Esta semana se estrenó la entrevista de Sebastián Vignolo a Rodrigo De Paul en el ciclo En Primera Persona que está disponible en la plataforma de Star+. Uno de las piezas claves de la selección argentina contó intimidades sobre el grupo, cómo es su relación con Lionel Messi y sus ganas de que comience el Mundial de Qatar 2022.
El actual futbolista del Atlético de Madrid llegó al combinado nacional de la mano de Lionel Scaloni y de inmediato se transformó en parte de la columna vertebral de lo que hoy las redes sociales han denominado como La Scaloneta. Pese las críticas iniciales, el entrenador lo mantuvo en el equipo y eso generó una química especial entre ambos: “Siento que él tiene mucha confianza en mí. Siento que con él mirándonos ya nos entendemos”.
Incluso, esta relación ha provocado que sus propios compañeros lo burlen: “Me joden con eso un montón. ‘Rodrigo Scaloni’, son bravos. Pero hay una realidad, no tengo vergüenza en decirlo, él sabe que cada vez que me ponga la camiseta de la selección, obviamente que por la selección, pero por él también, siempre voy a dar un plus. Me hizo cumplir el sueño más grande de mi vida. Así como él siente que voy a dar aún más de lo que tengo, yo también confío mucho en él y lo que piensa sobre mí. Por ahí a veces le digo, ‘Dale Leo, siempre te la agarrás conmigo’. ‘Y bueno boludo, hacé las cosas bien’ (le contesta Scaloni)”, y en este sentido, remarcó: “Siempre con respeto, es el técnico. Sé de qué lado me lo hace y sabe que conmigo es una relación muy linda que no nos hace falta todo el tiempo, pero hay una confianza extrema. Toda esa confianza que él depositó en mí se la pude devolver y está bueno”.
Además de con el técnico, De Paul ha entablado una relación especial con Lionel Messi. El ex jugador de Udinese incluso suele ser foco de memes en las redes sociales por sus constantes reacciones cuando Leo recibe una falta en un partido o por el apego que parece tener con el Diez, a quien incluso le puso un nuevo apodo. Como si La Pulga, enano, y hasta comadreja, no fueran suficientes, ahora hay un nuevo mote para el capitán.
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“Le digo El Pequeño a veces. Es una persona normal. Sí es verdad que mueve un montón, pero a él le gusta que lo tratés así, que lo jodas, sentirse en un lugar donde pueda ser él, Leo, y no Messi”, explicó De Paul quien contó que si bien el grupo suele moverse en conjunto, hay momentos que parece que el jugador del PSG necesita algo de tranquilidad y soledad. “Hoy creo entenderlo y no lo jodo. Hay momentos que lo tenés que entiendo que por ahí hay que dejarlo un rato solo. Nosotros tenemos las habitaciones en el predio, yo estoy en la 8 y él en la 10, son par e impar. La mía de la de él la separa una puertita. Por ahí a la tarde, después de un entrenamiento vi que él terminamos y se fue caminando, no se quedó ahí con nosotros. Por ahí hay algo que lo fastidió, entonces me baño, voy, subo, armo el mate, le toco la puerta porque ya pasaron 40 minutos y viene y está bien. En ese momento, lo dejás. Con el tiempo vas entendiendo los momentos, cuando sí, cuando no, todos tenemos problemas: que te llaman tus hijos, que te extrañan, cualquier cosa puede pasar. Nos entendemos mucho desde ese lado y por eso la relación que tenemos”.
En este ciclo que comenzó después del Mundial de Rusia 2018 el equipo primero encontró el grupo y luego el nivel de juego. Es así que ya son comunes las imágenes en el predio de Ezeiza compartidas por los propios jugadores en sus redes sociales en donde se los ve riendo, charlando o jugando a las cartas. Entre los que suelen ser parte de esta “mesa chica” además de De Paul y Messi, aparecen Ángel Di María, Alejandro Papu Gómez, Giovani Lo Celso, Nicolás Otamendi y Leandro Paredes. Curiosamente, ellos han establecido un ritual inexorable cada mañana.
