A Lionel Messi se lo notó distendido, más de lo habitual. La felicidad lo rodea por la proximidad de su debut en una nueva Copa del Mundo y lo hizo saber. A pesar de que puede ser su última cita mundialista, algo a lo que volvió a hacer referencia, y que algunas molestias físicas persisten, Leo no borró la sonrisa de su rostro casi ni un minuto desde que se sentó en uno de los enormes salones del Centro Nacional de Convenciones de Qatar, que se abarrotó por su presencia, para brindar la conferencia de prensa oficial.
Desde que se conoció la noticia de que él iba a acompañar a Lionel Scaloni en la charla previa al encuentro de mañana ante Arabia Saudita, decenas de periodistas internacionales modificaron su itinerario para hacerse un hueco y asistir a la cita con el 10 albiceleste. El QNCC se convulsionó como nunca antes. Y Leo tuvo un gesto con algunos cronistas que estaban presentes a la vera del escenario en el que encendió su micrófono. Fue deliberado, porque enseguida quienes lo rodeaban le enseñaban el camino hacia la salida. Pero no, él se frenó y cambió el rumbo. No siempre suele hacerlo, quizás por la enorme seguridad que lo suele rodear y los escoltas personales como el español Pepe Costa, por eso tal vez llamó la atención: el capitán argentino les tendió la mano a varios y los saludó cara a cara ofrendando su humildad.
El predio al que Messi acudió para la conferencia es casi tan grande como el que hospeda al contingente nacional en la Qatar University, en la que es necesario movilizarse de un sector a otro con buses propios por la enorme distancia. La QNCC de Al Rayyan alberga a los medios de comunicación de todo el mundo que cubren el Mundial, ya que facilita el Centro de transmisión y Centro de medios principal.
Habitualmente en este sitio se llevan a cabo conferencias, reuniones, exhibiciones, actuaciones, conciertos (ya que dispone de un teatro propio con capacidad para 2300 espectadores) y eventos de primer nivel. A lo largo y ancho de sus 200 mil metros cuadrados se distribuyen 52 salas de reuniones con capacidad de hasta 150 asientos, 6 salones VIP y 7 suites de hospitalidad, un auditorio de tres niveles con capacidad para entre 300 y 500 personas, sala de conferencias para 3800 delegadas y un espacio de exhibición para interior y exterior de 40 mil metros cuadrados.
A los periodistas que acuden a este sitio para generar sus acreditaciones, trabajar en vivo y asistir a conferencias de prensa, entre otras labores, se los recibe con muchas comodidades. Zonas de esparcimiento con metegoles, pantallas para observar cada partido por doquier, cómodos asientos con mesas para el uso de laptops y también pasarelas mecánicas para apurar el paso frente a algún apuro. La seguridad -como en casi cada rincón de Doha dedicado al Mundial- es extrema: hay que atravesar un escáner antes de ingresar.
Hay infusiones a disposición de cada persona, pero también se montan bufets con comidas de todo tipo de origen para abastecer a los trabajadores por un precio de USD 12,50 y la posibilidad de repetir plato y consumir varias bebidas. Muchos periodistas pasan largas horas allí, pero cuentan con facilidades para llevar a cabo las tareas con solvencia.
La gran perlita de este sitio es el permitido con el que cuentan los reporteros: en uno de los bares que ofrecen comida y bebida también está permitida la venta de cerveza con alcohol y vino. A diferencia de lo que se dispuso en los estadios de la Copa del Mundo, donde solamente se ofrece cerveza sin alcohol (por 30 qataríes, unos 8,25 dólares), los corresponsales pueden darse el gusto de relajarse a cambio de 13 dólares.
LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS: ARIEL SENOSIAIN Y MARCELO BENEDETTO
Cómo notó y sintió a Messi el periodismo argentino. El comentarista de los partidos de la Selección en TyC Sports y el emblemático campo de juego que presencia su novena Copa del Mundo se animaron a dar sus pareceres en Infobae, a horas de la presentación de Argentina en Lusail.
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