El aleteo de una mariposa puede desatar un fenómeno distinto en la otra punta del planeta. La teoría de los cambios impredecibles del efecto mariposa cayó sobre la selección argentina con fuerza durante los últimos días. Las alarmas que encendieron Lionel Messi, Ángel Di María, Paulo Dybala y Joaquín Correa pusieron en suspenso todas las especulaciones sobre la lista de 26 futbolistas que disputará la Copa del Mundo.
Durante los próximos días –tiene tiempo hasta el 21 de octubre– Lionel Scaloni presentará la citación preliminar para el certamen en Qatar. No se esperan sorpresas, quizás algún llamado que haga más ruido que otro, pero el grueso de la convocatoria general no debería tener exclusiones de peso o inclusiones rimbombantes. La tensión estará enfocada rumbo al 14 de noviembre cuando sea hora del corte definitorio. Y las lesiones de Di María y Dybala podrían desencadenar un efecto mariposa.
La primera pregunta que seguramente se hará el cuerpo técnico es cuántos futbolistas que tuvieron problemas físicos en las semanas previas al Mundial se arriesga a llevar. Cada caso es único, está claro, pero el panorama a 40 días del debut contra Arabia Saudita indica que Juan Musso y Juan Foyth, por ejemplo, todavía no volvieron a sumar minutos tras varias semanas de sus respectivas lesiones. Mientras pierden terreno en la pelea por estar en Qatar contra Gerónimo Rulli y Gonzalo Montiel, el verdadero rompecabezas está en la ofensiva.
Con Messi cuidándose de la contractura en el gemelo para no arriesgar de más y Di María con 20 días de recuperación para poder superar su lesión, Scaloni ya tiene dos fijas en ataque que encendieron luces de precaución en el tema físico.
Y esos dos hechos son una especie de aleteo de mariposa que puede reconfigurar todo lo que piensa el cuerpo técnico que está siguiendo de cerca lo que sucede con Dybala y Correa, quien suma una semana sin jugar en Inter por una “molestia en el tendón de la rodilla izquierda”. Suponiendo que el tratamiento especial que ya inició la Joya le brinda una recuperación veloz de su lesión en el recto femoral izquierdo, ¿Vale la pena arriesgar llevando otras dos piezas de ataque que tuvieron algún tipo de percance médico en la previa? ¿O es preferible dar vuelta la página y tener recambios que hayan transitado la recta final en plenitud? Interrogantes que sólo el cuerpo técnico podrá responder.
El efecto mariposa tuvo un primer aleteo leve por Messi, uno segundo más potente por la gravedad de lo sucedido con Dybala y uno tercer que ya trastocó los análisis con lo del Fideo. Ángel Correa, que parecía cargar el mote del “futbolista 27″ con todos los apellidos sanos, ahora empieza a ganar terreno mientras afirma su nivel en el Atlético de Madrid. Giovanni Simeone, que suma dos años sin sentarse al menos en el banco de suplentes de la Selección, empieza a ser un apellido más considerable ante la escasez de centrodelanteros y sus buenas métricas en el fútbol italiano.
Y acá entrará en juego el TEG que jugará Scaloni con sus ayudantes para la Copa del Mundo. Qué aporta cada uno y qué nivel de riesgo están dispuestos a asumir. Si Messi y Di María, dos titulares y fijas en la lista, dieron avisos de fatiga muscular –uno– y lesión –el otro–, ¿hasta dónde se apuesta por aquellos que vienen atrás?
Nadie está exento de sufrir un percance incluso durante el torneo, pero está claro que aquellos que llegarán tocados o con poco rodaje pueden pasar de la lista de posibles a prescindibles por el sólo hecho de las cargas que arrastran los titulares. Una lógica similar a la que sobrevuela sobre las figuras del Tucu Correa y Dybala puede posicionarse también sobre Nico González, que acumula menos de 90 minutos de actividad en Fiorentina durante el último mes y medio después de convivir con una serie de problemas físicos. Su desarrollo en cancha durante las semanas que se vienen será clave para el ex Argentinos Juniors.
Supongamos que habrá 3 arqueros y 8 defensores en la lógica del dos por puesto en la última línea: quedarían 15 sitios del medio para adelante para resolver. Messi, Di María, Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Giovani Lo Celso y Guido Rodríguez son siete fijas para empezar a despejar las incógnitas.
Los 8 lugares restantes que quedan tienen –¿tenían?– a Joaquín Correa, González y la Joya como grandes candidatos. La evolución de cada una de las lesiones que hay en el tablero terminará marcando, entonces, qué apellidos se aprovecharán del efecto mariposa si el aleteo finalmente golpea contra la lista definitiva de noviembre.
¿Si no va Dybala hay que buscar un futbolista lo más parecido a él? ¿Ese lugar podría recaer en un mediocampista de equilibrio o un centrodelantero?
Julián Álvarez, Papu Gómez y Alexis Mac Allister empiezan lentamente a asegurarse sus boletos frente a los problemas físicos ajenos, mientras Enzo Fernández sigue haciendo méritos para no perderse las comodidades de Qatar. Los otros cuatro asientos en el avión, en tal caso, se los disputarán entre al menos seis jugadores: Dybala, González, los dos Correa, Palacios y, por qué no, Simeone, quien de gran marginado empieza a estar expectante para saber la evolución de los tocados. Allí también empiezan a aparecer los espacios para las sorpresas como Thiago Almada.
¿Ángel Correa dejará de ser el “futbolista 27″ para dar el salto al llamado final mientras acumula minutos de calidad en el Atlético Madrid durante las últimas semanas? ¿Se premiará el trabajo especial que está haciendo Exequiel Palacios con los dos nutricionistas que se llevó a su casa en Alemania o la lesión que le hizo acumular ya un mes de inactividad lo dejará afuera? ¿Los cuatro goles que hizo Gio Simeone en el último mes con Napoli le alcanzarán para meter presión o el suyo es un caso juzgado? ¿Hay chances de sumar algún defensor extra si hay una reestructuración? ¿Los nombres de Domínguez, Buendía, Lanzini o Almada pueden convencer al DT?
El efecto mariposa inició su proceso y los efectos reales sólo se conocerán el 14 de noviembre...
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