Fecha 13 del Torneo Clausura 1996. El campeón defensor Vélez peleaba por el título con Boca en Liniers. El Xeneize arrancó con el pie derecho por el tanto de Caniggia, pero Vélez lo daría vuelta gracias a Camps (un gol discutido porque el Mono Navarro Montoya juró haber sacado el balón sobre la línea) y Chilavert, con un tiro libre magistral. Sobre el final del primer tiempo el juez sancionó un dudoso penal de Mac Allister que fue cambiado por el arquero del Fortín por el 3-1 a favor. Antes de su ejecución, Néstor Fabbri vio la roja por protestar en la visita.
Los fanáticos xeneizes no toleraron la actuación arbitral y, enfurecidos, obligaron a suspender el partido por varios minutos. Maradona acusó a Castrilli de haber exasperado a la gente y el referí también lo echó. Fue entonces cuando se produjo uno de los diálogos más desopilantes que se recuerden.
- Explíqueme por qué, a ver. Maestro, ¿pero usted que está, muerto? No está muerto, explíqueme, por favor se lo pido. Estamos hablando como hombres, como seres humanos.
La súplica de Maradona a un inmutable Castrilli, rodeado por sus asistentes, fue inútil. Allí Navarro Montoya, en su afán por contenerlo, lo llamó por su apodo (Armando, por su segundo nombre) y trato de disuadirlo: “¡No te va a contestar, Armando, no te va a contestar!”, le insistió. Y Diego explotó: “¿No me va a contestar? Es un botón entonces. Es un hijo de puta”.
26 años después, la escena se repitió, aunque en paso de comedia. el actor y conductor Sebastián Wainraich, que viaja al Mundial de Qatar 2022 con su equipo, se encontró en el aeropuerto con el mencionado Castrilli, quien se hallaba tomando un café con Chicho Serna, ex Xeneize y hoy parte del Consejo de Fútbol de la institución. Y ambos se prestaron a recrear el momento para un video épico, que se hizo rápidamente viral en las redes.
“Explicame por qué lo echaste. Por qué lo echaste, explicame por qué lo echaste”, dice Wainraich-Maradona, mientras otra persona lo sostiene para que no se le acerque al ex juez quien, sentado, sostiene el rictus serio y no emite palabra, tal como ocurrió en el estadio José Amalfitani aquella jornada de 1996. “Marcelo, no te va a responder, no te va a responder”, lo intenta disuadir Serna, en el rol de Navarro Montoya. Marcelo es, precisamente, el segundo nombre del artista, como Armando era el de Diego.
“Porque es un botón, por eso no me va a contestar, porque es un botón, sos un botón Castrilli, sos un botón, Castrilli”, completa el animador ante un Castrilli que, ahí sí, no puede contener la sonrisa. La puesta en escena, claro, fue mucho más amena que en aquel partido, con los fanáticos amenazando con saltar al césped. Vélez terminó ganando 5-1 y 26 años después el momento sigue siendo recordado vívidamente por los hinchas del fútbol... Al punto de que tuvo su remake.
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