Los futbolistas de la selección de Irán que se enfrentaron a Inglaterra, en partido del Grupo B del Mundial de Qatar, no cantaron el himno de su país en señal de protesta por la situación de represión que se vive en el país y el reciente asesinato de Mahsa Amini.
La letra del himno que rechazaron cantar es esencialmente religiosa y política:
Sobre el horizonte se levanta el Sol, amor de Oriente,
la luz en los ojos de quienes creen en Dios, la Verdad y la Justicia
Bahmán es el halo de gloria de nuestra fe.
Tu mensaje, Oh Imam, de independencia y libertad da forma a nuestras vidas.
¡Oh Mártires! Vuestro clamor resuena en los oídos del tiempo:
Duradera, continua, eterna: República Islámica de Irán!
Este himno no es reconocido por varios grupos de la oposición iraní y las comunidades de la diáspora, que siguen utilizando “Ey Irán”, otra canción patriótica previa a la revolución islámica.
“Bahmán”, del tercer verso, hace referencia al mes en el que se conmemora en Irán con una multitud de ceremonias y festivales el triunfo de la Revolución de 1979.
Y las protestas que sacuden al país, exacerbadas por la represión del régimen persa, apunta precisamente contra uno de los principales reclamos, la rigidez del sistema teocrático que aplasta toda disidencia que se aparte de la guía del Líder Supremo, el ayatollah Ali Khamenei.
Durante la semana previa al partido, el capitán del equipo, Alireza Jahanbakhsh, había adelantado que el vestuario decidiría “colectivamente” si cantar o no el himno como señal de apoyo a las manifestaciones que sacuden Irán desde hace dos meses. El jugador del Feyenoord Rotterdam, declaró también el miércoles que celebrar o no gol durante el Mundial sería una elección “personal”. Y es que en el plantel también hay dos jugadores que se han pronunciado en defensa del régimen, por lo que no hay unanimidad e iba a primar lo que se decida en general.
Previamente, la estrella del equipo, Sardar Azmoun, también dio de qué hablar tiempo atrás por haber publicado varios mensajes en redes sociales en los que expresaba su apoyo al movimiento de protestas y por haber denunciado la represión en su país. Su cuenta de Instagram, seguida por cerca de cinco millones de personas, estuvo inaccesible durante varios días, antes de ser restablecida.
El domingo, en la conferencia de prensa en la víspera del partido inaugural de la Copa del Mundo de Irán contra Inglaterra, el veterano defensor Ehsan Hajsafi también hizo referencia a lo que se vive en su país. Dijo que toman la representación de ser la “voz” en Qatar de quienes no pueden hablar en Irán y manifestó su solidaridad: “Tenemos que aceptar el hecho de que la situación en el país no es buena y nuestra gente no está contenta. Todo lo que tenemos se lo debemos a nuestra gente y estamos aquí para trabajar duro, luchar, jugar bien en el campo, marcar goles y dedicarnos al pueblo de Irán. Espero que la situación cambie como la gente desea y que todos estén felices”.
Por su parte, el entrenador de Irán, el portugués, Carlos Queiroz aseguró que sus jugadores “eran libres” de protestar si querían, y así lo hicieron antes del pitido inicial del encuentro. Mientras los jugadores no cantaban, la afición iraní respondió con aplausos y vítores a sus futbolistas.
Los once jugadores se mantuvieron rectos, impasibles y con rostro neutro mientras su himno resonaba en el Estadio Internacional Khalifa.
Irán está sumido en una oleada de protestas desde el fallecimiento el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años detenida por violar el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a llevar el velo en público.
La propia selección iraní ya había rechazado cantar el himno durante la previa de un amistoso de preparación en Austria contra Senegal (1-1) el pasado 27 de septiembre. Ataviados entonces con una chaqueta negra que ocultaba el escudo nacional, los jugadores se mantuvieron en silencio, la mayoría de ellos con la cabeza agachada.
Varios deportistas de otras disciplinas eligieron también no cantar el himno, no celebrar las victorias o portar un brazalete negro durante eventos deportivos.
El 6 de noviembre, durante un torneo internacional de fútbol playa en Dubái, uno de los más prestigiosos de la disciplina, el equipo iraní también hizo un gesto similar, obligando a la televisión estatal a cortar la retransmisión en directo. Durante la final, ganada frente a Brasil (2-1), los jugadores se mantuvieron en silencio en el momento de recibir la copa. El autor del gol de la victoria, manifestó su solidaridad con el movimiento de protesta y las mujeres en Irán, simulando cortarse el pelo con los dedos.
Más allá de los terrenos de juegos, numerosos deportistas, retirados o todavía en activo, han escrito mensajes de apoyo a los protestas en redes sociales.
El exjugador del Bayern de Múnich, Ali Karimi, que vive en el extranjero y cuya casa fue confiscada por las autoridades, es uno de los más activos.
Rechazó la invitación de la FIFA y de la organización del Mundial para desplazarse a Catar y seguir la competición, al igual que la leyenda del fútbol iraní Ali Daei.
Las protestas de jugadores y afición están dirigidas al régimen de Irán por el asesinato de Amini, la joven de 22 años que en septiembre fue detenida y maltratada por la policía por no respetar el código de vestimenta iraní al no llevar bien puesto el velo.
Su asesinato, acompañado de la violencia a la que fue sometida y las mentiras del gobierno iraní, ha levantado las iras de la población, por el abuso al que están subyugadas las mujeres. Esta revolución ha llegado también al equipo de fútbol, la mejor plataforma para que el pueblo iraní muestre sus frustraciones con el régimen.
(Con información de AFP)
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