Marcelo Gallardo jamás se irá de River Plate. No sólo por su legado, por la huella que dejó como futbolista y los 14 títulos en ocho años y medio como entrenador. También porque su otro yo, de 6,3 toneladas y más de 7 metros de altura, ya está en las puertas del Monumental, con el rostro y parte de su estructura cubierta, a la espera de su inauguración del 9 de diciembre.
La parte superior de la estatua de Gallardo ya está en el lugar en el que pasará a la eternidad. Se trata de la última fracción que faltaba trasladar: el viaje se inició a las 7 de la mañana desde zona Norte y se esperaba su arribo a media mañana. Pero la fracción, de cuatro toneladas y 3,8 metros de altura, arrastró varios cables del tendido público de Munro y el paso resultó más lento de lo esperado. De todas formas, los videos y fotos de su aventura hicieron furor en las redes sociales y fueron compartidos por los hinchas ansiosos de verla sin el velo, tales los casos de las filmaciones que postearon el periodista Sebastián Srur y La Página Millonaria.
La obra llegó a Núñez y comenzaron los trabajos de montaje y soldado interno con barras de acero. Fue el propio club el que, horas después, se encargó de mostrar la foto de la estatua ya en el lugar en el que permanecerá como recuerdo de una etapa de gloria. “Muñeco para siempre”, fue el mensaje que acompañó la publicación en Twitter, junto a un emoji con la leyenda “soon (pronto) y otro de dos martillos.
La escultura pertenece a la artista Mercedes Savall, quien también se encargó de un reconocimiento icónico que será vecino de Gallardo: el de Ángel Labruna. Surgió de la idea del dirigente Carlos Trillo, antes de la disputa de la mítica final de la Copa Libertadores ante Boca en Madrid.
La autora le añadió varias señales que representan guiños que los fanáticos sabrán detectar con facilidad y orgullo. La medalla, por ejemplo, tiene el símbolo del infinito. “El taco levantado, por ‘el taco no’, del famoso relato de Mariano Closs. En el cinturón también hay un detalle para los hinchas. Para mí significa mucho ese caballo, porque para mí es como el símbolo de conquistar el mundo, como quería Napoleón. La Copa dorada o que el tipito tendrá la banda roja. Son esas cositas que le dan algo especial a la gente, para que le preste atención. Para que el hincha lo disfrute más. Ellos van a saber por qué están. Y puede haber una sorpresa más, que aún no la decidí”, supo explicarle Savall a Infobae. “El escudo del saco será en color, al igual que las chapitas de la Copa. Las de River sí tendrán nuestro escudo, las otras no. Y van a aparecer en sus lugares originales”, ofreció más detalles.
Para su creación se utilizaron las llaves que fueron aportando los hinchas y socios con el fin del homenaje. El 9 de diciembre, en un acto del que participarán varias leyendas del club, su cuerpo técnico y aquellos futbolistas que lo acompañaron en sus hitos como entrenador, quedará eternizado en metal... Porque en los corazones de los fanáticos el lugar ya lo tiene asegurado.
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