El fútbol del Ascenso está lleno de historias por el sacrificios de los protagonistas. Campos de juego sin óptimas condiciones, juego brusco o una competencia en la que un solo equipo puede subir de categoría como pasa esta temporada con la Primera C, genera que los futbolistas dejen todo en cada disputa. Esto pasó con el futbolista de Claypole, Matías Leonel Llodrá, quien a pesar de recibir una patada en la cara, siguió jugando y fue la figura de su equipo en el choque por los cuartos de final ante Real Pilar y que tuvo una definición dramática.
Llodrá es delantero y en uno de los ataques de Claypole fue a buscar una pelota dentro del área y el defensor visitante, Juan José Rodríguez Silva, despejó, pero luego de pegarle a la pelota con su pierna izquierda también le dio en el rostro de Matías. El árbitro consideró que fue una jugada accidental y no cobró penal.
El jugador local quedó en el piso y fue atendido por los médicos y asistentes. Luego, lo retiraron del campo de juego, pero quiso seguir jugando. La primera toma impactante fue en el momento que regresó a la cancha y se le pudo ver la inflamación del lazo izquierdo de su rostro y un moretón incipiente.
Los primeros 45 minutos terminaron igualados y en el vestuario de Claypole le preguntaron a Llodrá cómo estaba y quiso seguir jugando. Le taparon los cortes y el atacante no se quiso perder la segunda mitad. Se tuvo fe y lo demostró en el amanecer del complemento cuando marcó un golazo que puso en ventaja a Claypole. Participó en la generación de la jugada, quiso asistir de cabeza, pero su receptor se la devolvió de pecho y de zurda fusiló al arquero. Festejó con sus compañeros que ya lo había declarado como el héroe de la tarde.
Sin embargo, el suspenso llegó ante la igualdad de Real Pilar lo que obligó a la definición desde los doce pasos. Allí Claypole tuvo más puntería y se impuso 4-2. El público estalló de alegría y reconoció el esfuerzo de sus jugadores en la ronda eliminatoria. Aunque el que se robó todos los aplausos fue Llodrá.
“Fue un partido durísimo. Sabíamos lo que iba ser, una batalla. Ellos juegan muy bien. Nosotros con nuestras armas dimos un paso importante. Esto es una fiesta”, contó Matías. “Sentimos que se nos podía escapar a lo último cuando nos empataron. Hoy la suerte estuvo de nuestro lado y la verdad que pudimos dar un gran paso y es importante”, agregó.
Sobre el golpe que recibió, manifestó: “Es una patada, pero sin mala intención porque justo está la pelota ahí. Me abrió, siento la cara explotada, me la pegaron con la gotita. Traté de ponerme hielo para que me baje la inflamación. No bajó, pero este partido no me lo quería perder por nada y me quería quedar dentro de la cancha. Me dijeron que podía seguir a pesar del golpe y no se me cruzó nunca la posibilidad de salir”.
“Les decimos a la gente que nos sigan apoyando porque cada vez que jugamos acá disfrutamos muchísimo. Queda una batalla más para ver si podemos luchar por ese sueño que nos propusimos cuando arrancó el año, pero estamos re contentos con todo lo que hicimos. Llegar a una semifinal no es fácil en esta categoría donde todos los rivales son muy duros”, concluyó Llodrá que junto a sus compañeros intentará llevar a Claypole por primera vez a la B Metropolitana.
El sueño de Claypole sigue y en las semifinales tendrá otro duro oponente como Midland que ganó el Torneo Apertura. En la otra llave se medirán Argentino de Merlo, vencedor del Clausura, y Deportivo Laferrere.
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