La redención NBA: el documental que armó Estados Unidos para contar cómo se levantó de los golpes de nocaut que le dio Argentina

Netflix lanzó Redeem Team: cuenta cómo Estados Unidos se reconstruyó tras pesadas derrotas entre 2002 y 2006, las dos principales ante la Generación Dorada. Los impactantes elogios al seleccionado albiceleste y a Ginóbili, a quien pusieron como blanco

Guardar
"El equipo redentor": imágenes del nuevo documental de Netflix
"El equipo redentor": imágenes del nuevo documental de Netflix

Armaron un documental top, con la palabra de todas las estrellas, para contar cómo resurgieron de aquellos dos golpes de nocaut que les dio Argentina al básquet. Así de simple, así de impactante.

Sí, Argentina, un país dominado por el fútbol, vapuleado por sus crisis económicas, con altos niveles de pobreza, que no tiene el biotipo ideal para el basquetbolista, sin la raza negra ni la etnia balcánica, las dominantes en este deporte. Que no ha tenido, desde hace décadas, una política deportiva que atraviese gobiernos, que salvo excepciones no ha destinado un consistente apoyo estatal a los clubes, que no ha logrado articular deporte y educación, y no ha construido centros de alto rendimiento para que se formen atletas.

Así podríamos seguir, pero mejor nos detenemos porque, de repente, por estos días, nuestro seleccionado de básquet está en el medio de un producción audiovisual que el imperio deportivo mundial, el rey del básquet desde su nacimiento, hizo y anunció, con bombos y platillos, para contar su redención… ¿De qué? De aquellos golpazos que les provocó la selección argentina. No solamente, claro, nobleza obliga. El básquet internacional le dio una lección, pero con nuestro seleccionado a la cabeza, asestando los porrazos más duros, los que lo hicieron besar la lona como ningún otro. Aquel del Mundial de Indianápolis 2002, que le cortó una racha invicta de 58 partidos desde que empezaron a jugar los NBA, en 1992. Y aquel de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en una semifinal olímpica, nada menos, que hizo claro, a los ojos de todos, que tenían que activar el Operativo Renacimiento.

Entonces, antes de contar cómo se armó el Redeem Team (Equipo de la Redención o Redentor, como increíblemente figura en Netflix), había que contar por qué.

“Te dabas cuenta que hace años que jugaban juntos...”

“Eran hermanos…”

“Tenían química...”

“Jugaban en equipo...”

“Jugaban al básquet como hay que jugarlo…”.

LeBron James, Dwyane Wade, Carmelo Anthony y Mike Krzyzewski lo resumieron en estas cinco frases. Así explicaron lo de Atenas 2004, porque lo del Mundial, para no dar tanto crédito a un país sin tanta tradición, lo pasaron por alto. Y hubo una frase, dura y contundente, de Pepe Sánchez, el cerebro de nuestra Generación Dorada, que incluyeron para dar contexto. “Sí, son los mejores. Individualmente. Pero esto es un deporte de equipo, no se juega 1 vs 1. No es tenis”, les dijo quien en ese momento jugaba poco y nada en la NBA, pero que manejó los tiempos del partido, tanto en 2002 como en 2004. Fue post tsnunami, cuando el que parecía un intocable imperio estaba de rodillas. “Fue feo para verlo. Y feo ser parte de eso”, aceptó Wade cuando las imágenes del documental eran las de un puñado de héroes saltando, abrazados, en la mitad de la cancha del estadio griego.

Ese día comenzó una nueva era en el básquet mundial… Y quedó en evidencia la necesidad imperiosa de reconstrucción que tenía USA. Volver a las fuentes, darse un baño de humildad y compromiso, recuperar la pasión, entender que no sólo iban a ganar con el talento, que el juego FIBA era distinto que el NBA, que iban a necesitar a todos y que no iban a poder seguir menospreciando al resto del mundo.

Dwyane Wade y Kobe Bryant
Dwyane Wade y Kobe Bryant

Lo hicieron. Les costó pero lo hicieron. De a poco, con la llegada de Coach K, el ideal para el cargo. Un DT muy prestigioso, pero que no estaba en la NBA. El gran entrenador de la Universidad de Duke, tal vez la más odiada y prestigiosa de la NCAA. Muy respetado por todos, aunque mirado con recelo por algunos. Como LeBron, quien reconoció que lo odiaba. “A él, a Duke, a JJ Redick, a la mascota, a todos”, admitió en el documental, aunque nunca cuestionó ni su elección ni sus decisiones. El coach, un sabio, con mucha experiencia, les fue al hueso, les dijo todo lo que tenía que decirles a las estrellas de la NBA… Les tocó el orgullo, los motivó, los informó y les contó el plan, que incluía compromiso y humildad. La gran mayoría compró, pero no fue de un día para el otro. En el primer torneo grande, el Mundial 2006, se comieron otro palazo. Esta vez, en la semifinal fue Grecia el que les dejó claro lo que Coach K les había marcado. “El mundo nos alcanzó, debemos aprender a jugar en FIBA y saber que no nos alcanzará con el talento individual. El equipo está primero”. El nuevo golpe sirvió para tocar el orgullo de los que no estaban, como Kobe Bryant, el otro gran protagonista que tiene el documental.