“A la mañana nos levantamos muy temprano y siempre tomamos mate. Aunque otro se levante temprano, no puede venir, es una costumbre, empezamos Leo, Papu, yo, después aparece Fide, después Lea, Gio y último Nico Otamendi. Tiene que ser ese el orden. Si uno se levanta a las 8 de la mañana porque no puede dormir, bueno, hace otra cosa. Hay un orden de llegada”, reveló al tiempo que aclaró que esto se viene cumpliendo desde la Copa América de Brasil que terminó con la Argentina conquistando el título, así que mientras el éxito acompañe, el ritual continuará.
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Desde el comienzo del ciclo a finales de 2018, De Paul ha ganado dos títulos (Copa América y Finalissima), y se ha convertido en el jugador del seleccionado con el invicto más extenso de la historia, superando a Oscar Ruggeri, quien había acumulado 31 partidos sin perder entre 1991 y 1993.
Además, se ha convertido en un socio perfecto de Lionel Messi, una pieza clave para Scaloni y en un símbolo para la hinchada. Pero, según contó, lo que más lo emociona es el momento en el que suena el himno, previo al comienzo de cada partido: “En relación con la gente es el momento de mayor conexión. Me siento que tengo el poder de todos, como que toda esa energía, creo en el tema de las energías, se concentra en un momento determinado que dura 30 segundos, pero es tan impactante esa energía. Piel de gallina, siempre. El día que jugamos con Brasil en San Juan, ese día la cancha era chiquita, ese día me emocioné. No lloré porque hice fuerza, pero fue tremendo, también la cancha de Boca, en el Monumental, cuando la gente empieza cantar... Al margen de poder jugar un partido con la Selección, a mi mamá le digo: no quiero que juegues un partido con la selección ma, quiero que vos estés parada en la mitad de la cancha cuando suena el himno. Que esté ahí, que viva ese momento. A mis amigos les digo lo mismo. No tirar una pared con El Pequeño, que te den la posibilidad cuando empieza el himno de que te pares ahí, no tiene comparación. Ponerte la camiseta de la Selección no tiene precio”.
Otras definiciones de Rodrigo de Paul
Sus inicios en Racing y su transformación
“De chico era hincha de Racing, pero siempre me gustó Román (Riquelme), yo jugaba ahí (de enganche en baby), era la época de él en su mejor momento”.
“En Racing era más volante, extremo, no con tanto recorrido, un lado menos sacrificado, después con el tiempo te das cuenta de que en el fútbol argentino por ahí con eso me alcanzaba, pero no para el nivel que yo quería jugar que era Europa, Selección... Con eso no alcanza. Con sacarte un tipo de encima no te alcanza”.
“Lo mío fue mucho de la cabeza. Es verdad que cuando venís a Europa tenés mucho tiempo libre, que en Argentina no lo tenés por la familia, los amigos. Empezás a incorporar que la alimentación es algo muy importante, que a la tarde no tenés para ir a tomar mate con tus amigos, a mi vieja no la tengo lamentablemente todo el tiempo, entonces dormís una siesta y ¿qué haces? ¿Qué te vas a quedar cinco horas en el sillón mirando la tele? No, me voy a entrenar. Empezás a entrenar, te das cuenta que vas a chocar y no te mueven, que al chocar y no te mueven hacés menos desgate físico, terminás físicamente los partidos mejor. Los últimos diez o quince minutos donde todos están cansados es donde más cosas pueden suceder. Vos llegando a los últimos diez o quince bien físicamente, te hace pensar mejor, es como una cadena, pero siento que es todo de la cabeza”.
La Copa América de Brasil
“Desde un primer momento hubo inconvenientes con el tema de la vacunación, para nosotros fue muy duro que la hayan sacado de la Argentina, fue durísimo. Veníamos de vivir la experiencia de la Copa América 2019, que en semifinales sentimos que no había sido justo (derrota 0-2 con Brasil) y ahora teníamos la revancha en casa, con nuestra gente. Y de repente aparece una pandemia, se juega sin gente, pero seguimos jugando en casa... Y de repente la trasladan, y ¿dónde la trasladan justo? a Brasil. Se te viene lamentablemente todo lo que había pasado en la anterior. Para nosotros fue duro el golpe, nos ayudó mucho que nos dejaban ir a jugar y volver al predio”.
