El distinguido restaurante que eligió Agustina Gandolfo, la pareja de Lautaro Martínez, en su primera noche en Qatar

Una carta con 100 platos, opciones para fumar en shisha y la sorpresa por la falta de alcohol son algunas de las particularidades del restó que eligió la novia del goleador, la primera de las mujeres de la Selección que inicia su experiencia por las calles qataríes

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La pareja de Lautaro Martínez ya está en Doha

* Enviado especial a Doha, Qatar

Un Porsche antecede a un Lamborghini. La caravana de autos de lujo será interminable. Las luces de la ostentación y el lujo son la pintura de estas calles. La abundancia del dinero es el reflejo perfecto de La Perla, una de las zonas más exclusivas de la potente Doha. La cultura qatarí contrasta con la identidad mundial de la plata que no distingue latitudes. Le Vendóme Pearl es uno de los restó más destacados por estas calles que bien podría estar en una gigantesca esquina de cualquier ciudad del mundo. Agustina Gandolfo, la pareja de Lautaro Martínez, eligió esta primera experiencia en el país mundialista a horas de aterrizar para acompañar al delantero durante la cita deportiva.

Sentada con su familia y su hija, compartió en sus redes sociales unas escenas de este pintoresco sitio que sobresale por tener un techo externo compuesto por banderas de los países de la Copa del Mundo. “Vinimos a tomar algo y no hay tal algo. Venden alcohol en muy pocos lugares”, se sorprendió. Permaneció allí por poco más de una hora, tomaron agua y gaseosa. Comieron algo breve y se marcharon. Unos pocos ojos curiosos lograron reconocerla, pero pasó desapercibida aunque unos cronista de una cadena internacional realizaban un informe a metros de su mesa.

La Perla está ubicada en una especie de isla dentro del país, con fácil acceso por el metro y los buses. Si alguien quiere copar sus ojos de abundancia, debe permanecer allí sentado por apenas unos segundos. El restó tiene como particularidad ofrecer un menú con comida de todo el planeta, pero principalmente por su opciones para fumar en shisha, esa enorme pipa cilíndrica que se alimenta a base de unos pequeños carbones especiales para quemar diferentes variedades de tabaco saborizado. Uva con menta, chicle de limón o de canela, sandía, fresa, manzana y arándanos son algunas de las variedades disponibles a 105 riyal qataríes (unos 28 dólares o alrededor de 4500 pesos argentinos).

El destacado restaurante que eligió Agustina Gandolfo en Qatar

En la mesa de Gandolfo no estaba esa imponente pipa que llega casi hasta la cintura, pero a unos pasos se podía observar a turistas o locales degustando esta particularidad típica de la zona. No es el único restó en ofrecer esto, desde ya. A unas cuadras de distancia, otro sitio también lo tenía disponible en su menú como así también en otros tantos locales.

Y es cierto: el alcohol brilla por su ausencia en las cartas. Sólo pueden obtenerlo aquellos residentes con un permiso especial en locales habilitados para la venta o los que tengan la posibilidad de ingresar a algún pub de hotel disponible para extranjeros. Allí una botella pequeña de cerveza puede variar entre los a 25 riyal (7 dólares) hasta los 45 (12 dólares). También hay disponible vodka, gin, tequila, ron, cognac o cócteles como un mojito por unos 8 dólares.

En la imponente esquina del Le Vendóme Pearl, entre camionetas 4x4 con banderas qataríes o tunecinas de hinchas desaforados por la fiebre mundialista, la gaseosa pequeña cotiza 6 dólares y una taza de café o té puede oscilar entre los 6 y 8 dólares. ¿El agua? Asciende hasta los 10 de la moneda norteamericana una botella grande.

La extensa carta de ofertas gastronómicas tiene una estructura de casi 100 alternativas distintas. Platos habituales en la zona del golfo compuestos con arroz y carne o pollo (unos 15 dólares), pizzas (a partir de los USD 15), pastas (desde USD 20), comida india (desde USD 8), ensaladas, sopas o el típico shawarma de pollo o carne (desde USD 15). Entre los principales, se puede observar el pollo tikka masala (en salsa masala que está compuesta por distintas especias y un caldo de carne) a 15 dólares o un Jhinga Makhani (camarones cocinados en salsa de curry) a 20. El pescado es una de las variedades de comida más costosas en este lugar con un mínimo de 32 dólares para un plato de autor. Qatar es caro para el bolsillo latino, pero más en este exuberante barrio.

La carta para fumar tabaco saborizado en shisha en La Perla
La carta para fumar tabaco saborizado en shisha en La Perla

Mientras la familia Martínez-Gandolfo se preparaba para iniciar su experiencia qatarí, convirtiéndose la primera pareja de los futbolistas de la Selección que transita las calles de la ciudad públicamente, Lautaro terminaba su primera práctica ante los ojos de la prensa desde que arribaron a la Universidad de Qatar. El delantero fue uno de los 19 jugadores que saltó al campo de entrenamiento de la mano del cuerpo técnico para los 15 minutos que la prensa tuvo la oportunidad de observar. Y dos hechos sobresalieron allí: Papu Gómez y Marcos Acuña se movieron con normalidad tras el temor en torno a su figura de seguir los pasos de Joaquín Correa y Nicolás González. Y que Lionel Messi se quedó en el gimnasio haciendo tareas regenerativas con otro grupúsculo de compañeros. “Nada extraño, solamente se dividieron así los grupos”, le confirmaron a Infobae.

Esta práctica, que tuvo la presencia de periodistas de Vietnam, Inglaterra, Egipto, Corea del Sur, China, México, Costa Rica y Guatemala que se trasladaron hasta allí con la esperanza de ver a Messi, se destacó también por la estricta seguridad en torno al plantel. El ingreso al campo de entrenamiento de Argentina obligó a los periodistas a pasar sus pertenencias por un escáner ante la presencia de varios guardias, al mismo tiempo que se escaneaba también el cuerpo de los cronistas. Algo particular, es cierto, pero que no sorprende en Doha, teniendo en cuenta que hasta en los hoteles exigen este procedimiento. Una vez adentro, unos diez policías se pararon adelante de los cientos de periodistas acreditados por FIFA para evitar cualquier contratiempo. Y, por suerte, no hubo ninguno. Especialmente dentro de bunker albiceleste.

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