales de Francia. Claude Le Roy, un profeta del fútbol africano, lo incorporó a su equipo de trabajo. Le Roy era el técnico que había llevado a Camerún a un subcampeonato en la Copa Africana de Naciones de 1986, al título de la edición siguiente y al Mundial de Francia 98, paso previo por la selección de Senegal y la asesoría técnica del Milan de Italia y del Paris Saint Germain francés. Juntos fueron a entrenar a China, al Shanghai Cosco Huili, fundado en 1995 y desaparecido en 2021.
Permaneció dos temporadas en China como asistente hasta regresar a Europa. Su primera incursión como técnico principal, asistido por Le Roy, fue en la cuarta división de la liga inglesa: en el Cambdrige United ganó apenas cuatro partidos de 25. El primero de julio de 2005 asumió como entrenador del AS Cherbourg, que competía en el Championnat National, la tercera división del sistema de ligas de fútbol francés. El 30 de junio de 2007, al cabo de su segunda temporada, rescindió contrato luego de un desempeño irregular.
Claude Le Roy había vuelto a dirigir una selección africana en 2006: se convirtió en técnico de Ghana después del Mundial de Alemania. Cuando Renard quedó libre de su experiencia por el ascenso francés, lo convocó para integrar, una vez más, su cuerpo técnico. La disolución definitiva de la dupla coincidió con el despegue del técnico francés: en 2008 Zambia lo contrató para dirigir a su selección de cara a la primera edición del Campeonato Nacional de Naciones del año siguiente. Un paso breve por Angola y por el USM Alger de Argelia lo devolvió a Zambia. En la Copa África de Naciones de 2012, Hervé Renard fue el técnico del campeón: por primera y única vez Zambia se coronaba en un certamen continental. En el torneo había superado a Senegal, Ghana y Costa de Marfil.
Fue elegido mejor Entrenador del Año de la Confederación Africana de Fútbol. Repitió la distinción en 2015 y 2018. La consagración en Zambia le dio un doctorado en la materia. Costa de Marfil lo contrató el 31 de julio de 2014, en el proceso de renovación posterior a la Copa del Mundo de Brasil 2014. En 2015 volvió a ganar la Copa África para convertirse en el primer técnico en levantar la copa más importante del continente con dos selecciones distintas. Al año siguiente, el 16 de febrero, firmó contrato con Marruecos. Un nuevo suceso histórico: lo clasificó a la Copa del Mundo de Rusia 2018 después de veinte años sin mundiales.
No ganó ningún partido en su primera experiencia mundialista, pero su continuidad al mando de la selección marroquí no fue discutida. Se mostró competitivo ante famosos entrenadores como Carlos Queiroz o Fernando Santos. Perdió ante Irán -cayó 1-0 con una polémica de VAR- y por la mínima ante Portugal, pero mereció más. Y en la última jornada del grupo B, le empató 2-2 a la España de Fernando Hierro. Renard renunció al año siguiente, tras una eliminación temprana en octavos de final de la Copa África. Desde su desvinculación hasta la firma de un nuevo contrato pasaron ocho días. Lo que había hecho en África -lo bautizaron el Mago Blanco- traspasó el continente. Sus excursiones en el fútbol grande de su patria habían fracasado: no hizo pie en el Sochaux en 2013 ni en el Lille en 2015. Lo llamaron desde Asia: Arabia Saudita, atento al laureado recorrido de Renard en las selecciones africanas, lo convocó con la zanahoria de Qatar en el horizonte.
“Los saudíes tienen un estilo muy similar al de países norteafricanos como Argelia, Egipto, Marruecos y Túnez. Todas estas selecciones tienen jugadores talentosos técnicamente que juegan un fútbol atractivo. Cuando acudes a un Mundial, no obstante, debes añadir disciplina a tu juego, algo que será vital para nosotros. Tenemos talento, pero si no nos mostramos lo suficientemente disciplinados, no obtendremos los resultados que queremos. La ventaja es que podemos seguir la liga saudí entera y ver todos los partidos. Somos siete en el cuerpo técnico, y recorremos todo el país para ver todos los encuentros. Lo considero una ventaja para nosotros, aunque implique que nos falte un poquito de experiencia contra los equipos más competitivos de Europa”, analizó en diálogo con el sitio oficial de la FIFA.
Cuando Arabia Saudita se clasificó a Qatar 2022, el 24 de marzo de 2022 al quedar primero del Grupo B de la Tercera ronda de la Confederación Asiática de Fútbol por encima de los otros mundialistas Japón y Australia, renovó su contrato hasta 2027. Días antes del debut de Arabia Saudita en el Mundial contra Argentina, dijo: “Nos encanta cuando se olvidan de nosotros y nos consideran el equipo más pequeño. No nos importa”.
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