“Siempre al Pequeño, al capitán, se le iban ocurriendo cosas para fortalecer el grupo, porque había pibes que venían hace poco. Entonces dijo de hacer un asado. ‘Pero hagámoslo nosotros, no le pidamos a Diego (el chef), hagamos el asado nosotros’. Nos encerramos en el quincho, a las 4 o 5 de la tarde Nico (Otamendi) puso el costillar, empezó el mate y empezaron a caer los pibes, se levantaban de la siesta y caían. Dibu (Martínez), Juan Musso, todos, todo el grupo. Empezamos a jugar al truco. El Enano habló, yo también dije unas palabras”.
“La mañana de la final, él (Messi) había hecho una Copa América impresionante, habríamos Instagram y las estadísticas decían asistencias, goles, jugadas, foules, todo, conducciones, remates los arcos, remates al palo, todo decía Messi. Una cosa nunca vista. Íbamos a jugar la final, el primer mate lo hace él, cuando empieza a venir la gente, es pícaro para eso, porque claro, hace el mate en la corta que somos tres, después cae Gio, cae Lea y dice ‘Rodri te toca a vos ahora’. A 200 tipos le tengo que dar mate yo. Le digo (a Messi), ‘Boludo ¿vos sabés que hoy para vos...?. (Nosotros claro, si perdíamos en el Maracaná otra final más de él, contra Brasil, Neymar), ¿Vos sabés que si hoy perdemos, puede ser el último? Él estaba con el mate y me dice, ‘Sí’. Como que se sacó... ahí a mí me dio tranquilidad, yo no sé si era ansiedad, miedo, pero se me movía todo por dentro, estábamos a diez horas de jugar la final, estaba corriendo en la habitación. Él me dijo, ‘Sí... o sos la persona más amada de la Argentina o pasas a ser...’. Me dije, ‘Bueno, si este tipo está así, yo tengo que demostrar tranquilidad, no puedo otra cosa’”.
“Hay un video que digo, ‘Hoy 10 de junio, justo un mes antes, les quiero decir a todos que vamos a ser campeones de América en Brasil y vamos a quedar en la historia’. Salimos campeones, festejamos, lloramos, todo. Ni sabía que existía el video, no sé si Nahuel (Molina) me habrá filmado. Pero fue muy lindo”.
“No puedo ver los videos (de la Copa América). No sé con qué compararlo, fue impresionante. Fue el partido de mi vida. Te lo intento decir con la mayor sinceridad y humildad: fue el mejor partido que jugué en mi vida, sin dudas. Estaba muy convencido, muy compenetrado, muy concentrado en lo que tenía que hacer. Me ayudó mucho errar el penal con Colombia (en la semifinal)”.
“Me dio mucha bronca (errar el penal). Fui convencido, tranquilo, sabía qué iba a hacer, quise ajustarlo, se me va por arriba y la sensación no es de errarlo, no pensás qué te van a decir, decís, ‘Les fallé’. Ves a tus compañeros y decís ‘Les fallé, hace 40 días que estamos todos juntos, yo vi que hay pibes que no vieron a los hijos nacer... y yo les fallé’. Te agarra un vacío. No hay comparación. Estoy volviendo, obviamente el primero que viene es El Pequeño que me dice, ‘Yo también erré, quedate tranquilo que vamos a jugar la final’, algo así me dijo. Y justo después del mío vuelve a atajarlo Dibu”.
Mundial de Qatar
“Me da adrenalina, quiero que sea cuando es, porque quiero lograr disfrutar el camino, los días que falten, disfrutar, prepararme. Para mí, la mejor manera de llegar al Mundial es jugando, teniendo continuidad. Mi primer objetivo es jugar la mayor cantidad posible en Atlético de Madrid para que el día que llegue noviembre, ese timming te roba un segundo. Cuando te la dan para jugar, por más que vayas 200 horas al gimnasio, hay cosas que te las da jugar. Ese es mi primer objetivo. Me gustaría poder sacarme esa ansiedad, esas cosas que tengo y disfrutar de los días que quedan”.
El tatuaje secreto
“Sí, tengo tatuada una carta, pero es algo del grupo. Deberíamos hablarlo con el grupo (para revelarlo). Es una historia para en algún momento hay que contarla. Si te la cuento, de verdad, toda la gente que hay acá o se pone a llorar o al borde de eso. Es impresionante”.
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