El análisis del biógrafo de Marcelo Gallardo: por qué decidió irse ahora de River Plate

Diego Borinsky, periodista y autor de dos biografías sobre el DT, supo ver muy rápido la personalidad diferente del hombre que iba a escribir páginas de gloria en River. Se apoya en una estadística sobre el vínculo de Gallardo con el club para creer que el regreso no está demasiado lejos

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Diego Borinsky y Marcelo Gallardo trabajando en la biografía del entrenador
Diego Borinsky y Marcelo Gallardo trabajando en la biografía del entrenador

Cuesta imaginar el día después de River sin Gallardo. Pero hubo un tiempo, no tan lejano, en el que costaba imaginar al River que nació en la era del Muñeco. Era por entonces un club al que todavía le pesaban las heridas profundas que había dejado el peor momento de su historia futbolística aunque estaba en el camino de la reconstrucción. Diego Borinsky, autor de las biografías “Gallardo Monumental: vida, pensamiento y método de un líder” (2015) y su continuidad “Gallardo Recargado: Tres años inolvidables y una final soñada” (2018), vio rápidamente en aquellos días de 2014 las señales de que asomaba un ciclo que dejaría una marca imborrable. Hoy, su conocimiento íntimo del DT más ganador de la historia del club sirve para tener claras las razones de su partida. Y también para guardar, con fundamentos concretos, una esperanza de que no será demasiado el tiempo en que estará lejos.

“Necesita descanso, como todo ser humano”, le explica Borinsky a Infobae. Una especie de aclaración de que Gallardo, por mucho que lo hayan creído algunos hinchas de River -y también algunos de los que querían verlo caer- no es un superhéroe. Pero el biógrafo del entrenador va más allá en las razones del agotamiento tras un ciclo que duró nada menos que ocho años y medio, una cifra llamativa no solo en la Argentina sino a nivel mundial: “Es muy intenso el día a día de River y más de la manera en que lo vive él. Con la intensidad que se impone y con la que exige a todos los que lo rodean. Y este fue un año particularmente intenso, donde no hubo en el medio vacaciones ni pretemporada, por el Mundial. Todo eso gravita”, precisa. También cree que el DT, en un detalle que no muchos advirtieron, el años pasado ya había dado señales de que veía cerca el final: “Fue la única vez que firmó su contrato por un año. Antes había arreglado por un año y medio, por dos y por cuatro”, subraya.

En medio de la despedida, aparecen inevitablemente también los recuerdos de los primeros días del ciclo de Gallardo, que había llegado sin más antecedentes que su paso por Nacional de Uruguay, donde había conseguido el título local en 2012. Parecía imposible imaginar todo lo que vendría después, pero Borinsky cuenta que bien pronto detectó, por el nivel de juego del equipo, que de la mano del nuevo entrenador se estaba gestando algo muy especial y que hacía falta plasmarlo en algo que fuera más allá de las notas periodísticas. “A mí me había sorprendido la seguridad que había mostrado en alguna entrevista que le hice, cuando por ejemplo me decía, basándose en el Barcelona de Guardiola, que River podía jugar 30 metros más adelante de lo que lo hacía. Me quedé a la expectativa. Y después, a los tres meses de que asumiera, lo tuve totalmente claro y le propuse hacer un libro porque me encantaba cómo jugaba River. Le dije: ‘Esto va a quedar en la historia’”, evoca.

De esos tiempos iniciales, también recuerda gestos que le marcaron que el DT tenía una personalidad poco habitual para el fútbol de alta competencia. Como contestarle un mensaje en plena madrugada luego de haber conquistado la Libertadores 2015, para confirmarle su colaboración para el proyecto de la primera biografía. “Es supersencillo, con los pies sobre la tierra, y yo veo eso también en el comportamiento que tiene con la gente que se le acerca. Pese a todo lo que él representa, siempre es cálido con todos”.

Según Borinsky, buena parte del éxito de Gallardo radica justamente en el trato que tiene hacia los demás. “Está muy atento a la parte humana. Eso es algo que también le ha permitido establecer ese vínculo fuerte que tiene con los jugadores, a pesar de estar siempre apretando las clavijas a fondo”, destaca.

"Está muy atento a la parte humana", lo define Borinsky
"Está muy atento a la parte humana", lo define Borinsky

El Millonario consiguió durante la era Gallardo imponerse como uno de los equipos más respetados de Sudamérica, al contrario de lo que marcaba una tradición en la que se mostraba dominante a nivel local pero le costaba más cuando tenía que salir fronteras afuera de la Argentina. Por eso Borinsky afirma sin dudar: “Muchos dicen que le devolvió la identidad a River, pero yo voy más allá: él le dio a River cosas que no tenía”. Y profundiza en ese concepto: “Internacionalmente a River siempre le iba mal, salvo excepciones, y queda claro cuando ves que tenía cinco títulos internacionales y con Gallardo ganó siete. Cuando iba a Brasil, la pasaba mal, pero con Gallardo, cuando jugaba en el exterior, los rivales se le metían atrás, incluidos los brasileños. Y los mano a mano con Boca, también a River siempre le habían costado”.

A propósito del adiós, cree que hay un mensaje positivo en el hecho de que Gallardo haya elegido poner el punto final este año, el más flojo de su ciclo en materia de resultados, en lugar de haberlo hecho en 2021, cuando había obtenido finalmente su primer título por la liga local y el equipo mostraba un muy buen nivel. “Estaban todos felices y era un buen momento para irse -recuerda Borinsky-, pero él tuvo la grandeza o el poco ego de quedarse. Como podría haberlo hecho en 2018, después de ganar lo más importante que podía ganar. Creo que es un mensaje que está bueno: ‘Yo estoy más allá de los títulos’. Y es cierto, porque el amor con la gente se forjó con los títulos pero lo que transmite él, los valores, van más allá”.

Para los hinchas de River son tiempos de incertidumbre y también parecen serlo en cierta medida para Gallardo, que se tomará un descanso después de tanto trajín. Borinsky, uno de los periodistas que mejor lo conoce, cree que probablemente llegue el tiempo de hacer una experiencia cruzando el Atlántico (“Es importante para eso que esté libre en marzo, que es cuando algunos equipos de Europa empiezan a pensar en el técnico de la temporada siguiente”) y acaso, si en algún momento se dan las circunstancias necesarias, de la Selección. ¿Cabe esperar un regreso a River en el corto o mediano plazo? “En su momento, cuando hablamos para el segundo libro en 2018, él me dijo que cuando se fuera lo iba a hacer por mucho tiempo. No pensaba volver al año, y por eso quería disfrutar con todo mientras estuviera”, comenta. Aunque también se aferra a un dato importante de la historia personal de Gallardo para creer que, más allá de aquella advertencia, la vuelta no demorará tanto. “Él extraña a River cuando no está, y si te fijás, desde que se probó y quedó en las inferiores del club, con 12 años, nunca estuvo más de cuatro años afuera, como jugador o como entrenador. Habrá que ver qué pasa esta vez”, desliza. Y termina así de quedar claro que, a la dificultad que tendrá el sucesor de Gallardo en River por la comparación inevitable que se hará con su ciclo, habrá que sumarle el deseo latente que existirá en muchos de los hinchas para volver a contar con esa suerte de padre protector que los acompañó por casi una década.

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