El domingo lideró la tribuna de Racing y desde el lugar mayor del paravalanchas creyó haber tocado el cielo con las manos. A un año de haberse coronado como el jefe de la barra de la Academia, Leandro Paredes vivió un momento único de impunidad. Creyó que el Trofeo de Campeones estaba atado a su reinado, en ese delirio místico que tienen todos los jefes barras. Pues bien, esa sensación se le acaba de escapar como arena entre los dedos: 48 horas después, Leandro Paredes, el líder que en septiembre de 2021 desembarcó a sangre y fuego en el Cilindro de Avellaneda con su agrupación Los Pibes de Racing, fue detenido acusado de haber liderado uno de los hechos más violentos en enfrentamientos de barras en este 2022, la emboscada en el tren de la línea Roca a hinchas de Deportivo Cali en lo que fue una cacería por los vagones en la estación Gerli que dejó varios colombianos heridos de gravedad por arma blanca.
En el allanamiento que le hicieron en su casa encontraron remeras del club Deportivo Cali, un revolver calibre 38 con la numeración y la marca limada, cinco proyectiles, siete mil dólares, más de dos millones de pesos y nueve teléfonos celulares. Porque ser barra siempre parece una profesión que da mucha ganancia.
El hecho que dio origen a la investigación fue tremendo. Todo comenzó el 18 de mayo cuando en horas del mediodía y con la excusa de querer conocer la cancha de Racing, un grupo de colombianos que estaban en la Argentina para ver el partido contra Boca por la Copa Libertadores logró franquear el ingreso al Cilindro con ayuda de algunos miembros de La Guardia Imperial, la barra que había perdido el liderazgo y que tenía una relación cercana a la de Deportivo Cali. Como en esa jornada la Academia jugaba contra Melgar de Perú, allí ya estaban colgadas varias banderas entre ellas las del grupo de Burzaco, que forma parte de Los Pibes de Racing, tal como se llama la facción que tomó el control de la tribuna. La desataron del alambrado, la guardaron en un bolso y se la llevaron. Y al otro día apareció un video en las redes sociales donde los colombianos se ufanaban de lo realizado y desafiaban a sus rivales de la Academia a recuperarla.
La respuesta fue un audio atribuido a Leandro Paredes donde se hablaba de mafia, de batallas y de sangre. La barra hizo inteligencia, supo que varios colombianos paraban en una casa de El Jaguel, en Esteban Echeverría, y que irían a un banderazo el feriado del 25 de mayo en apoyo a su equipo en el Obelisco tomando el tren que hace el recorrido Ezeiza-Constitución. Entonces la barra mandó a dos de los suyos a la estación de Echeverría y cuando divisaron a los hinchas de Cali subiendo al tren, se metieron en el mismo vagón y avisaron al resto de la hinchada que fue en masa a la estación Gerli a esperar la formación y cuando llegó, entraron y atacaron.
Toda la acción duró unos cuantos minutos, los suficientes para avisarles al resto del pasaje que no era con ellos y que se fueran para los otros vagones mientras ellos atacaban a los colombianos y dejaban varios heridos de arma blanca, uno en situación muy comprometida. Tras hacer su faena salieron corriendo y cuando llegó la Policía Federal, que es la que tiene la jurisdicción sobre Trenes Argentinos y en el momento del hecho sólo había un oficial de consigna, los de Racing ya se habían ido, tras una operación relámpago coordinada en tierra liberada.
La investigación fue paciente por parte del fiscal Mario Prieto. Escuchas telefónicas, seguimientos y finalmente el convencimiento de que Paredes como líder de Los Pibes de Racing estaba involucrado. El jefe de la barra se movía con total impunidad. De hecho tiene un cargo con sueldo altísimo en la obra social del sindicato de Obreros Marítimos (Somu) y en la última semana de octubre llevó a toda su gente a la caminata a la victoria en homenaje a Néstor Kirchner que se realizó en Villa Corina donde se fotografió con el ministro de Desarrollo Territorial de la Nación, Jorge Ferraresi y con su esposa, Magdalena Sierra, jefa de Gabinete del municipio de Avellaneda e hincha de Racing.
¿Conocían ellos que se estaban fotografiando con el jefe de la barra y con el tercero de la misma, Martín R., apodado Tincho? Vaya uno a saber pero lo mínimo que se espera de políticos tan importantes es cuidado, más cuando Paredes tenía varias causas abiertas por violencia en el fútbol. Una de ellas ahora lo lleva a prisión por el delito de tenencia ilegal de armas de fuego y amenazas. Mañana deberá declarar y se verá si sigue el proceso en libertad o tras las rejas. Por lo pronto, en 48 horas pasó de creerse el campeón del Trofeo de Campeones a dormir en la cárcel.
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