“Estoy cansado de verlos perder”, les tiró, sin anestesia, Kobe. Lo cuenta Carmelo y se ríe, dejando claro lo crudo que era Bryant. A otro que todos miraron con recelo. Tan competitivo en la NBA, la estrella de los Lakers tenía agenda con casi todos. Pero, fiel a su forma de ser, se los compró con hechos. “El primer día del campamento quise mostrarme como un líder joven y me puse bien temprano el despertador para ser el primero en bajar a desayunar. Lo hice y cuando llegué, vi a Kobe. Todo transpirado. No sólo estaba levantado, ya había desayunado y entrenado. Así era él, y ese fue la forma que estableció el compromiso, la forma de trabajar de aquel grupo”, admitió. De a poco, cada día, otros se fueron levantando más temprano y terminaron trabajando a la par del mejor de todos.

Kobe, además, dio el ejemplo en la cancha. Sabiendo la importancia de la defensa y del esfuerzo, le pidió a Coach K marcar al mejor atacante perimetral del rival en cada juego. Y luego, en cada entrenamiento, sentó las bases con los compañeros de selección. En una imagen de una práctica, en Las Vegas, se ve cómo le toca la pelota seis veces a un rival, sin dejarlo moverse un metro. También se lo ve tirándose al piso. Así cambió la cultura de trabajo, la mentalidad. Detrás de su liderazgo se encolumnaron todos. Por eso no es casualidad que, en cuatro años, USA no haya perdido ni un partido con Kobe. Su marca quedó en 36-0, gracias a un récord de 16-0 en Juegos Olímpicos, 10 en torneos FIBA Américas y 10-0 en amistosos.

Bryant siempre supo, lo admitió Coach K, que el rival a vencer era Argentina. “Vamos a tener que pasar por ellos y para eso debemos parar a Ginóbili. Yo lo quiero hacer”, le dijo al técnico. Argentina los había impactado no sólo por juego sino también por la unión grupal, por la química que veían. Por eso necesitaban que todos estuvieran metidos, en la misma página. Kryzewski usó a Manu, justamente, como motivación extra. Carmelo cuenta que primero les mostró un video de las mejores jugadas del bahiense en la NBA. “Ya basta, paralo”, le pidió Anthony. Luego, a cada jugador, el coach les dejó recortes de diarios sobre Manu. “A mí me dejó uno que decía que Manu era el segundo mejor escolta del mundo. Puedo aceptar a Kobe, pero no a Manu”, contó Wade entre risas. Y Melo recordó cuando Bryant vio el suyo. “Decía que Ginóbili era el mejor escolta del mundo. En un instante vi cómo pasó de Kobe Bryant a convertirse en la Mamba Negra”, detalló. También rememoraron una frase de Kobe antes del juego. “Yo me encargo de esto, esta mierda termina hoy”, hablando de la paternidad de Argentina y Manu sobre Estados Unidos.

Dwyane Wade hablando con los medios en la presentación de Redeem Team
Dwyane Wade hablando con los medios en la presentación de Redeem Team

El docu consigna cómo, desde un primer momento, USA dominó aunque sin consignar que Manu se lesionó -gravemente su tobillo izquierdo- rápidamente -a los seis minutos- y que la gran diferencia (30-11) la sacaron sin él. Luego sí hubo una reacción argentina, en el segundo cuarto, aunque el segundo tiempo fue todo de los NBA para terminar ganando por 20 y llegando a la final en la que los esperaría España, el otro gran equipo del momento. La definición fue un partidazo y la victoria quedó para Estados Unidos. La misión se había completado. Los NBA habían recuperado el trono. Aunque antes, claro, habían tenido que aprender una lección. De eso se trata el Redeem Team. Te lo cuenta con épica, bien a lo yanqui. No está mal. Porque Argentina y el resto del mundo los había puesto de rodillas.

Un documental para disfrutar y tomar conciencia de lo mágico que logró la Generación Dorada, el mejor seleccionado que ha dado el deporte argentino.

Manu, la enorme valoración y el respeto que le tenían en el seleccionado de USA, y cómo su presencia fue la motivación extra que necesitaron, en especial Kobe, para tomarse revancha de Argentina. Ginóbili y su protagonismo impactante en el documental #RedeemTeam

Realmente no hace falta más pruebas para saber lo grande que fue Ginóbili, pero una nueva siempre lo hace un poquito más grande, sobre todo cuando viene de los mejores...

Porque, cuando desde Argentina se dice que entre 2004 y 2008, el bahiense pudo ser el mejor escolta del mundo, te miran raro, como si fuera una locura…

Pero esta vez quienes lo ponen en la mesa son las mismas estrellas de la NBA en el documental.

Seguir leyendo:

Guardar